El desarrollo de un movimiento comunista juvenil de masas, como el impulsado por el Mugimend Sozialista en Euskal Herria, que defiende el carácter internacional del socialismo, es un hecho extraordinario que los camaradas de la Corriente Marxista Internacional vemos con enorme interés y simpatía. Publicamos aquí un artículo breve sobre las características de este movimiento y su actual desarrollo.

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En contraposición a la aparente calma general de protestas debido a la pandemia, han surgido procesos de radicalización que confrontan y siguen removiendo la conciencia social. Este es el ejemplo de Euskal Herria, donde las movilizaciones siguen con fuerza o han retomado fuerza especialmente este último año. Por ello, el pasado 29 de enero se celebró una multitudinaria manifestación “contra la dictadura de la burguesía” convocada por Gazte Koordinadora Socialista (GKS, Coordinadora Socialista Joven) y que agrupó a más de 7.000 jóvenes comunistas en Bilbo e Iruñea/Pamplona.

El Mugimendu Sozialista (Movimiento Socialista, MS) en Euskal Herria agrupa a varias organizaciones que se posicionan contra el “movimiento demócrata actual”, que prioriza el bienestar y la mejora de las condiciones de la clase media-alta. De hecho, una de estas organizaciones, GKS, surge en el momento en que la izquierda abertzale se empezó a consolidar como partido institucional y con proyección en la política estatal. En este punto de ruptura y junto con el empobrecimiento que ha causado la crisis capitalista, se ha reavivado la conciencia de clase y el interés por el socialismo. Es precisamente en este contexto cuando ha surgido este movimiento político independiente de clase y con perspectiva internacionalista, con un objetivo claro y común: la construcción de un Estado Socialista.  

Este proceso de transformación se debe, en última instancia, a la crisis capitalista, aunque la pandemia la ha acelerado y evidenciado en pocos años. En principio, la pandemia ha tenido graves consecuencias para el movimiento obrero, ya que ha favorecido la desmovilización mediante medidas restrictivas, punitivas y de control social. En paralelo, está en marcha un proceso subyacente que ha ido radicalizando a la población hasta que se ha hecho o está por hacerse evidente mediante diferentes explosiones sociales. Algunos síntomas de esto son la manifestación del 29 de enero de GKS o el pico de asistencia del 8M de este año respecto a los anteriores de pandemia. En definitiva, gracias al surgimiento y a la organización de grupos como GKS, UIB, ITAIA o los “Kontseilu Sozialistak” (Consejos Socialistas) ha podido prevalecer la movilización y agitación en diferentes ámbitos y sectores de la sociedad vasca como la juventud, la universidad, las mujeres, los centros de trabajo, etc.

Esto responde a la necesidad de organizarse como clase y de confrontar las vulneraciones de derechos básicos y las imposiciones cada vez más graves de la clase alta hacia el proletariado. A lo largo de este último año hemos visto grandes ejemplos de esto, como la obtención de un aula para estudiantes en la Facultad de Psicología en Donostia el año pasado y en la Facultad de Educación de Vitoria hace apenas un mes. Estos hechos demuestran la importancia y la potencialidad de organizarse como clase.

Otro hecho destacable es la creación de plataformas como Itaia y los Kontseilu, que se extienden en cada región y unifican respectivamente la lucha de la mujer trabajadora y la de los trabajadores en su conjunto. Estas plataformas ponen en evidencia, por un lado, la reivindicación y orientación de la lucha por la emancipación de la mujer en líneas de clase, que supone una ruptura respecto al feminismo burgués imperante. Por otro lado, subrayan la lucha de clases en el ámbito laboral y se movilizan en consecuencia: en la manifestación del pasado 3 de marzo, por ejemplo, el Kontseilu de Vitoria se organizó junto con GKS para formar un bloque socialista en dicha convocatoria y agrupó un gran número de militantes y simpatizantes en su sección.

Sin embargo, la movilización más visible y multitudinaria del MS se reunió el pasado 29 de enero tanto en Bilbo como en Iruñea/Pamplona con una consigna muy audaz: “Contra la dictadura de la burguesía” y en denuncia de “la ofensiva económica y política de la burguesía”. Estas consignas atrajeron a más de 7.000 personas, en su mayoría jóvenes, que están sufriendo las consecuencias del sistema y esto forma parte de su experiencia presente. Las razones que describen acertadamente son, por un lado, el empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores, que ha impulsado aún más la desigual distribución de la riqueza en beneficio de la burguesía y; por otro lado, la supresión de derechos fundamentales y libertades políticas, de la mano del aumento del control social mediante las restricciones, la represión policial y la criminalización de la juventud. Además, ningún partido político, ni siquiera de izquierda, ha sido capaz de responder a las necesidades de la población desde su posición. Es más, desde GKS los señalan por haber sido cómplices o impulsores de medidas que han denunciado después.

Por tanto, está claro que la lucha no está dirigida hacia la mejora del sistema, sino que GKS y el MS en su conjunto reivindican la superación del propio sistema capitalista, pues sería contradictorio exigir que resuelva los propios problemas que crea. En este sentido, GKS subrayó la necesidad de organizarse de manera independiente a la política institucional burguesa y de orientar la lucha de la clase trabajadora hacia la construcción del Estado socialista. Es decir, el MS busca y aplica de manera activa la perspectiva socialista a sus denuncias y movilizaciones.

Desde la Corriente Marxista Internacional coincidimos en esta dirección, pues es fundamental que la clase obrera se organice con el objetivo de derrocar el sistema capitalista que pone cada vez más en evidencia su incapacidad de mejorar nuestras condiciones de vida. La alternativa al sistema actual debe ser el socialismo porque pone las necesidades de la clase obrera por encima del beneficio económico capitalista. Debemos unirnos bajo el principio de la unidad de clase para luchar por la construcción de un sistema socialista juntos. Debemos extender esta lucha al resto de territorios tomando como ejemplo la eficacia de la organización y de las movilizaciones del MS en Euskal Herria. ¡Enfrentémonos a la dictadura de la burguesía y luchemos por el socialismo!