La partida física de un militante marxista experimentado es, ante todo, una noticia trágica. La causa no solo pierde un par de manos al servicio de la lucha por el socialismo internacional, sino también una experiencia, un bagaje y un caudal de saberes que solo se adquieren mediante el estudio ininterrumpido de la teoría revolucionaria y la intervención en la lucha de clases. Las nuevas generaciones pierden una guía, un referente y un compañero llamado a aconsejar, orientar y acompañar el progreso de todo aquel que comienza a dedicar su vida a la causa de la clase obrera. 

El pasado 21 de abril, la militancia de la sección venezolana de la Corriente Marxista Internacional ha despertado con la triste noticia del fallecimiento de Turki Al Maaz, militante revolucionario de gran trayectoria y profundo compromiso por extender las fuerzas del marxismo en Venezuela y el mundo. Hablamos de un compañero que, desde el primer momento en que ingresó a la CMI, se preocupó por aportar en todos los ámbitos posibles para la construcción de la organización y la intervención en el movimiento obrero.

De padre sirio, Zuliano de nacimiento, pero caraqueño de crianza y costumbres, Turki inició su vida militante a partir de los 14 años de edad como activista estudiantil y comunitario. En los años finales de la década del 70, Ingresó en las filas del morenista PST, donde permaneció cerca de 20 años. 

El PST venezolano, de la mano de la dirección internacional que ejercía Nahuel Moreno y sus seguidores –primero, como parte del Secretariado Unificado de la IV Internacional, su rompimiento con esta, luego en su alianza con el lambertismo y después a través de la LIT-CI– desarrolló una política sectaria y de bandazos tácticos bruscos, que allanó el camino a la posterior diseminación de este partido en un sinnúmero de grupos y corrientes. El oportunismo, el ultraizquierdismo, el revisionismo y la falta de norte político en cualquier organización, dan cuenta de una clara carencia de teoría revolucionaria. El compromiso y la intervención de Turki en numerosas experiencias obreras y comunitarias le abrieron paso al Comité Central de dicha organización, pese a que siempre sostuvo diferencias marcadas con el resto de la misma, en especial en cuanto a la aproximación al movimiento obrero, el infantilismo ultraizquierdista y los métodos de construcción. 

Turki se propuso para formar parte de la Brigada Simón Bolívar (cuerpo de combatientes enviados por la Internacional morenista a Nicaragua para combatir la dictadura de Somoza y en apoyo de la revolución en dicho país). Sin embargo, criticó la orientación profundamente sectaria que esta fue tomando en el curso de la revolución nicaragüense, hecho que llevó a su exclusión de la misma, pese a que se estaba preparando para asumir el reto. También criticó el viraje extremo hacia el movimiento obrero, lo que dio paso al abandono de otras posiciones de trabajo de construcción en el ámbito juvenil, comunitario, entre otras, así como el desgaste y pérdida de muchos militantes no obreros que no fueron preparados de la mejor manera para encarar la brusquedad de tal giro. 

Tras este incidente, el compañero Al Maaz se curtió en el movimiento obrero interviniendo por varios años en las empresas básicas de Guayana y posteriormente en  fábricas textiles de Caracas y el centro de Venezuela. Esto le permitió desarrollar una facilidad enorme para conectar con los trabajadores, hecho que marcó de manera decisiva su vida militante en lo sucesivo. 

La llegada de la revolución bolivariana abrió un mundo de posibilidades para el movimiento obrero y popular venezolano. Todas las contradicciones existentes en la sociedad se agudizaron de manera dramática en la primera década del siglo XXI, ante las numerosas ofensivas reaccionarias emprendidas por la burguesía que fueron derrotadas por las masas trabajadoras en las calles. Esto abrió un periodo de autoorganización obrera, campesina y popular, a través de la toma de fábricas y de tierras, la lucha por el control obrero, la creación de Consejos de Trabajadores y Campesinos, y la conformación de Consejos Comunales y Comunas. Todo este proceso movió al propio Chávez hacia la izquierda, que se alimentó de la presión que ejercieron las masas ante la agudización de la lucha de clases, mientras el mismo Chávez, con su avance, empujaba a las masas más hacia la izquierda con su discurso. Fue en este período donde la figura de Turki Al Maaz emergió como un auténtico organizador de la clase obrera. 

Para entonces, a diferencia de muchos de sus ex compañeros, Turki fue uno de los pocos “trotskistas» de la vieja guardia que pudo sacar conclusiones correctas de la trayectoria del PST, la esterilidad del sectarismo y de la pérdida de capital político derivada de los tumbos entre oportunismo y ultraizquierdismo. Merece la pena aclarar que casi la totalidad de tendencias surgidas tras el colapso de la IV Internacional, entre ellas el morenismo, se distanciaron del pensamiento y el legado político de Trotsky tanto como Suramérica de África tras la deriva continental. El camarada Turki entendía tal situación como pocos.  

Dotado de ideas correctas, de cierta flexibilidad táctica combinada con sólidos principios marxistas y revolucionarios, el compañero Turki pudo aproximarse de modo acertado y paciente al movimiento revolucionario en ascenso. Como promotor y facilitador del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laboral (Inpsasel), Turki, junto a otros camaradas, aprovecharon la efervescencia obrera y el ascenso de masas de aquellos años, organizando asambleas de trabajadores en numerosas fábricas, procesos de discusión de base y movilizaciones hacia la Asamblea Nacional para presionar en pro a la reforma de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT), que se alcanzó el 26 de julio del 2005. Luego, impulsó de manera entusiasta la elección de delegados de prevención como forma de potenciar la organización de los trabajadores, en principio, por condiciones laborales sanas y seguras, y a través de esta lucha, avanzar hacia reivindicaciones y esquemas orgánicos mucho más profundos (Consejos de Trabajadores, Comités de Fábricas, entre otros). Básicamente, facilitadores de Inpsasel, como Turki Al Maaz, buscaban convertir los delegados de prevención en agitadores de la lucha de clases en cada fábrica y centro de trabajo. 

A través de este proceso, el camarada Turki pudo crear importantes redes de delegados de prevención en el eje mirandino de Guarenas-Guatire, y con mayor fuerza en el actual Estado La Guaira (anteriormente denominado Estado Vargas). Fue en esta región donde su intervención rindió mayores frutos, dinamizando un importante movimiento por la salud y seguridad laboral que despertó a la lucha a una amplia capa de trabajadores. Este movimiento se cristalizó con la creación de la Organización Regional de Salud de Trabajadores Socialistas del Estado Vargas (Orestseva), la cual, en su cenit, pudo tener más poder de convocatoria que la CBST en la entidad, lo que es decir mucho.

El contacto tan cercano que tenía con la clase trabajadora lo llevó a conocer el movimiento de fábricas ocupadas y por el control obrero, donde también intervino prestando apoyo e impulsando redes de solidaridad en experiencias como: Sanitarios Maracay, Gotcha, entre otras. No conforme con abogar por la salud y seguridad laboral de la clase obrera en infinidad de centros de trabajo, también fue un incansable luchador por la misma causa en la propia Inpsasel, donde fue promotor de la Plancha Clasista y candidato a la junta directiva del sindicato de la institución como secretario de salud y seguridad laboral. 

La crisis estructural del capitalismo venezolano de los últimos años ha incidido en un proceso de reflujo social profundo, expresado en cansancio, despolitización, apatía, entre otros hechos que se derivan de la lucha por la existencia cotidiana, donde cada compañero en otrora activos, priorizan resolver su situación material a nivel personal y familiar, dejando a un lado la política y la lucha, pues antes del activismo hay que comer y vivir. Lo anterior, sumado a la emigración masiva de venezolanos y el aumento agresivo en los niveles de represión gubernamental, redujeron significativamente la movilización y agitación obrera, las afiliaciones sindicales y en las redes de delegados de prevención. Turki, quien atravesó, como la mayoría de trabajadores del país, momentos de precariedad, nunca dejó de tratar de organizar a los trabajadores con los que entraba en contacto, a pesar de lo cuesta arriba que siempre resultaba. 

Turki Al Maaz además participó en la lucha comunitaria formando parte de Consejos Comunales y Comunas en El Junquito y el municipio Chacao del Estado Miranda. También incursionó en la radio presentando programas que trataban denuncias sobre accidentes laborales, generando consciencia a los trabajadores sobre la necesidad de organizarse para exigir condiciones óptimas de salud y seguridad laboral, así como para la defensa general de sus derechos frente a las patronales. En cada emisión dejaba clara la importancia de la lucha reivindicativa, pero no como un fin en sí mismo, sino como escuela para la organización obrera y la maduración de la consciencia de clase, en el camino del proletariado para avanzar en la lucha política, derrocar el capitalismo y emprender la transformación socialista de la sociedad. También colaboró con la nueva generación de revolucionarios en numerosas iniciativas estudiantiles y sirviendo como apoyo adulto de la Juventud Obrera Católica (JOC). 

La autoridad que nuestro camarada Turki forjó a través de los años es altamente reconocida por buena parte de la capa avanzada de la clase obrera con la que tuvo contacto. Es díficil encontrar dirigentes proletarios del centro-norte de Venezuela que no lo hayan conocido. 

Los caminos de Turki y la CMI se cruzaron en infinidad de intervenciones en la lucha obrera. Las posiciones que el compañero asumió en cada discusión con trabajadores fueron siempre revolucionarias. En la rica batalla de ideas y propuestas que caracteriza a toda experiencia de lucha de trabajadores, siempre encontró al camarada Turki y la CMI Venezuela del mismo lado de la acera. El compañero Al Maaz ingresó formalmente a la CMI en el año 2018, agrupándose en la célula caraqueña Rabotnik y propiciando actividades con delegados de prevención para sumar nueva sangre obrera a nuestras filas. Colaboró con varios escritos para nuestra página web en relación a temas de lucha obrera, sobre la política salarial del gobierno, salud y seguridad laboral, y la vigencia del marxismo. 

Para el año 2020, asumió el compromiso de una candidatura de lista a la Asamblea Nacional por la Alternativa Popular Revolucionaria (APR), con la cual trató de reactivar la actividad de Orestseva e iniciar un trabajo de construcción con nuevos contactos obreros de La Guaira. Esto lo hizo a pesar del riesgo que supuso para él dada la visibilidad que obtenía y los choques que mantenía con la directiva de Inpsasel. En cuanto se le propuso la candidatura para reactivar el trabajo obrero en La Guaira, no dudó en aceptar. Como buen marxista, entendía que una candidatura revolucionaria debe usarse, más que para conquistar un puesto de elección popular, para extender las ideas y el programa de la organización, y también desarrollar un trabajo de agitación obrera. 

Vale la pena mencionar uno de los méritos más destacados de la célula Rabotnik, que en algún momento se encontró con la mayoría (por no decir que casi la totalidad) de sus militantes en situación de desempleo, por despidos injustificados o por causas diversas. En aquellos momentos difíciles, este mismo grupo de base era el que más aportaba en cuanto a las cuotas financieras militantes y aportes extraordinarios de toda la organización, sobre la base de iniciativas audaces como rifas, entre otras. Este es un mérito que cabe acuñar a todos los miembros de Rabotnik, pero sin dudas Turki fue un pilar destacable en tan inspirador ejemplo para el resto de la militancia de la CMI Venezuela. Con esto se demostró en la práctica que, más allá de las duras condiciones objetivas, el deber y la audacia militante pueden sortear hasta las dificultades más extremas. Su última responsabilidad asumida fue la tesorería del grupo de base, donde presionó hasta lograr que todos los miembros de Rabotnik se pusieran al día con sus cuotas. 

Recientemente, los camaradas italianos de la CMI (Sinistra classe rivoluzione) se vieron obligados a dar respuesta a una serie de ataques acometidos por parte del morenista Partido de Alternativa Comunista de ese país, por medio del artículo Morenistas: navegando sin brújula (https://www.marxist.com/italia-pdac-lit-navegando-sin-brujula.htm). Este artículo fue muy bien recibido por Turki, al cual, en discusiones sobre el mismo, refirió verse identificado en cuanto a las críticas que en su momento llegó a realizar al PST por las desviaciones de esta organización, como parte de la crisis del morenismo. Semanas después, el compañero leyó el artículo de la CMI Brasil: Nahuel Moreno, revisionismo y adaptación en la guerra de las Malvinas (https://argentinamilitante.org/nahuel-moreno-revisionismo-y-adaptacion-en-la-guerra-de-las-malvinas/), que resultó en una serie de elogios de su parte. Desde febrero, Turki estaba en la búsqueda de todos los artículos de la CMI referentes a la historia de la IV Internacional y sus tendencias. Quienes lo conocimos muy bien tenemos el derecho de sospechar que el camarada se estaba preparando para escribir sobre su experiencia con el morenismo, a fin de legar a nuestras y futuras generaciones un testimonio cargado de lecciones con base en su gran experiencia. Lamentablemente esta sospecha difícilmente podrá ser confirmada. 

Su salud comenzó a deteriorarse durante la semana del 11 al 17 de abril, donde el compañero no dejo de ofrecer lamentos por ausentarse a su habitual reunión de célula. Finalmente, se descubrió que sus complicaciones obedecían a un aneurisma de aorta abdominal que requirió una intervención quirúrgica de emergencia en el hospital Domingo Luciani de Miranda. La delicada operación arrancó a partir de las 9:00 PM del 20 de abril. Después de 4 horas de dura batalla, a la una de la mañana del 21 de abril, falleció uno de los más dignos representantes de lo mejor que pudo forjar la clase obrera y la izquierda venezolana en las últimas décadas. 

El viernes 22 de abril, compañeros de lucha, amigos, familiares, y entre todos ellos, sus dos gallardos hijos varones, despidieron a Turki Al Maaz entre recuerdos y anécdotas. Previo al traslado del féretro hacia el lugar dispuesto para la cremación de sus restos, entre lágrimas y puños en alto, asistentes entonaron el Bella Ciao. Incontables mensajes de condolencias fueron enviados desde numerosas partes de Venezuela y el mundo. De Lara y Yaracuy, de Argentina, Inglaterra e Italia. No podía ser de otra manera tratándose de un camarada que dedicó su vida a la causa de la clase obrera. 

Desde Lucha de Clases, sección venezolana de la Corriente Marxista Internacional, enviamos, de nueva cuenta, toda nuestra solidaridad a los hijos y familiares de Turki, quienes siempre deben recordar con orgullo el legado de un hombre honesto, alegre y dedicado, que ofrendó todo su esfuerzo a la causa más genuinamente humana: el socialismo. 

Dentro del pesar que nos embarga a los militantes de la CMI, nos queda la satisfacción de que Turki entregó sus últimos años de militancia a la organización a la cual estamos dedicados a construir. También nos queda el compromiso de honrar su memoria luchando de manera incansable por edificar el factor subjetivo internacional capaz de librar a la humanidad del horror sin fin que representa el capitalismo. Nuestro mayor homenaje será la militancia consecuente, el estudio ininterrumpido del marxismo y la intervención paciente en el movimiento obrero. 

Una frase muy conocida de Bertolt Brecht sintetiza muy bien el legado del camarada Turki Al Maaz: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”. 
En líricas de Alí Primera decimos: 

“Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos y a partir de este momento es prohibido llorarlos…

Que se callen los redobles en todos los campanarios, vamos cumpa’ carajo, que para amanecer, no hacen falta gallinas sino cantar de gallos”.


¡Viva Turki Al Maaz!
¡Continuaremos tu lucha camarada!