Llamamiento internacional de solidaridad con la revolución venezolana promovido por Alan Woods y El Militante La situación en Venezuela está llegando a un punto crítico. Las fuerzas reaccionarias, con el apoyo de las grandes empresas y la embajada estadounidense, están movilizando todos sus efectivos para derrocar con métodos extraparlamentarios al gobierno legalmente electo de Hugo Chávez.

Los medios de comunicación han hecho circular la mentira de que esto es una “huelga general” apoyada por los trabajadores de Venezuela contra un gobierno impopular. Esto es absolutamente falso. En realidad, lo que estamos viendo es una campaña de sabotaje organizado destinado a desestabilizar el país y preparar el camino para un golpe de estado de derechas.

Los empresarios han llevado a cabo un cierre empresarial con el apoyo de determinados dirigentes sindicales del ala de derechas. Es la cuarta vez en este año que han intentado desmoronar el país por estos medios. Es similar a la “huelga” de camioneros organizada por la CIA para derrocar al gobierno legalmente electo de Salvador Allende en Chile. Estas maquinaciones llevaron a la dictadura sangrienta de Pinochet. Ahora las mismas personas quieren repetir la experiencia en Venezuela.

¡No hay que permitir que tengan éxito!

La última vez que emprendieron este camino (el pasado mes de abril) llevó a un golpe de estado en el cual un empresario reaccionario vinculado a oficiales de derechas del ejército llegó a arrestar al presidente. Ellos hablaban mucho de “democracia”, aunque inmediatamente demostraron su verdadera cara, con planes para suspender la Constitución e introducir la dictadura de los ricos.
El papel de EEUU estaba bastante claro. Esta gran “democracia” como siempre se negó a condenar el golpe. La CIA ha jugado, y está jugando, un papel activo en esta conspiración, como han hecho en todos los demás golpes de estado en América Latina: Chile, Argentina, Uruguay, etc.

El intento de golpe del pasado mes de abril fue derrotado por un movimiento de masas espontáneo, formado por millones de trabajadores, parados, campesinos, soldados y pobres. Ahora, una vez más, las masas se enfrentan a las fuerzas contrarrevolucionarias en las calles de Venezuela.
Si la población venezolana pudiera luchar por sí misma contra la reacción, podrían derrotarla fácilmente. Esto se pudo ver en abril. Pero detrás de la contrarrevolución está el poder de EEUU y sus aliados en América Latina. Estos están interviniendo vergonzosamente en los asuntos internos de Venezuela, apoyando y financiando a las fuerzas contrarrevolucionarias.

El proceso revolucionario abierto con la elección de Hugo Chávez ha ilusionado a los trabajadores, campesinos y pobres de Venezuela y les ha dado nuevas esperazas en un futuro mejor. El gobierno ha aplicado toda una serie de medidas progresistas para mejorar las condiciones de vida de las masas.

La población ahora comprende que Venezuela es un país inmensamente rico con enormes reservas petroleras, pero que la riqueza de la nación está siendo saqueada por los imperialistas y un puñado de oligarcas locales ricos que sirven a los intereses del imperialismo. La población quiere llevar la revolución hacia adelante y poner fin, de una vez por todas, a esta explotación escandalosa. Este es el único “crimen” de la población venezolana, y los imperialistas están decididos a que pague por ello.
Si la revolución venezolana es derrotada, será un duro golpe contra la causa de millones de pobres de toda América Latina que están luchando por sus derechos.
El movimiento obrero internacional debe movilizarse en su apoyo

El objetivo de la “huelga” contrarrevolucionaria es estrangular la economía, paralizar la vital industria petrolera y el movimiento de mercancías esenciales. Ya han conseguido que haya escasez de comida y combustible. La intención es crear tal caos que provoque divisiones en la cúpula de las fuerzas armadas y un golpe por parte de los oficiales de derechas, como ocurrió en Chile.
No satisfechos con apropiarse del petróleo iraquí, los Estados Unidos quieren poner sus manos en el petróleo venezolano. La presión desde Washington es constante y sus aliados corruptos en la región quieren forzar el “cambio de régimen”.

¡Debe cesar esta bravuconería insolente y vergonzosa! ¡El movimiento obrero internacional tiene que luchar firmemente contra el imperialismo!

La población venezolana no puede sentirse sola en un momento en que está necesitada. ¡La clase obrera mundial debe levantar la voz en su apoyo!

Os pedimos que toméis medidas urgentemente en vuestro sindicato o partido. Que enviéis mensajes de apoyo a Venezuela y mensajes de protesta a la embajada de EEUU sobre su ingerencia continuada en los asuntos políticos internos de Venezuela. Enviad cartas de protesta a la prensa y a vuestro gobierno, para exigir que no apoyen la agresión estadounidense contra Venezuela.

Las jóvenes deben añadir su voz a la protesta. Todas las organizaciones estudiantiles y juveniles deben movilizarse para denunciar la agresión contra la revolución venezolana.

¡NO PODEMOS RETRASARNOS,
HAY QUE ACTUAR AHORA!
¡MANOS FUERA DE VENEZUELA!