La sección venezolana de la Corriente Marxista Internacional – Lucha de Clases expresa su firme rechazo a la ejecución del plan de asalto al PCV, orquestado por la cúpula del PSUV y llevado a cabo por el poder judicial, para despojar a la militancia y a la dirección legítima de esta organización del control legal de sus siglas, símbolos y personalidad jurídica.
A través de la sentencia 1160 emitida el viernes 11 de agosto, la sala constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) admitió como “procedente” el recurso de amparo introducido por militantes del PSUV el 10 de julio pasado, y nombró una junta directiva Ad Hoc para que los últimos tomen el control legal del PCV. De esta manera, el poder judicial vuelve a poner de manifiesto su rol como brazo ejecutor de las órdenes del Ejecutivo, el cual ya no esconde su carácter bonapartista, autoritario y contrario a los intereses de los trabajadores de la ciudad y el campo.
Esta vergonzosa sentencia se suma al extenso historial de intervenciones judiciales, negación de derechos y privación de cualidades electorales a múltiples partidos, en beneficio del cálculo político del PSUV. En el pasado, este libreto fue llevado a cabo en contra partidos de derecha, en el intento de construir una “oposición moderada” a la medida de los intereses del gobierno. Con enorme saña, este tipo de maniobras se han venido ejecutando en contra de organizaciones de izquierda para impedir la formación de una alternativa política que le reste votos al PSUV en contiendas electorales.
La dirigencia psuvista no está dispuesta a permitir que otras formaciones unitarias de izquierda emerjan del mar de descontento social y desenmascaren su falso discurso revolucionario, obrerista y antiimperialista, que ha distorsionado la concepción de amplias capas de la población sobre el verdadero significado de la causa del socialismo. No nos cansaremos de repetir que en Venezuela no fracasó el socialismo, pues este nunca fue instaurado. Lo que fracasó fue el capitalismo rentista criollo que la burocracia corrupta del PSUV se empeñó en regular y sostener a cualquier costo.
Conviene señalar que la intervención al PCV ha eliminado la única opción que le quedaba a la izquierda para expresarse electoralmente, lo que constituye una grave violación a los derechos políticos y de organización del pueblo trabajador venezolano. Nuestro repudio a este hecho es enérgico e inquebrantable.
El contexto que marca esta maniobra criminal se puede resumir con lo acontecido el jueves 10 de agosto. Este día, el Presidente Maduro firmó, en el palacio de Miraflores, un decreto de activación de 4 Zonas Económicas Especiales ante la presencia de las principales patronales del país. De esta manera, el gobierno nacional avanza en su política de pulverización del salario y los derechos elementales de la clase obrera, mientras sigue generando un sin fin de concesiones a la clase capitalista venezolana y extranjera.
El asalto consumado al PCV se inscribe dentro del interés de generar “confianza” al empresariado, ante cuyo altar el gobierno no deja de ofrendar claras muestras del rompimiento total con su pasado progresista. La aspiración de Maduro es concretar un pacto de gobernabilidad con la oligarquía tradicional, que le permita seguir dirigiendo el Estado en interés de todos los explotadores. En esa dirección, el gobierno ha sido capaz de desplegar una agresiva política de austeridad que no tiene precedentes en la historia nacional. La criminalización de la protesta, la judicialización de trabajadores, el fortalecimiento desmedido de los cuerpos represivos estatales, y ahora la anulación electoral de la izquierda, constituye el correlato autoritario de la misma agenda antipopular que prepara el terreno para la vuelta al poder de la burguesía tradicional en condiciones inmejorables.
La cúpula psuvista se ha erigido como una casta de nuevos ricos, a base del pillaje más extremo de los recursos públicos. Los intereses de la mayoría del pueblo estan totalmente fuera de su radar. La misma burocracia que frenó desde las instituciones el avance de la revolución bolivariana, que asfixió todas las instancias de organización y participación popular, que pulverizó las experiencias de control obrero y revirtió las reformas en favor del campesinado, hoy es corresponsable, junto al imperialismo y la burguesía tradicional, del precipicio histórico en que se halla Venezuela. Con todo lo anterior, podemos estimar la enorme dimensión de los servicios que ha prestado Maduro a los intereses del capital. ¡La historia nunca olvidará a los verdugos del pueblo!
Mientras rechazamos toda esta política de la vergüenza, llamamos al pueblo trabajador a acrecentar la lucha por el rescate y ampliación de sus derechos, y por la conquista de una vida digna, que no será posible dentro de los limitados marcos del sistema capitalista en crisis. Las relaciones de producción burguesas hoy se pudren en todo el mundo. La situación actual de Venezuela es solo una expresión extrema de esta tendencia. Necesaria es la lucha, la organización y la movilización internacional de la clase obrera para derrocar el capitalismo y construir un mundo libre de toda explotación y opresión.
En virtud de todo lo expresado, queremos transmitir nuestra solidaridad revolucionaria a los militantes del PCV en estas horas difíciles. El agrupamiento solidario nacional e Internacional debe combinarse con más impulso y tesón en el acompañamiento de las luchas obreras, campesinas y populares para enfrentar la política gubernamental, organizar a los oprimidos y abrir escenarios de transformación revolucionaria de la sociedad en el futuro.
¡Solidaridad clasista y revolucionaria!
¡Nuestra respuesta será más lucha y organización!