Quienquiera que sea responsable de los atentados terroristas erpetrados este jueves 07 de Julio en el centro de Londres mostró una ausencia absoluta de compasión por las víctimas inocentes de sus acciones. Tales actividades son completamente repugnan

Aproximadamente a las nueve y diez de la mañana Londres se ha visto sacudida por una serie de explosiones en el metro. Dicen que ha habido explosiones en las estaciones de metro de Aldgate East, Edgware Rdd, King Cross, Liverpool Street, Moorgate y Russell Square. Aparte, un autobús quedó destrozado en Tavistock Square y la red de transportes de Londres quedó paralizada. La capital estaba en un estado de caos. Scotland Yard declaró la emergencia por un “incidente importante”. El Secretario de Interior, Charles Clarke, informó de que las explosiones habían provocado “heridas terribles”.

Los testigos hablaban de “múltiples bajas” en Liverpool Street. Una testigo que iba en el tren en el momento de las explosiones dijo haber visto cuerpos por todas partes y miembros por el suelo. Dijo que el vagón donde se produjo la explosión estaba “negro por dentro”. Vio personas a las que parecían haber arrebatado sus ropas y vio cuerpos dentro del vagón.

Eran muchos los relatos de horror. Los pasajeros conmocionados hablaban de víctimas cubiertas de sangre. La gente salía de la estación de metro cubierta con sangre y hollín. Los pasajeros fueron evacuados de las estaciones de la capital, muchos conmocionados y con las ropas echas jirones. Dijeron que los hospitales no aceptarían casos que no fueran urgentes. Hablaban de heridas serias en la cabeza, pérdida de miembros y heridas provocadas por la inhalación de humo.

Loyita Worley, que trabaja en una empresa de abogados de la City, dijo a la BBC que iba en el metro cuando ocurrió la explosión en el siguiente vagón, mientras estaban en el túnel. La mujer de cuarenta y nueve años de edad decía: “Todas las luces se apagaron y el tren se detuvo inmediatamente. Había humo por todas partes y todo el mundo tosía y se ahogaba, pero se mantenía la calma. No podíamos abrir las puertas”.

Todo el sistema se apagó y las calles principales fueron bloqueadas por la policía y los servicios de ambulancia. La policía selló zonas grandes alrededor del metro y de las principales estaciones ferroviarias. Los bomberos antes de entrar en la estación se ponían los trajes especiales para protección química. Los servicios de emergencia asistían a los pasajeros heridos a las fueras de la estación de Aldgate, llegaban noticias de pasajeros cubiertos de hollín saliendo de King’s Cross.

La policía de transporte británica al principio atribuyó las explosiones a subidas de tensión pero la empresa eléctrica más tarde dijo que no había nada en el suministro eléctrico que pudiera explicar lo sucedido. Pronto fue evidente la realidad. Londres había sido el objetivo de un salvaje atentado terrorista. Parece que hubo siete explosiones. Enviaron a agentes a la red de metro para ayudar en las operaciones de rescate y trabajar en los túneles y andenes para ayudar a sacar a la gente. Los viajeros salían de los túneles cubiertos de sangre. Un portavoz de policía de transporte británica dijo que los dos trenes seguían atascados en los túneles. Los efectos de una explosión en un espacio cerrado y con trozos de cristal por los aires sólo se pueden imaginar.

La primera bomba en un autobús explotó cerca de Russell Square, ocurrió no mucho después de que llegaran las noticias de varias explosiones en el metro de Londres. Un testigo dijo que toda la parte superior del autobús estaba destrozada. Una pasajera dijo que el autobús estaba lleno de gente. “Fue una explosión masiva, papeles y medio autobús saltaron por los aires”. Una persona que llamó a BBC Five dijo que su amigo había visto “el autobús destrozado y abierto por arriba como si fuera una lata de sardinas con cuerpos por todas partes”.

Las causas de los incidentes todavía no están claras. Pero después de la atrocidad de Madrid del año pasado, no se puede descartar una conexión con Oriente Medio. Como en Madrid, era un ataque coordinado y bien planificado. Como en Madrid nadie avisó. Como en Madrid, el objetivo era indiscriminado y calculado para asesinar al máximo número posible de personas. Lleva todas las marcas de fanáticos tipo al Qaeda. Las páginas web árabes vinculadas a al Qaeda aparentemente han dicho que la organización terrorista estaba detrás de los ataques. Esto todavía no se ha confirmado, pero es totalmente probable.

Las explosiones en el metro estaban programadas para producirse en un tiempo concreto, cuando un gran número de trabajadores normales se dirigían al trabajo. Después siguió la explosión en el autobús. Los atentados ocurrían un día después de que a Londres se le adjudicase las Olimpiadas de 2012, el sentimiento de shock colectivo es aún mayor debido al cruel contraste con las escenas de júbilo popular del día anterior. También ocurrió cuando los líderes del grupo de las ocho naciones ricas se reunían en Escocia. Parece probable que el ataque estuviera planificado para coincidir con esto último.

El ataque de Londres pretende ser un mensaje. El contenido de este mensaje es bastante claro: decís que habéis ganado la guerra contra el terrorismo, que el mundo es ahora un lugar más seguro, que la invasión de Irak ha sido un éxito, pero todas esas pretensiones son falsas. La identidad de los terroristas es desconocida, pero quienquiera que sea el responsable ha demostrado no tener ninguna piedad ante las víctimas inocentes de sus acciones. Estos actos son completamente repugnantes que no pueden ser defendidos por quien defiende la causa del socialismo y la clase obrera. Este tipo de acciones sirve sólo para fortalecer a las fuerzas de la reacción. No hay absolutamente ninguna justificación para ello. Debe ser condenado de manera absoluta.

Nuestra condena de las atrocidades terroristas no tiene nada en común con las condenas hipócritas de Bush y Blair. En su declaración Tony Blair dijo: “Nuestros pensamientos y oraciones están con las víctimas y sus familias”. Después reiteró su determinación a “derrotar al terrorismo”. Estos caballeros no derraman lágrimas por los decenas de miles de hombres, mujeres y niños inocentes masacrados en Iraq a causa de su política. Eso también es terrorismo, terrorismo a una escala mucho más inmensa e inhumana. No tienen ningún derecho moral a condenar la violencia cuando ellos mismos son los responsables de extender las guerras y la violencia en todo el mundo en busca de sus propios objetivos cínicos.

Igual de horribles, comparados con el 11 de septiembre, los atentados de Londres tienen una escala relativamente más pequeña. Aquel fue un ataque espectacular que sacudió el corazón de EEUU. ¿Cuál fue el resultado final? Sólo el fortalecimiento de los elementos reaccionarios más de derechas de la clase dominante, el fortalecimiento del imperialismo, la victoria de George Bush, la invasión de Afganistán e Irak. En los casos de asesinato el abogado pregunta: ¿cui bono? (¿a quién beneficia?) Las únicas personas que se benefician del terrorismo son los peores enemigos de la clase obrera, de la democracia y el socialismo.

Condenamos los métodos de los terroristas no sólo porque asesinan a personas inocentes. Los condenamos porque hacen el juego al imperialismo y la reacción. Los condenamos porque proporcionan todas las excusas necesarias a Blair y Bush para continuar con su política criminal. Es un regalo para aquellos elementos derechistas que intentan restringir los derechos civiles. La policía tendrá nuevos poderes. El Estado se fortalecerá. La opinión pública se suavizará ante los nuevos actos de represión y agresión militar con la excusa de “luchar contra el terrorismo” que, a su vez, aumentará el riesgo de atentados terroristas.

Esto es horror sin fin. Es una enfermedad que se está extendiendo como una pandemia global de un país y continente a otro. Nadie está a salvo. Ningún país es seguro. Los discursos de los líderes de: “vamos a ganar la guerra al terrorismo” suenan como frases vacías ante esto.

El cuadro todavía es muy confuso. La población está sacudida por la conmoción y el dolor. Es natural que las personas estén conmocionadas y horrorizadas. Pero cuando el humo de las explosiones finalmente se desvanezca, cuando las mentes se aclaren, empezarán a hacer algunas preguntas duras. Claramente era sólo cuestión de tiempo antes de que la locura terrorista golpeara a Londres. Con sus acciones, Tony Blair ha puesto a su población en la primera línea de frente de esta locura. El resultado era totalmente predecible.

La última atrocidad podría demostrar la eficacia de los métodos del terrorismo. Un pequeño grupo de fanáticos con bombas puede paralizar una gran ciudad. Pero en última instancia, los terroristas no pueden triunfar. Estos actos locos y bárbaros sólo sirven a los intereses del imperialismo. El terrorismo y el imperialismo se alimentan entre sí. Las barbaridades de uno sirven de pretexto para las barbaridades del otro. Y como siempre, la gente normal es la que paga el precio.

Los medios de comunicación ahora sacarán el máximo provecho. Blair y Bush utilizarán esta atrocidad para intentar justificar su política en Iraq y en casa. Pero cuando la gente comience a reflexionar en calma sobre estos acontecimientos sacarán conclusiones muy diferentes. La guerra contra el terrorismo no se ha ganado. La invasión de Irak ha desestabilizado todo Oriente Medio y ha conseguido muchos nuevos reclutas para organizaciones terroristas como al Qaeda. Y el mundo es un lugar mucho más peligroso que lo era antes de la invasión de Irak.

Londres, 7 de julio de 2005


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