Desde mi infancia me han enseñado el significado del tricolor de mi bandera; y recuerdo que me enseñaban que su color amarillo representaba todas las riquezas que nuestra nación posee; que su color azul correspondía al color de nuestros (aunque nos d Desde mi infancia me han enseñado el significado del tricolor de mi bandera; y recuerdo que me enseñaban que su color amarillo representaba todas las riquezas que nuestra nación posee; que su color azul correspondía al color de nuestros (aunque nos duela que se encuentren abandonados, y absorbidos por la contaminación capitalista); y también me enseñaron que su color rojo era una conmemoración a la sangre de nuestro héroes que vivieron para morir, y que murieron para vivir en cada una de nuestras conciencias, enseñándonos a defender de igual forma a nuestra patria.

Hoy por hoy a nuestra bandera le atribuyen una nueva definición de sus colores así: que su color azul representa al partido Conservador, que su color rojo representa la casta del partido Liberal; ambos como los partidos hegemónicos que se han disputado y feriado todas las riquezas, que se representan en el color amarillo de nuestra bandera; y sí que tenemos riquezas, porque hasta el sol de hoy, a nuestros ojos vista, que hay muchas riquezas por saquear; porque si no fuera así, no tendríamos actualmente a los del Norte firmando con nosotros un Tratado de Libre Comercio.

Afirmar que Colombia es un país pobre en medio de tanta riqueza, es una afirmación que parece un poco extraña y la cual puede generar controversia entre las personas. La idea no es generalizar, es simplemente analizar la realidad que hoy en día el país está viviendo para darse cuenta que la afirmación no es ninguna locura. En el mejor de los casos, la mitad de la población Colombiana es pobre y eso lo saben bien quienes viven en la pobreza. Sin embargo, técnicamente, si el ingreso de una familia es menor de un millón de pesos mensuales, la familia ya es pobre. Y si una familia no consigue más de cuatrocientos mil pesos mensuales para vivir; ya ésta se estaría convirtiendo en una familia indigente.

Pienso, luego existo; existo, luego soy conciente de lo que pienso. Si en realidad somos concientes de lo que pensamos, se alarmarían por lo siguiente que les voy a decir: En la actualidad se habla del derecho objetivo del 25 % de la población Colombiana, y de este 25% se dicen que son todos aquellos que no viven, sino que sobreviven ni siquiera con los cuatrocientos mil pesos que devenga la familia indigente de la cual les hablaba anteriormente, a ese 25% les llamaría "los excluidos por el sistema neocapitalista actual" (y no solo ese 25% se presenta en la sociedad Colombiana; de ese porcentaje se puede hablar de cualquier país que pertenezca al bloque tercermundista); y es cuestión de compromiso con nuestra sociedad, los que les vengo hablando, si antes luchábamos por la explotación del hombre por el hombre; hoy deberíamos hablar de una doble lucha, y esta es acabar con la explotación del hombre por el hombre, y sobretodo con la exclusión; si antes también se habla que se vivía con cadenas, pero si miramos esa época, era mejor que la actual, si era verdad que habían cadenas, pero al menos se tenia con qué comer, pero hoy es más critica la situación; hoy no tenemos, ni cadenas, ni mucho menos el pan. Por eso insisto que debemos acabar con la exclusión.

Entonces, cómo hablar de globalización, si tenemos una localidad que no sirve, esto es, tenemos gobernantes que no han sabido responder a las necesidades que desde otrora, nuestra sociedad les reclama. Como hablar de la justicia Conmutativa (propia del derecho comercial), esa misma que nos enseñan en nuestras cátedras de derecho, si en principio no se ha hecho la distribución necesaria para que todos podamos comerciar, contratar, o participar en el mercado internacional, cómo hablar que un tratado nos beneficiará a todos, si tenemos a un 25% de nuestra sociedad que vive en la pobreza absoluta, en donde lo único que tienen de privado, es su corporeidad y sus necesidades fisiológicas, y que ni siquiera tienen que dejar a sus familiares, pues cuando mueren ni siquiera trasladan deudas.

En tratándose del asunto que hoy nos ocupa, "el Tratado de Libre Comercio"; a modo de información , se puede decir lo siguiente de este contrato de adhesión: en el T.LC. se negocian dos cosas principalmente: 1) los textos del tratado, y 2) la oferta del acceso el mercado estadounidense. Para hablarle de lo que me ocupa en mi ponencia, tenemos que en el campo agrícola se dice que se están negociando (supuestamente), los mecanismos de protección, las ofertas de desgravación, y las medidas sanitarias y fitosanitarias; en los mecanismos de protección se habla de una franja de precios; de unas salvaguardias, como un impuesto temporal para los productos sensibles, entonces, hay una desgravación a medio plazo (de 5 a 10 años), y de una desgravación a largo plazo (de 15 a más años), para los productos más sensibles; imagínense ustedes: si no fuera tan perjudicial un tratado de libre comercio con los Estados Unidos por qué habría que mantener un periodo de transición, mientras nuestros productos sensibles e hipersensibles, se adapten a las exigencias del mercado arrasador de los Estados Unidos.

Se pregona también que existen paradójicamente unas estrategias: Las defensivas; para los productos hipersensibles (como los traseros de pollo, el arroz, el maíz y el fríjol); el otro antagonismo neoliberal es la defensa disfrazada de los productos sensibles (tales como las oleaginosas, la carne de bovino, de cerdo, lácteos, algodón y glucosas). Por otra parte se abanderan los paisas (con el presidente a la cabeza), formando parte de la estrategia ofensiva, con la exportación de las flores; lo ideal sería que tuviéramos un presidente que propendiera por el desarrollo igualitario de todas nuestras regiones, dentro de esta paradójica estrategia ofensiva también se encuentran las frutas (¿cuáles?), el tabaco, el café, los lácteos, el etanol, el aceite de palma africana, las pastas y galleterías, y el cacao. Otra de las falacias del neoliberalismo es que existen unos productos no sensibles (y no especifican cuáles), atribuyendo este calificativo al resto de productos que pertenecen al ámbito agrícola; supongo que ese calificativo se le atribuye a las plantaciones de cocaína y canibinoides que desde antaño no son tan sensibles por soportar las fumigaciones con glisofato y balas elaboradas por INDUMIL y los demás explosivos que no se pudieron utilizar en los ataques a Vietnam, a Nagasaki e Hiroshima.

Si el agro Colombiano y el de los demás países latinoamericanos que actualmente pretenden enfrentarse en un cuadrilátero de boxeo (dicho escenario como el mote del mercado internacional), contra el mercado Estadounidense, dicha pelea es la misma en la que se encontraría un burro amarrado contra un tigre suelto, o también podríamos decir que la oligarquía local esta dejando que los zorros del Norte entren a nuestro gallinero y se lleven nuestras mejores gallinas.

Es tanta la ignominia, la afrenta, el oprobio al que están condenadas nuestras patrias que ya se han cedido todos los mecanismos de protección a cambio de nada; ya no se habla de 13 productos sensibles, sólo se avisa de la utilización de una protección mínima para tres productos: el maíz, el arroz y el azúcar, de este ultimo producto, quiero detenerme a expresar lo siguiente: los EE.UU. demandan diez (10) millones de toneladas anuales, de las cuales importa por el sistema de cuotas contingentes 1.2 millones. Colombia por su parte, esta produciendo 2.7 millones de toneladas, de las cuales sólo acceden al mercado Estadounidense 25 mil toneladas, que es la cuota que nos corresponde entregarle a ellos, esto en últimas equivaldría a solo el 0.25% de su mercado, porcentaje que en últimas es muy injusto, con esto se comprueba la tesis, en que se dice "que ellos están ganando más consumiendo nuestros productos, de lo que irrisoriamente nosotros estamos ganando en producirle a ellos. Pero en realidad lo más dramático de la coyuntura azucarera es que son 18 los estados de la unión americana productores de azúcar y los que están en guardia, y dispuestos a defender a ultranza su mercado interno de cualquier intromisión. El que tenga ojos que lea: Estados Unidos mantendrá el sistema de apoyos internos que le permite exportar sus bienes por debajo de los costos de producción y no solo Colombia, sino también los demás hermanos latinoamericanos que están cayendo en tremenda trampa ideológica, eliminaran toda ayuda y protección a sus sectores agrícolas.

Bueno hermanos, en consonancia con lo anterior aparecen como perdedores: los traseros de pollo (pues a los gringos sólo le gustan las pechugas, y como siempre, lo que sobre será para nosotros), también perderán los vendedores de carne (sea la de cerdo o la bovina), la leche entera, el trigo, la cebada, el maíz (amarillo y el blanco), la soya en grano, el aceite (crudo de soya, y el crudo de palma), entre otros.

Del estudio que se haga de los temas que se tratan en las negociaciones de los Tratados de Libre Comercio preimpresos por los Estados Unidos para cualquier país del Tercer Mundo, se pueden analizar las siguientes preguntas descollantes:

1) ¿Qué se negocia en una mesa de agricultura? Rta. Se busca entre-manos que los productos agropecuarios se puedan vender en el exterior sin aranceles… ¿será eso posible cuando Estados Unidos ha mantenido desde el principio de las negociaciones el sistema de apoyos internos para sus productos?, esto como de la desigualdad negocial a la que estamos enfrentado, pues como ya dije se están cediendo por nuestra parte los asuntos vitales del agro.

2) ¿Qué son las medidas sanitarias y fitosanitarias? Rta. Son medidas para proteger la salud humana o de los animales del uso de: aditivos (ojala que prohíban la utilización de la hoja de Coca como aromatizante en la bebida negra, la Coca-Cola, y así poder acabar con la importación que esta compañía hace de la coca Boliviana, y el azúcar del Brasil, ya que por las enormes cantidades de esta materia prima, se está golpeando drásticamente la economía de dichos países), también la presencia de toxinas, de organismos patógenos; in fine enfermedades, la radicación y propagación de plagas, y la inocuidad de los alimentos. Pero hay algo más detrás de todo esto. Estados Unidos exige siempre altos estándares de calidad que en últimas serian imposibles de cumplir en estos momentos que no contamos con la tecnología suficiente para poder SER COMO ELLOS.

3) ¿Qué se negocia en la mesa de asuntos ambientales? Rta. Se busca garantizar la implementación y cumplimiento de la legislación ambiental propia y asegurar altos estándares de protección ambiental por cada parte… ojala que se acaben las fumigaciones con glisofato…

Estas son las preguntas para cualquier lector que ya se haya hecho conciente de que esta realidad nos atañe a todos; pero con base en esas preguntas y cotejadas con la realidad, se hace menester, cuestionarnos de la siguiente manera: ¿qué comunicación tiene este tratado con el plan de desarrollo que nos presento el Sr. Álvaro Uribe, cuando era candidato a la presidencia de nuestra RES-PUBLICA?… ¿Cómo se articulan estas negociaciones con otros ministerios, como el de protección social, y el educación?.

Es así la realidad, en estas condiciones el gobierno esta decidido a firmar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Es tanto el afán fundamentalista de libre comercio que tiene nuestro presidente, sólo emite declaraciones que no están dirigidas a EE.UU. pidiéndole mayor flexibilidad; sino al equipo negociador ordenándole que aceleren la firma.

Es tanta la desdicha que padece mi alma, ante un gobierno (que además sólo piensa en reelección, antes que en la próxima generación), que no se ha convencido de que el principal problema en Colombia es el desempleo, que la educación hay que elevarla hasta conseguir la escolaridad al 100%, que la inversión social debe ser una estrategia primordial, que haya más vivienda y menos hambre, y que en una administración de lo público debe haber más transparencia y menos corrupción.

Expuesta así nuestra coyuntura, no tengo más palabras que decirles, que empiecen a prepararse y a unirse para la independencia, porque estamos de frente a una recolonización disfrazada de tratado de libre comercio.

¡porque nuestra libertad, y la todos los pueblos oprimidos; no se mendigan… hay que conseguirla con nuestra propias manos!

¡Que viva la autodeterminación de los pueblos latonamericanos… ! ¡Que viva!