El presente documento fue publicado originalmente por el periódico marxista mexicano Militante con el titulo de El EZLN: Un Movimiento Campesino Armado. Ello en el contexto de la gran marcha zapatista a la Ciudad de México de principios del 2001. Est Presentación

El presente documento fue publicado originalmente por el periódico marxista mexicano Militante con el titulo de El EZLN: Un Movimiento Campesino Armado. Ello en el contexto de la gran marcha zapatista a la Ciudad de México de principios del 2001.

Pensamos que su contenido original sigue vigente, así lo han demostrado los acontecimientos, pero de esa fecha al día de hoy han acontecido sucesos relevantes en la vida nacional e internacional, y en el propio devenir de la lucha zapatista, de tal forma que consideramos necesario presentar un nuevo documento que contenga la esencia de las ideas del texto original pero que al mismo tiempo integre nuestros puntos de vista de lo que ha sucedido después de la marcha zapatista

Para nosotros el alzamiento armado del EZLN representa uno de los capítulos más relevantes de la lucha de clases de nuestro país, desarrollado durante la pasada década, y sobre el cual aun veremos en el futuro episodios de particular importancia. Por ello es necesario, a la luz de los sucesos recientes, la presentación de esta versión actualizada en la que Militante expone sus puntos de vista sobre la lucha de los indígenas chiapanecos.

Militante

I- Introducción.

"… De igual forma, vemos que nos es imposible mantener esta indefinición durante mucho tiempo: una fuerza que está haciendo trabajo político pero es clandestina y armada. No es fuerza pacifica, pero tampoco es fuerza armada. Es un ejército, pero un ejército que tampoco está haciendo la guerra, que está en un proceso de paz. Una organización que tiene un pie en la ilegalidad y otra en la legalidad, a través de la ley del diálogo (…) Es así, pero nosotros vemos que las dos barcas se empiezan a separar. El EZLN va a tener que optar: se pasa a una de las barcas o se cae al agua y se queda sin ninguna.

Esa indefinición atraviesa a todo el EZLN. Hay quienes ven una contradicción entre el discurso democrático, tolerante, incluyente del EZLN y su práctica militar, militarista. Pero incluso en el discurso del EZLN hay partes muy duras muy dogmáticas, muy doctrinarias, hay partes muy abiertas y simples… Repetimos que hay que ser tolerantes y que no somos la vanguardia, pero en nuestras críticas a otras fuerzas políticas damos la impresión de creernos la vanguardia o se puede leer así. Puede haber otras pero las principales contradicciones son esas. Ese momento de indefinición tal vez permitió que viviéramos éste mundo caótico pero rico (…), en el 95 y lo que va del 96. Ahora, claro que conlleva el riesgo de que si permanece la indefinición, se agote, que ni siquiera como restaurante sirva. Que finalmente sea tan indefinido que nadie se reconozca en él."

Sub Comandante Marcos, El sueño zapatista. Plaza y Janes 1997. Pág. 307-308

"Las respuestas a las preguntas sobre el zapatismo no están en nuestras reflexiones y análisis teóricos, sino en nuestra práctica".

Marcos, El Mundo: siete pensamientos. Mayo de2003

El presente documento no pretende ser un análisis acabado del movimiento que emergió a la luz pública en enero de 1994. No obstante sí buscamos hacer una revisión de los principales aspectos que caracterizan al EZLN como un protagonista político en el México de estos últimos 10 años.

Pese a que 10 años son un periodo muy breve de tiempo de frente a la historia de un país, si son espacio suficiente para realizar un balance de los alcances y limitaciones del movimiento neo-zapatista

El levantamiento zapatista de 1994 fue sin duda el principal acontecimiento de la lucha de clases en México en la última década, sus efectos y su influencia han ido más allá de la lucha por los derechos y la cultura indígenas, aunque lamentablemente se pretenda restringirlo a ello. Las dimensiones e importancia histórica de dicho movimiento, a pesar de las miles de páginas que se han generado al respecto, aún no se han valorado de forma justa.

Por un lado están los apologistas, aquellos que ven, o quieren ver, en el movimiento el surgimiento de una nueva teoría que salvará a la izquierda de los fracasos del fin de siglo XX, mientras que otros tratan afanosamente de demostrar que el EZLN es uno más de los movimientos que los maléficos "guerrilleros, marxistas y manipuladores" inventan artificialmente aprovechando la "ignorancia" y la pobreza de los indios. Sobre los segundos no tiene sentido comentar algo, es el mismo discurso de siempre.

Entre los primeros incluso podemos encontrar esfuerzos verdaderamente destacables de intelectuales que publican revistas como Vientos del Sur y Chiapas entre otras, que buscan con todas sus fuerzas hacer cuadrar los postulados neo-zapatistas con lo más nuevo de la sociología o incluso con el marxismo.

Lamentablemente dichos estudios dicen mucho menos sobre lo que realmente significa el neo-zapatismo que lo que el propio Marcos y el EZLN señalan en sus documentos y entrevistas. Si hay algo que caracterizó en sus primeros años al movimiento neo-zapatista ha sido una gran honestidad a la hora de reconocer sus alcances y limitaciones. El análisis del movimiento tendría que partir de los acontecimientos y de lo dicho y lo hecho por los zapatistas

Para los marxistas dos son las cuestiones a destacar que se derivan de esta lucha: la primera y más importante es la enorme demostración de capacidad de lucha y de sacrificio que los campesinos indígenas de Chiapas han demostrado históricamente. Los hechos de los últimos años son sólo una confirmación de algo que para todo aquel que se considera de izquierda debería de estar claro: el potencial revolucionario del campesinado pobre si tiene una alternativa para luchar es enorme. El levantamiento de enero de 1994 fue justo y merece triunfar. Es una tarea de todos, especialmente de los activistas del movimiento obrero y la juventud hacer todo lo posible para que la insurrección de Chiapas culmine en una auténtica revolución social. Debemos recordar que el programa que enarbolaba el movimiento en sus inicios era un programa para todos los trabajadores que, pese a no romper con los marcos del capitalismo, significaba un llamado, no a apoyar una lucha, sino a integrarse a ella con las propias demandas, ya fueran tierra, trabajo, educación vivienda, etc.

El principal límite de esos primeros días fue sin duda el carácter local de la insurrección y el hecho de que hubiera estallado en el campo. El campesinado indígena de Chiapas actuó valientemente cumpliendo con lo que podía hacer, no le era posible ir más allá. La clave para cualquier lucha como la desatada en aquel entonces es la extensión de la insurrección a las ciudades y la participación activa y consciente del movimiento obrero. Esto no sucedió, no porque los trabajadores fueran más o menos combativos, sino porque no había una alternativa de organización y lucha que les planteara levantarse. Mientras esta tarea no se realice las luchas de los sectores oprimidos, como los indígenas, sólo tendrán soluciones parciales que tarde o temprano la burguesía arrebatará nuevamente.

El segundo elemento a destacar de dicho movimiento es el aporte en cuanto a enseñanzas para el movimiento obrero y la juventud. Una lucha es sacrificio, heroísmo, pero también aporte para futuras batallas. Estudios históricos de Marx como El 18 brumario de Luis Bonaparte, Revolución y Contrarrevolución en Alemania y La Guerra Civil en Francia, nos han permitido extraer armas teóricas con las cuales el proletariado logró importantes victorias en la primera mitad del siglo XX, especialmente la revolución Rusa.

Los protagonistas de las luchas analizadas por Marx no eran marxistas, eran obreros y campesinos, hombres y mujeres que se enfrentaron al orden establecido porque el sistema era injusto y porque no estaban dispuestos a soportarlo más. Aprendieron por la vía de su sudor y su sangre quién era el enemigo y como había que combatirlo.

En torno al neo-zapatismo se han amalgamado una serie de ideas y métodos que se repiten una y otra vez respecto de muchas cuestiones, es la misión de todo activista honesto el hacer una valoración crítica de dichos planteamientos para retomar lo útil o señalar lo equivocado de cada uno de ellos.

La cita de Marcos con la que iniciamos esta introducción es bastante ejemplar; hay que creerle cuando señala que la indefinición es su principal problema, hay que creerle cuando dice que "somos un desmadre", que la indefinición los puede llevar al agotamiento.

La mejor manera de ayudar al movimiento en el plano teórico es el señalar el origen de esas indefiniciones, someter a una crítica aquellas ideas que no sólo no han hecho progresar la lucha en Chiapas sino que se han constituido en una traba para el movimiento en su conjunto.

El negar que los problemas existen no implica que estos desaparezcan; el cambiar de nombre a las cosas nos significa que su contenido sea otro, el hablar a los defectos como si fueran virtudes no convierte los defectos en virtudes. Para hacer un balance crítico de lo que realmente significa el neo-zapatismo en términos de aporte teórico es preciso señalar lo que el neo-zapatismo dice y hace.

Por otro lado es una obligación de todo revolucionario que se precie de serlo el defender al movimiento en contra de todo tipo de represión, debemos forjar la unidad de acción más amplia y consistente posible en contra de nuestro enemigo común. Aún a pesar de caminar separados, procurar golpear juntos. Estamos seguros que los compañeros zapatistas realmente honestos serán de los primeros en actuar de forma decidida en la tarea de luchar, no por la inserción sino por la subversión, no tanto por la reforma como por la revolución, no por la alianza con los burgueses sino en lucha contra ellos en unidad con las clases explotadas.

Finalmente como señala Guillermo Almeyra alguna vez;

"Espero que el que tenga entendederas que entienda que lo que el zapatismo (y la izquierda) necesitan no son los que echan porras sino los que tratan de pensar" (La Jornada, 21/9/97)

II- Un Largo y sinuoso camino

Los motivos y los actores

Chiapas es una zona del país que se caracteriza por la extrema pobreza y marginación, el 30% de los habitantes de ese estado, uno de los pocos en donde aún la mayoría de la población habita en las zonas rurales, es indígena y de ellos la inmensa mayoría corresponden a campesinos sin tierra y ejidatarios minifundistas.

En Ocosingo, Altamirano y las Margaritas, con una población de 225 mil habitantes, el 48% es analfabeto, 80% de las familias ganan menos de un salario mínimos al mes, 75% de las comunidades no tienen electricidad y entre el 50 y 70% no poseen agua potable en 1994. Tan sólo en 1993 murieron 15 mil campesinos pobres víctimas de las enfermedades o de las acciones represivas de los diferentes instrumentos de represión del Estado.

Mas de la mitad de la superficie agrícola esta dividida entre aproximadamente 2,000 comunidades, las cuales están sometidas a través de las diversas redes que tiende el capitalismo en el campo. El eje de dicha explotación es el finquero, dueño de las mejores tierras, el que controla la compra y la distribución de la producción agrícola, el que cede sus tierras para que los campesinos pobres se las cultiven y al final se queda con la mejor y mayor parte de la cosecha. Del finquero provienen las principales autoridades de los municipios y del Estado, ellos sostienen grupos de hombres armados desde hace decenios, ellos se coluden con los caciques indígenas para mantener un control sobre las distintas comunidades.

La democracia de la comunidad indígena se concentra en asambleas donde los más viejos y los hombres tienen la máxima autoridad. Las decisiones son, en general, unánimes, no hay espacio para las disidencias. Evidentemente las cosas cambian en función de las distintas comunidades pero el eje de funcionamiento es similar en cada caso. El PRI (Partido Revolucionario Institucional) utilizó estos "usos y costumbres" a partir del control de los caciques locales, para lograr mantener un 90% de la votación del Estado en las elecciones de 1982 y 1988. Para que el EZLN lograra insertarse en una parte de estas comunidades fue necesaria la aprobación de éste gobierno local.

En toda sociedad capitalista, el desarrollo económico se da no a partir de la eliminación de las desigualdades y atrasos, sino a partir de la explotación de los mismos. En el caso de Chiapas, como en otras regiones del país, la dependencia semi-feudal es un elemento del desarrollo capitalista del conjunto del país. Chiapas no quedó en el retraso y la marginación por un olvido, todo lo contrario, éste retraso fue un acto consciente de la burguesía nacional y sus socios locales, los cuales no se olvidaron de aprovechar la explotación del maíz, el café, del petróleo, de sus recursos hidroeléctricos, de sus maderas, etc.

En un momento dado esta misma explotación (modernización según Yvon Le Bot, Sub Comandante Marcos, el Sueño zapatista, Plaza y Janes Pág. 33-40) trajo cierto espacio de desarrollo y motivó la necesidad de diversas formas de organización del campesinado pobre e indígena en la zona de los altos y el norte de Chiapas.

Desde los setentas tanto la acción de grupos progresistas de la iglesia católica, como de diversos grupos de izquierda, principalmente seudo maoístas de Línea Proletaria, generaron la formación de organizaciones de carácter económico con cierto grado de independencia del Estado.

En 1975 se crea la Unión de Ejidos-Quiptic ta lecubtesel, en tzetzal Nuestra fuerza para la liberación. La organización en esos tiempos rompe con Línea Proletaria (posteriormente los principales cuadros de dicho grupo se convertirían en funcionarios del estado) y para 1980 forman la Unión de Uniones Ejidales y Grupos Campesinos Solidarios de Chiapas.

La actividad de dicho grupo, orientada fundamentalmente a la búsqueda de proyectos productivos para el desarrollo de la región, culmina cuando sus prácticas economicistas no encuentran respuesta del estado, provocándose en su seno una crisis.

Para esos tiempos es cuando, según Marcos, se establece un vínculo entre el grupo de guerrilleros del EZLN, de inspiración foquista-insurreccional, con varios dirigentes de dicha organización. El EZLN provenía de lo que fueron las Fuerzas de Liberación Nacional, un grupo guerrillero de inspiración guevarista formado a finales de los sesentas.

Llamamos guerrillerismo a la tendencia de un grupo de personas, puede ser grande o pequeño, a emprender acciones armadas al margen de las masas concibiendo que, si no existen condiciones subjetivas para la lucha, el grupo con su sola acción las puede crear. Esta era la concepción del EZLN en 1983, cuando se forma y lo siguió siendo en 1994 cuando se lanzan a la toma de varias ciudades de Chiapas (Ver Yves Le Bot, op. cit. Pág. 123-124)

La idea general del guerrillerismo, especialmente del foco guevarista había sido refutada por todas las experiencias anteriores en América Latina. La revolución es ante todo la participación activa de las masas, no sólo de los activistas, en la acción política, en la lucha por definir su propio destino como colectivo, no puede ser obra de un puñado de iluminados.

El fracaso del EZLN de aquel entonces fue total, el grupo que se fundó en 1983 con universitarios e indígenas de la zona sólo empezó a desarrollarse cuando las mismas comunidades indígenas decidieron que era necesaria su autodefensa armada y emplearon a lo que existía como EZLN para tal efecto (1989). Es decir, el foco desapareció y no fue su accionar militar sino las necesidades del movimiento campesino de la zona lo que le brindó una salida como grupo de autodefensa, a esto es a lo que Marcos señala como primera derrota del EZLN. Habría que aclarara que en aquel entonces el EZLN se definía como una "organización político militar de corte marxista leninista". Evidentemente esto responde a un profundo error. Tanto Marx como Lenin concebían al movimiento revolucionario como de masas y con fuertes raíces en el movimiento de la clase obrera. Marx y Lenin plantearon siempre una perspectiva internacional en el terreno práctico y organizativo del movimiento revolucionario, siempre pusieron el énfasis en la acción política y nunca consideraron que un grupo armado fuese el punto de partida de la revolución. El EZLN de finales de los ochentas no tenía nada de marxista-leninista. En la práctica, era un grupo aislado de las luchas de los trabajadores y de las ciudades, un grupo que se estaba asimilando al medio rural sin vínculos internacionales. Lo que fracasó en esa época en la selva no fue un grupo marxista-leninista, fue un grupo guerrillerista aunque ellos quisieran imaginarse como otra cosa. Esto es importante en la medida de que las referencias al marxismo y a sus organizaciones que hace Marcos, las desarrolla en función de su experiencia, la cual generaliza, de éste modo nos hace a todos víctimas de su fracaso.

Ni la dirección del EZLN fue consciente de éste proceso ni se dio cuenta de que su lógica guerrillera estaba plenamente equivocada. Para 1993 cuando se define el levantamiento, se da una especie de subordinación de la dirección urbana del EZLN a la dirección del Comité Clandestino Revolucionario Indígena (Ver Yves Le Bot, op. cit, pág. 195)

En 1989, por las fechas en las que se da la asimilación del grupo original zapatista, inicia una profunda crisis en las comunidades producto de la caída de los precios internacionales del Café. No sólo eso; en enero de 1992 Salinas da por terminado el reparto agrario, de manera paralela se anuncia con bombo y platillo la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio. De tal manera que al mismo tiempo que los sume en la miseria, anuncia que el país entra al primer mundo. Esta fue la gota que derramó el vaso, recordemos que para que una sublevación estallé no basta que haya opresión o miseria, sino que la indignación cunda y Salinas al respecto hizo un trabajo muy efectivo.

Así desde los primeros meses de 1993 se comienza la preparación de una insurrección campesina clásica con todos sus elementos: es decir, no es producto de una estrategia de lucha nacional o con un programa alternativo, es motivada por la imposibilidad de seguir soportando por más tiempo la opresión y la miseria que se acrecentaban día con día y que se volvían aún más insoportables de frente a un gobierno triunfalista y demagogo.

El movimiento campesino asumía una lógica natural. En éste aspecto hay que destacar que el EZLN o los integrantes sobrevivientes fueron un apoyo muy importante para que dicho movimiento se cohesionara y asumiera iniciativas de acción política de carácter revolucionario y progresista como lo fue la marcha sobre San Cristóbal de las Casas del 12 de octubre de 1992.

Pero para 1993 lo que fue originalmente el EZLN estaba en franco desconcierto, seguía de manera apesadumbrada la preparación para la guerra por parte del movimiento campesino:

"Hubo un choque muy fuerte, una discusión muy fuerte, sobre todo cuando el resto de la organización percibe que los indígenas son mayoría y que tienen el poder… Eso es lo que determina que las actividades que dependían de la ciudad empiecen a depender de la montaña, del Comité Clandestino Revolucionario" (Marcos en entrevista con Yves Le Bot, op. cit. Pág. 200)

Si bien la formación del EZLN como movimiento campesino armado hizo desaparecer las prácticas foquistas a su interior, su concepción del futuro de la lucha seguía siendo de ese carácter. Para los neo-zapatistas el día 1 de enero iniciaría una insurrección que o bien se extendería por todo el país o bien sería aplastada:

"No hay un salto de lenguaje, sino de todo el planteamiento político, incluso militar del EZLN. En términos muy sencillos: el EZLN estaba preparado para el 1 de enero pero no para el 2 de enero (…) o la aniquilación del primer grupo de línea o el alzamiento de todo el pueblo para derrotar al tirano; se nos presentó una opción, ni siquiera intermedia, sino que tenía absolutamente que ver con la otra. No estaba en nuestras expectativas." (Marcos en entrevista con Monsivais La Jornada 8/01/2001)

En día 1 de Enero más de 4000 indígenas mal armados, algunos de ellos con palos, lanzan una ofensiva que incluye la toma de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Altamirano y Las Margaritas. La insurrección en términos militares es un éxito pero sólo en la región de influencia zapatista. El hecho de que no existiera ningún tipo de estructura organizativa real en algún otro estado de la república, mucho menos en las ciudades, ningún tipo de preparación previa en el conjunto del movimiento social, principalmente el obrero, fue el factor decisivo para que la insurrección no se extendiera por todo el país. La mayor parte de loa 90 millones de mexicanos de aquel entonces se enteraron del levantamiento por las noticias, por tanto, no sólo era poco probable sino imposible que la rebelión se extendiera por todo el país, no obstante había condiciones materiales para que así sucediera. Las masas expresadas en sus distintas organizaciones buscaron la manera de hacerse participes de la lucha. Principalmente en la ciudad de México se organizaban reuniones de cientos de activistas, donde se buscaba afanosamente información sobre lo que estaba sucediendo y se proponía una u otra cosa para apoyar la lucha.

Ese mito de la sociedad civil, que de pronto apareció y paró la guerra es un tanto exagerado; fueron los sindicatos, las organizaciones de colonos, los comités de base del PRD (Partido de la Revolución Democrática), es decir los trabajadores organizados, los que impulsaron la magnífica movilización del 12 de enero de 1994 que obligó a Salinas a detener los ataques del ejército.

Para entonces el EZLN se estaba replegando hacia la selva, las fuerzas armadas emprendían una contraofensiva, aunque con titubeos de todo tipo, había incluso soldados que fallaban intencionalmente sus disparos, algunos de ellos desertaron cuando durante las primeras horas de la lucha la situación no era tan clara. Con todo eso la enorme superioridad de las fuerzas armadas se estaba dejando sentir, a la retirada de los campesinos armados rumbo a la selva, el ejército respondía con bombardeos indiscriminados hacia las poblaciones de supuesta simpatía zapatista.

La movilización del 12 de enero de 1994 fue inmensa pero no fue "esa masa informe que no responde a una organización política en términos clásicos" que Marcos llama sociedad civil. La movilización del 12 fue impulsada por organizaciones, muchísimos de ellos militantes y activistas del PRD, los sindicatos y grupos de colonos y jóvenes, eso que antes se solía conocer como "pueblo", que por cierto unido y armado jamás será vencido.

Es cierto que cientos de miles de personas que no tenían inquietudes políticas fueron despertadas por el alzamiento y que esto significó un ingrediente nuevo, no obstante esto sucede en toda lucha popular importante, la clave del asunto no era glorificarlos porque no estaban organizados, sino plantearles una alternativa sana para integrarse.

El alzamiento tuvo la virtud de impulsar ese ánimo a luchar pero muchos intelectuales y dirigentes de organizaciones tuvieron el notable error de glorificar la desorganización y la desconfianza lejos de canalizar el ímpetu de lucha a la organización.

La Primera Declaración de la Selva Lacandona

"Pueblo de México: Nosotros, hombres y mujeres íntegros y libres, estamos conscientes de que la guerra que declaramos es una medida última pero justa. Los dictadores están declarando una guerra genocida no declarada contra nuestros pueblos desde hace muchos años, por lo que pedimos su participación decidida apoyando éste plan del pueblo mexicano que lucha por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. Declaramos que no dejaremos de pelear hasta lograr el cumplimiento de estas demandas básicas de nuestro pueblo formando un gobierno de nuestro país libre y democrático". (Primera Declaración de la Selva Lacandona. Diciembre de 1993)

Si bien el EZLN tenía una idea muy nebulosa de lo que sería su futuro luego del 1 de enero, señalaba de manera muy precisa una serie de demandas que podían abarcar al conjunto de los jóvenes y los trabajadores del campo y la ciudad, no era un llamado a apoyar a un grupo de indígenas por sus derechos, era un proyecto para todos, se llamaba a todo el pueblo a derrocar al régimen constituido y formar "un gobierno de nuestro país libre y democrático".

Efectivamente ninguna de esas demandas era en si una propuesta socialista, de hecho llama a "los otros poderes de la nación se aboquen a restaurar la legalidad y la estabilidad de la nación deponiendo al dictador".

La Primera Declaración es una propuesta de carácter democrático-burgués que se propone un tránsito a la democracia, procurando condicionantes para que esa transición signifique bienestar para el pueblo pero sin que ello implique luchar por otro sistema social.

Hasta ahí la propuesta del EZLN comienza donde terminó el Frente Farabundo Martí (FMLN) de El Salvador.

Los marxistas, no obstante mirábamos las iniciativas de Tierra, techo, alimentación, salud, etc., como un elemento con el que se podía poner a debate de todos los trabajadores y en el mismo PRD la necesidad de un programa que hiciera posible todas esas demandas, un programa que no podía ser implementado bajo el capitalismo, aunque sí se podía luchar por el desde ahora. En éste sentido la Primera Declaración aún con todas sus limitaciones significó un paso adelante.

La respuesta del gobierno y el primer diálogo

La ofensiva contra el EZLN era un éxito en términos militares, pero el escenario que el presidente que aquel entonces, Carlos Salinas, se había fabricado se estaba resquebrajando rápidamente; el principal foco de peligro para el régimen no era Chiapas, sino las crecientes movilizaciones que se suscitaban en la Ciudad de México y el carácter combativo que estas adquirían. Un estallido social de magnitudes incontrolables, como el que se había dado el día 1 de enero, era muy factible si cientos de comunidades y de organizaciones sociales tomaban el ejemplo de los campesinos de Chiapas.

Cuando el ejército comenzó, al rededor del 6 de enero, con bombardeos, contra los alzados y contra la población, quedó claro de que no se trataba de un grupo que se podía perseguir y aislar sino comunidades de decenas de miles de personas que tendrían que ser arrasadas si se les quería derrotar finalmente. El gobierno de Carlos Salinas no hubiera sido capaz de soportar eso y hay dudas de que el ejército de aquel entonces, especialmente la tropa, hubiera sido capaz de cometer dicho genocidio.

De esta forma el gobierno no tuvo otro remedio, Salinas nombra a Manuel Camacho Comisionado del gobierno por la Paz y el día 12 de Enero casi al mismo tiempo que las masas estaban desbordando el Zócalo, decretó el cese al fuego y convocó al diálogo.

Nunca estuvo dentro de las expectativas del gobierno dar una respuesta positiva a un movimiento que demandaba su caída. La orientación del gobierno fue tratar de manejar al problema como de carácter local, es decir chiapaneco; además buscó siempre orientar el problema como de carácter étnico "son no más de doscientos indígenas monolingües" decía el monolingüe Patrocinio González Garrido, el entonces Secretario de Gobernación.

La solución para el Estado se concretaba a una serie de concesiones económicas de carácter superficial, con el objetivo de no trastocar al poder político y económico local.

La falta de una estrategia de lucha definida hace que la dirección del EZLN, lejos de orientarse a fomentar y crear una organización, es decir la extensión de la lucha y el involucramiento de otros sectores, se limitó a llevar un manejo político entrando en el juego en que pretendía hacerlos caer el Estado, ¡Si somos nosotros, indígenas, los alzados¡, ¡nos quieren perdonar! ¿De que nos van a perdonar?

Múltiples sectores de la pequeña burguesía, que querían ver en el alzamiento zapatista, no la posibilidad de una revolución que envolviera todo el territorio nacional, sino el llamado de auxilio del indio olvidado.

Ante el vacío generado por la falta de una alternativa para ir adelante en un sentido revolucionario, el movimiento de masas quedó a la expectativa, mientras que toda una ola de pequeño burgueses de distintas caretas construían un discurso orientado no a la solución de las demandas del movimiento, sino en la lógica de la paz y el diálogo

"En ese desconcierto le entramos a ver qué pasaba, lo hicimos sinceramente, ni siquiera era cálculo político." (Marcos en entrevista con Monsivais, La Jornada 8/01/2000)

Si en esos momentos un partido como el PRD hubiera hecho un llamado serio a canalizar el ímpetu de los jóvenes y trabajadores rumbo a la organización y la lucha, la caída de Salinas hubiera sido cuestión de días. No obstante la dirección del PRD señaló de manera conjunta con el PRI y otros partidos:

"Los actos del auto nombrado Ejército Zapatista de Liberación Nacional ponen en riesgo patrimonios valiosos de los mexicanos: La paz social, el régimen de libertades y el Estado de derecho" (La Jornada, 6/01/94)

El día 8 de enero Cárdenas afirmaría "lo importante es resolver el problema y negociar con esos señores que están enfrente echándose balazos y matando soldados" (El Financiero, 09/01/94)

El EZLN, o más bien las comunidades campesinas armadas, habían ido muchísimo más allá de lo que en esas circunstancias les era posible realizar; habían demostrado que era posible levantarse, luchar y enfrentarse a un Estado con reputación de fuerte. En medio del aislamiento organizativo y político y sin una perspectiva precisa de lo que había que hacer, la dirección del EZLN no tuvo otra alternativa que el entablar negociaciones con el gobierno.

Del 23 de Febrero al 2 de Marzo se realizó en la Catedral de San Cristóbal de las Casas el diálogo entre la delegación gubernamental y la zapatista. El gobierno se ufanó de que de las 34 demandas específicas planteadas en dicho encuentro se dio una respuesta positiva a 32. En realidad lo que se hizo fue prometer y "prometer no empobrece". El problema para el Estado era desactivar lo más pronto posible al movimiento y desarmarlo, no obstante esto era sumamente difícil debido a que las causas que desataron el conflicto sólo son posibles de resolver por medio de una revolución. Con ello sería posible la construcción de un gobierno revolucionario que dé cauce a un nuevo sistema de relaciones económicas y sociales en donde todos los sectores oprimidos, incluidos los pueblos indígenas, tendrían espacios para realizar sus demandas.

Si en 1994 el EZLN hubiera sido, como muchos de los grupos armados de los años setentas, un puñado de hombres armados sin vínculos directos con el movimiento de masas, entonces el problema se hubiera podido reducir a que el estado facilitara los medios para la reincersión de dicho grupo o de su dirección a la dinámica política legal, pero el EZLN existía y existe producto de un movimiento campesino indígena, un movimiento cansado de promesas, harto de las manipulaciones, chantajes y mentiras del Estado y con una capacidad de resistencia enorme.

Tempestad en las altas esferas y la respuesta política del EZLN

No obstante, la situación que se presentaba al término de las discusiones, el día 2 de marzo, era de cordialidad entre los grupos negociadores, incluso el EZLN llegaba a reconocer en el "señor comisionado del gobierno una persona honesta". Hubiera sido muy posible que en algunos meses se estableciera algún tipo de acuerdo más profundo que significara una salida parcial al conflicto. No obstante el levantamiento también había colaborado a profundizar las diferencias en el seno de la casta gobernante.

El asesinato de Colosio el día 23 de Marzo de 1994, producto de una intriga en el seno del régimen, puso fina a toda posibilidad de un acuerdo más formal entre el gobierno y el EZLN.

La muerte de Colosio, en el que probablemente estuvo implicado Córdoba Montoya y Zedillo, dejó al descubierto un enfrentamiento a muerte entre las distintas facciones en el poder. El ala más dura del priísmo en alianza con Zedillo concluyó un acuerdo para asumir una política de defensa férrea del régimen y para ello procedieron a eliminar a quienes fuese necesario. Salinas, un tecnócrata moderno, consideraba al PRI un estorbo para los nuevos tiempos del sistema capitalista en México. La muere de Colosio fue un esfuerzo más de un ala de los tecnócratas y de los burócratas del PRI por mantener una coalición y de éste modo conservarse en el gobierno.

En éste marco la dirección del zapatismo, aunque lo hubiese deseado, no podía avanzar hacia ningún acuerdo, es entonces cuando se orienta a buscar los medios para romper ese aislamiento organizativo y tratar de jugar un papel más preponderante en la política nacional.

Incapaces para entender el proceso que se estaba desarrollando, la lógica de su estratégica política se modificó substancialmente; el objetivo del 1 de enero derrocar al gobierno, fue sustituido por el de "alcanzar una paz con justicia y dignidad". Esto también se tradujo en el contenido de los llamados al pueblo de México, si en un primer momento se les invitaba a levantarse en armas y "deponer al dictador" el EZLN consideró que lo más adecuado no era ya la construcción de una organización de combate, sino una amplia amalgama de fuerzas que le brindaran el sustento suficiente para enfrentar una negociación en posición de fuerza con el Estado. 1994 fue un año de transición e inmediatamente después del asesinato de Colosio se buscó afanosamente un medio para restablecer la iniciativa política en función de la lógica de la "paz con dignidad".

Las enormes simpatías de los trabajadores del campo y la ciudad provenían fundamentalmente de que el EZLN se había atrevido a luchar contra el Estado; la pequeña burguesía y sus representantes mantuvieron una actitud recelosa de frente al neo-zapatismo hasta que se dieron cuenta que no planteaban rebasar los ámbitos del estado burgués. Monsivais en particular alaba cualquier muestra del EZLN a renegar de la revolución y repudia toda "recaída revolucionaria" zapatista, en enero de 1994 declaraba:

"No hay que idealizar tan rápidamente a los alzados. Su lenguaje político es rudimentario, su idea del socialismo corresponde al modo desinformado con que adoptan utopías difusas. Son también crueles y no se afanan en respetar los derechos humanos, como lo ha denunciado el obispo Samuel Ruiz…

…Idealizarlos como muchos los hacen, es nada más favorecer a la confusión" (Jacobo, Romero César. Los altos de Chiapas, la voz de las armas, Planeta, México 1994, Pág. 51)

Monsivais después se convirtió en un adulador de Marcos no obstante cuando el Sub rompe los límites del "monsivaismo" no vacila en reprochárselo:

"En cuanto a las debilidades o limitaciones de Marcos, veo recaídas rituales, por fortuna nunca continuas, en el dogmatismo maoísta, tal y como lo evidenció en un momento en su defensa "incondicional" del CGH de la UNAM…"(Masiosare 6/2/2000)

En el marco de una ofensiva tremenda en contra de las ideas de izquierda marxista, El Subcomandante Marcos se enfrascó en la construcción de una amalgama de ideas que provienen de la cultura indígena de Los Altos a las teorías de la izquierda postmoderna que coloca el factor de la libertad individual y el antiautoritarismo como su eje motriz.

La ideología neo-zapatista no es el resultado de un análisis que proporcione un nuevo desarrollo de las ideas revolucionarias, sino que es producto de esa ausencia de alternativas que fueron llenadas con lo que había.

Señala Tacho, una de las más altas figuras, después de Marcos, dentro del EZLN:

"Pues para serles sincero, muchos de nosotros, y particularmente su servidor, estábamos dispuestos a tomar las armas porque para eso nos preparamos, pero no estábamos preparados para hacer política…"

"Nos preparamos para pelear, para defender, para morir o matar. Pero nunca habíamos pensado que lo que se necesitaba era la lucha política. De haberlo pensado hubiéramos hecho otra cosa… Pero no. Yo pertenecí a las filas de la milicia. Yo salí de ahí, fui responsable local, llegué a ser responsable regional, y los compañeros, ya conforme fueron viendo el trabajo, ellos mismos fueron dándonos cargos para buscar, para pensar, hablar de lucha pues. Así empecé y no estaba realmente preparado para la política."( Yvon Le Bot, op.cit. Pág. 236)

La Segunda Declaración de la Selva Lacandona

El día 10 de junio de 1994 se dio a conocer el resultado de la consulta sobre los acuerdos de paz con Camacho Solís, el 98% de las bases de apoyo se declararon en contra de firmar dichos acuerdos y se dio a conocer la Segunda Declaración de la Selva Lacandona. La cual señala como su propuesta central:

"Llamamos a la realización de una Convención Nacional, Soberana y Revolucionaria, de la que resulten las propuestas de un nuevo gobierno de transición y una nueva ley nacional, una nueva Constitución que garantice el cumplimiento de la voluntad popular"

La Convención Nacional Democrática (CND), fue en su momento una propuesta que llenó de entusiasmo al conjunto del espectro social que se considera de izquierda. De frente al proceso electoral significaba la posibilidad de que el EZLN se mostrará ante el nuevo gobierno como el punto de convergencia de todos los sectores. Efectivamente, el entusiasmo fue lo que se mostró el día 8 de agosto cuando más de 7 mil personas abarrotaron el auditorio que las bases de apoyo construyeron en las faldas de un cerro en lo que se bautizó como "Aguascalientes".

Lamentablemente la orientación de la dirección del EZLN fue que no "había línea", esto que suena muy democrático, dio pie a una dispersión absoluta en torno a los pasos y medios para convertir a la CND en un organismo de unidad de acción.

La conformación de comités de la CND en todo el país con consignas claras como la Huelga General hubiera permitido una fuerza capaz de enfrentar el fraude electoral que se avecinaba. El EZLN había señalado que era necesaria una nueva constitución y un nuevo constituyente, pero para que esto pudiera ser posible era necesario un gobierno distinto al priísta.

La CND se fue diluyendo paulatinamente en la medida de que nunca se planteó seriamente ninguna acción en concreto. Si no era ni podía ser más que un frente de acción ante la inmensa heterogeneidad de las organizaciones participantes, cuando no hubo nada que hacer, entonces hubo rienda suelta a enfrentamientos internos que acabaron por disolverla.

El nuevo gobierno y la Tercera Declaración

El día 21 de agosto, por medio de un fraude, más grande aunque menos escandaloso que en 88, el PRI volvió a ganar las elecciones y Zedillo asumió la presidencia.

El PRD cuya militancia participaba masivamente en la CND aunque sin algún tipo de orientación, no llamó a ninguna acción seria para revertir el fraude y éste se consumó.

La posición del nuevo gobierno priísta era la de acabar lo más pronto posible al movimiento armado por la vía militar, desde el mismo día de su toma de posesión se preparó una nueva ofensiva en contra del EZLN.

La primera respuesta de los zapatistas al nuevo gobierno fue la realización de una serie de manifestaciones de bases de apoyo zapatistas el día 19 de diciembre. Dicha acción mostraba que el movimiento no consistía en algunos grupos armados, sino que tenía sustento en un territorio mucho muy superior a la llamada zona de conflicto.

Posteriormente, el 1 de Enero de 1995, se dio a conocer la Tercera Declaración de la Selva Lacandona. En ella se sostiene por primera vez la idea de la autonomía para las comunidades indígenas como una posible salida al conflicto. El tono del discurso se va enfocando cada vez más al problema indígena como el principal eje de la lucha de los zapatistas aunque todavía señala:

"La cuestión indígena no tendrá solución si no hay una transformación radical del pacto nacional."

El vehículo para la construcción de éste nuevo pacto es el eje básico de la Tercera Declaración:

"…Llamamos a todas las fuerzas sociales y políticas del país… a la formación de un Movimiento para la Liberación Nacional."

"Llamamos al ciudadano Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a encabezar éste Movimiento para la Liberación Nacional, como frente amplio de oposición".

Además de ello la Tercera Declaración declara solemnemente "se le retira al gobierno federal la custodia de la patria".

En estos momentos el discurso sustituye a la acción, da la impresión de que con la simple declaración todo lo demás esta relativamente resuelto. Nuevamente se desconoce al gobierno, incluso se le retira la custodia del escudo y la bandera nacional, se propone que el MLN nombre un gobierno de transición y cosas así. La orientación que la declaración daba al conjunto de fuerzas políticas y sociales era:

-Separar al gobierno del PRI
-Una reforma electoral
-Convocar a una nueva constituyente
-Autonomía indígena
-Una nueva política económica que favorezca a los obreros y campesinos.

Por esos días incluso Rosario Ibarra, muy cercana desde entonces a Marcos, señalaba que habría que reunirse nuevamente en Querétaro (como en 1917) para redactar de una vez la nueva constitución.

La Tercera Declaración de la Selva Lacandona hace identificar profundamente sus planteamientos con los que en ese entonces señalaba el PRD; si no hubiera sido así, entonces no se hubiera hecho el llamado explícito al ciudadano Cuauhtémoc Cárdenas a encabezar el MLN.

Transición democrática, nueva constitución y autonomía indígena eran propuestas que constituían una repetición de lo señalado en la segunda declaración. En términos organizativos en el nuevo llamado no había en el fondo ninguna diferencia entre la propuesta de la CND

Una lógica que parecía campear en aquellos tiempos es que "si el gobierno es ilegitimo y no cumple, entonces hagamos como si no existiera y actuemos como mejor nos convenga". El problema es que ese Estado si existía y estaba preparando un duro golpe en contra del movimiento.

Un nuevo ataque y una nueva negociación

El día 9 de febrero las tropas estacionadas en los alrededores de la zona zapatista avanzan ocupando entre otras la población de Guadalupe Tepeyac, lugar de reunión de la CND. La campaña en contra del EZLN se profundiza a todos los niveles, se detiene a antiguos militantes de las FLN (Fuerzas de Liberación Nacional, antiguo grupo del que surgió el EZLN) y se señala que Marcos es en realidad Rafael Sebastián Guillen, un ex profesor universitario.

La campaña incluye detenciones de simpatizantes zapatistas en distintos puntos de la república.

No obstante, las masas responden de manera enérgica ante la acción del Estado; multitudinarias manifestaciones estallan por todo México y en esta ocasión las expresiones de descontento también se dan en diversas partes del mundo. En ésta lógica el gobierno se ve en la necesidad de dar un paso atrás e iniciar a las negociaciones pero, como ya hemos dicho, la política de Zedillo no tenía como objetivo resolver absolutamente nada. La apertura de negociaciones era para el gobierno lo menos importante, a tal grado que ni siquiera llevó un seguimiento serio de lo que se discutía. Así pasaron los meses en los que las delegaciones, gubernamental y zapatista, se enfrascaban en interminables debates sobre los derechos y cultura indígenas, los cuales eran sólo uno de 16 puntos a debatir.

Mientras esto sucedía tanto el EZLN como el gobierno movían sus propias piezas, en el mes de agosto de 1995 el EZLN lanzó una consulta a nivel nacional al respecto de su posible conversión en una fuerza política, en realidad la consulta estaba circunscrita a la táctica del EZLN para cohesionar a sus simpatizantes a nivel nacional en torno a una iniciativa que a la vez le sirviera como medio de promoción en el ámbito nacional. La consulta era también una forma de legitimar una posible firma de acuerdos y su posible conversión en una fuerza política legal.

En una dinámica de agitación en preparación de acciones que pusieran a trabajar a los grupos involucrados en la consulta a nuevas acciones, la consulta hubiera resultado muy positiva, no obstante luego de la consulta no hubo nada más que la continuación de las negociaciones con la delegación gubernamental.

La inclusión de puntos como el llamado a derrocar al gobierno hubiera sido un buen medio para lanzar posteriores movilizaciones, no obstante hasta finales del año no surgieron nuevas iniciativas.

Por el lado del Estado también se preparaban nuevas "iniciativas", de manera paralela a la continuación de las negociaciones: los paramilitares

Los paramilitares: la continuación de la guerra por otros medios

El informe de la Defensa Nacional aparecido en Proceso 1105 de enero de 1998 decía entre otras cosas: "Las acciones militares incluyen el adiestramiento de fuerzas locales de autodefensa… En caso de no existir fuerzas de autodefensa es necesario crearlas", "Que la población amiga defienda lo que es suyo", "Destruir la voluntad de combatir del EZLN aislándolo de la población civil y lograr el apoyo de ésta, en beneficio de las operaciones", "Destruir y/o desorganizar la estructura político militar del EZLN"

Según informes de los organismos de derechos humanos en Chiapas se habían formado al menos 7 grupos paramilitares desde 1994, Un informe del 2000 señala al menos 10. Entre estos encontramos a Paz y Justicia, Los Chinchulines, Tomás Munzer, Alianza Fray Bartolomé de los Llanos, Movimiento Insurgente Revolucionario Anti-zapatista, Fuerzas Armadas del Pueblo, Los Degolladores y Máscara Roja.

La ventaja para el gobierno al utilizar a los grupos paramilitares es que no son parte de la estructura formal de los cuerpos represivos del Estado; "no existen legalmente" por lo tanto, en cuanto al gobierno le convenga se puede deshacer de ellos utilizándolos como chivo expiatorio, y así no mancha de sangre a las instituciones burguesas como los tribunales o el ejército, sino al contrario, con el control de los medios masivos de comunicación, intenta colocar a dichas instituciones como "paladines" de la justicia y el orden.

Los integrantes de los grupos paramilitares se reclutan dentro de las mismas comunidades, son también campesinos e indígenas en proceso de lumpenización que, víctimas del desempleo y la falta de alternativas -que el mismo gobierno ha creado-, son fácilmente reclutados por dinero e impunidad al robar o matar, lo cual es también un indicador del atraso político de estos sectores.

Las acciones de estos grupos se orientan a crear un clima de terror entre la base social del zapatismo y del movimiento campesino en general. Además, dado que surgen de las mismas comunidades, introducen un ambiente de confrontación que es aprovechado por el Estado para intentar evadir la responsabilidad en la represión.

La Cuarta Declaración de la Selva Lacandona

En enero de 1996 aparece una nueva declaración, la cual ya no hace llamados a desconocer al gobierno o a formar una amplia coalición para derribarlo, en esta ocasión el EZLN propone como iniciativa fundamental formar el Frente Zapatista de Liberación Nacional. El documento señalaba:

"Tres nuevas iniciativas fueron lanzadas por los zapatistas como respuesta al éxito de la Consulta por la Paz y la Democracia: Una iniciativa para el ámbito internacional llamó a realizar un encuentro intercontinental en contra del neoliberalismo. Dos iniciativas son de carácter nacional: la formación de comités civiles de diálogo con base en la discusión de los grandes problemas nacionales y germen de una nueva fuerza política no partidaria; y la construcción de nuevos Aguascalientes como lugares de encuentro entre la sociedad civil y el zapatismo"

La Cuarta Declaración es ya la expresión más consciente de las concepciones que el neo-zapatismo propone para la participación y la organización política. Las actividades señaladas en la declaración fueron el principal vehículo para fusionar las teorías de la nueva izquierda con la dirección del EZLN. Una vez que éste proceso quedó definido se planteó la necesidad de crear un movimiento civil zapatista: el Frente Zapatista de Liberación Nacional. En aquel entonces en la lógica de unas negociaciones que, con todo habían dado algunos avances, se vislumbraba la posibilidad de la conversión del EZLN en una fuerza política legal, por ello señala: "En su tiempo y condiciones el EZLN participará directamente en la formación del Frente Zapatista de Liberación Nacional".

La CND y el MLN podían adquirir la lógica de frentes de lucha, con lo que, al menos en el terreno de las posibilidades, había el espacio para pensar en una lucha nacional que involucrara a obreros, campesinos, estudiantes, colonos, entre otros, en una lucha conjunta contra el régimen. El FZLN aunque se planteaba casi las mismas tareas que sus antecesores, estaba sólo orientado a aquellos que coincidieran con la política zapatista, aquí no habría pretextos, ya no estarían los perredistas, pese a que la inmensa mayoría de los activistas que habían impulsado las actividades de apoyo al EZLN pertenecían al PRD, ni algún otro grupo que no comulgara con las consignas de "mandar obedeciendo", "no luchar por el poder", etc. Tal vez no faltó algún asesor que le dijera a los zapatistas que los errores de la CND y el MLN habían sido producto de los ideológicamente no zapatistas, así que en una organización de zapatistas puros todo sería distinto.

El FZLN realizó su evento fundacional un año y medio después, en septiembre de 1997, para entonces las negociaciones estaban rotas y las posibilidades de reanudarlas estaban lejanas. El Frente que se concibió como un espacio para la irrupción del EZLN en la vida legal quedo inhabilitado por la vía de los hechos para tal efecto. EL EZLN anunció su deslinde del FZLN anunciando que avanzarían por caminos distintos por el mismo objetivo.

Pasado el momento de la efervescencia generado luego de la aparición de la IV Declaración se fue desarrollando un proceso de selección en el seno de las filas del Frente. Todo terminó en una serie de grupos muy cerrados y muy independientes unos de otros. No es posible hablar de una política definida del FZLN de cara a algún problema nacional con excepción de lo que plantea el EZLN, sus actividades se han ido centrando cada vez más en tareas de apoyo, conciertos, organización de caravanas a Chiapas, etc.

Su composición es básicamente de estudiantes y de ex- militantes de organizaciones con un pasado de lucha, pero muy escépticos de frente a casi todo tipo de forma organizativa centralizada que no sea la del EZLN, temerosos de cualesquiera iniciativas que los haga aparecer como posible dirección, con excepción de las de Marcos. Promotores del culto a la espontaneidad y a la personalidad de Marcos, pese a su discurso de tolerancia, son profundamente intolerantes con aquellos que no profesan sus puntos de vista.

En 1996 Marcos declaraba "nos oponemos a un proyecto de país que implica su destrucción pero carecemos de una propuesta de nueva nación, una propuesta de reconstrucción". Éste señalamiento autocrítico, fue tomado no en el sentido de la necesidad de asumir la responsabilidad de construir dicho proyecto sino en el de entender que no tener proyecto no era tan malo. Incluso la IV Declaración señala al respecto:

"Éste proyecto está por hacerse y corresponderá, no a una fuerza política hegemónica o a la genialidad de un individuo, sino a un amplio movimiento opositor…"

Según ésta lógica no tener proyecto no es un pecado, puesto que los zapatistas mismos no lo tienen, entonces para muchos simpatizantes del EZ, esto incluso puede ser una virtud dado que así no hay peligro de parecer "hegemónico o vanguardista".

Un evento que se da de manera paralela a la formación del FZLN fue la formación del Congreso Nacional Indígena (CNI), que tuvo su primera reunión en octubre del "96. Dicha instancia, en la medida en que aglutina a un sector más especifico de los trabajadores del campo asumió características más definidas que el mismo FZLN y a la larga se fue consolidando como la organización más reconocida por los propios miembros del EZLN que se asumen parte del CNI.

Las negociaciones

En septiembre de 1995 se habían iniciado las discusiones de la primera de cuatro mesas, las cuales eran: derechos y cultura indígenas, democracia y justicia, bienestar y desarrollo y derechos de la mujer indígena.

Las negociaciones se desarrollaron en medio de un ambiente de desconfianza; ya habíamos señalado que el gobierno sólo participaba para ganar tiempo y preparar una nueva oleada de ataques por medio de las fuerzas paramilitares que estaba creando; el EZLN, mientras tanto, lanzaba iniciativas de distinto tipo para prepararse y fortalecer su presencia en los ámbitos nacional e internacional.

El día 16 de febrero de 1996 se firman los famosos Acuerdos de San Andrés, en los que se establecen compromisos para la promulgación de una ley de derechos y cultura indígena, acuerdos en los que la palabra autonomía se vuelve dominante y será el punto clave de discrepancias en el futuro.

Los compromisos firmados implican la autonomía de los pueblos indígenas, una nueva legislación, reconocimiento de las costumbres para la solución de conflictos y relaciones intercomunitarias, el fortalecimiento de la cultura indígena, educación con respeto a conocimientos y tradiciones, garantizar servicios de subsistencia digna como vivienda, salud, alimentación, etc., impulso a formas de empleo, producción y comercialización de productos, entre otras cosas.

Dichos acuerdos no implicaban en realidad un cuestionamiento al sistema en su conjunto, no ponían en peligro absolutamente ninguno de los fundamentos de la sociedad capitalista en México, no obstante, los motivos que forzaban al gobierno de Ernesto Zedillo a rechazarlos eran de índole más bien políticos.

Zedillo llegó como presidente a través del asesinato de Colosio y de una serie de asesinatos que signaron una especie de pacto entre el grupo de tecnócratas que él representaba y los sectores más duros del aparato del partido, pero esto no era una situación estable, menos aún cuando en 1995 estalló una profunda crisis que llevo a más de 2 millones de mexicanos al desempleo y provocó una caída del 5% del Producto Interno Bruto. Las presiones en el seno del Ejército lo habían incluso forzado a aceptar discursos muy enérgicos del entonces Secretario de Defensa en el sentido de modificar su política, era un presidente débil con muchos compromisos y que enfrentaba a una serie de luchas muy importantes como la toma de pozos petroleros por parte de 40,000 tabasqueños dirigida por López Obrador.

Desde la óptica de los firmantes de los Acuerdos de San Andrés éstas concesiones no eran un problema, desde la óptica de las facciones burguesas más temerosas por la situación podían significar el principio de la debacle del sistema. El temor a que la firma significara la pérdida de autoridad frente a los sectores más duros en la burocracia, el ejército e incluso frente al imperialismo norteamericano llevó al gobierno zedillista a darle largas al asunto (para ver sí el desgaste mellaba definitivamente a los zapatistas)

En septiembre de 1996 ante evidente la apatía del gobierno por convertir en ley los acuerdos de San Andrés. El EZLN suspende su participación en las discusiones de la mesa 2 (Democracia y Justicia), las cuales se habían iniciado el 21 de Marzo.

Al final el gobierno pone una solución a medias, el día 29 de Noviembre la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA) presenta una propuesta de Ley que el EZLN acepta casi inmediatamente, en cambio el gobierno responde con una propuesta diferente.

Como habíamos señalado la idea del gobierno era la de no llegar a ningún acuerdo, o al menos a algún acuerdo que significara una concesión verdadera. La propuesta de la COCOPA tuvo el visto bueno en un inició dado que el gobierno consideraba que no sería aceptada por el EZLN, cuando ésta fue aceptada se crea para ellos un problema que se resuelve con una nueva iniciativa que cuestiona exactamente los puntos torales para el EZLN: Autonomía y democracia, señalando que en todo caso es en el municipio legalmente constituido donde ésta se debe expresar, además rechaza las normas de usos y costumbres; recursos, donde rechaza la explotación colectiva de los recursos de las zonas indígenas; medios de comunicación, donde se rechaza la posibilidad de que se tengan medios como radiodifusoras locales, etc. Si no hubiera habido problemas por estos puntos el gobierno hubiera buscado otros, el asunto era no llegar a acuerdos y provocar, por todos los medios posibles, una respuesta armada del EZLN que le sirviera de pretexto para acabar al movimiento por la vía militar.

La autonomía y la lucha indígena

Sin duda la fuerza principal del EZLN es, ante todo, campesina e indígena, sin reconocer esto sería absolutamente imposible entender nada de lo que actualmente sucede en Chiapas. No obstante, la problemática de la región está circunscrita al conjunto del país. De hecho luego del levantamiento aparecieron movimientos guerrilleros en diversas partes del país e incluso hubo estallidos sociales como los de Tabasco y Tepoztlán en Morelos. Así mismo, la explosión de 1994 fue producto de una combinación de factores nacionales e internacionales, que tienen que ver con el desarrollo del capitalismo y la "globalización". Para el imperialismo de nuestros tiempos sólo hay dos tipos de seres humanos, los que pueden ser mano de obra barata y los que pueden ser mercados, en estos tiempos que cumplan ambas funciones no es muy común y menos en las regiones atrasadas de los países capitalistas dependientes como México. No es una casualidad que el estallido fue el mismo día en que el país ingresaba al TLC

La autonomía en si misma no soluciona nada, únicamente el derecho a administrar localmente la pobreza. Un gobierno revolucionario y democrático que fundara las bases para un desarrollo económico multiforme pero integrador, sometido a las necesidades de las masas y no a la lógica de los grandes capitalistas y sus socios extranjeros, basado en una democracia desde abajo, desde las fabricas, los barrios, los pueblos, un gobierno socialista impulsaría hasta sus últimas consecuencias un programa para la auténtica emancipación de todos los sectores oprimidos, incluyendo los indígenas.

No habría espacio para caciques, guardias blancas o finqueros y paramilitares, las comunidades indígenas y el conjunto de los trabajadores de México tendrían la posibilidad de desarrollarse en paz, en comunidad y sin las envidias que genera la propiedad privada.

Pero una condición para que ello se pudiera dar es un poder distinto, un poder no basado en la defensa de la propiedad privada y sus privilegios sino en que no haya privilegios, un poder que aspirara a desaparecer y ese poder no puede emanar de Fox o del PRI, ni de ningún gobierno por muy democrático que se diga que no rompa con el capitalismo.

Para las comunidades indígenas: autonomía y socialismo o no hay solución. Esa es la verdad de las cosas.

El impasse del "97 y Acteal

Luego de la ruptura de las negociaciones y de la "respuesta del gobierno", se abrió un periodo de impasse; los tiempos de las movilizaciones multitudinarias parecían haber pasado ya, las actividades más importantes de los promotores del futuro FZLN se centraban en la realización de caravanas a las comunidades zapatistas y en la preparación de encuentros no solo internacionales sino intergalácticos.

Mientras tanto, las comunidades simpatizantes del zapatismo enfrentaban serios problemas, ante la complacencia del ejército los paramilitares y la policía actuaban cada día con mayor confianza.

El día 14 de marzo son asesinados 4 simpatizantes del EZLN en el municipio de San Pedro Nixtaluicum, los meses siguientes el hostigamiento aumenta y comunidades enteras se ven obligadas a desplazarse a terrenos más seguros. Efectivamente el gobierno no había disparado una sola bala contra el EZLN desde 1994 pero había matado ya a más de 100 campesinos y comenzaba el desplazamiento de más de 20,000 personas. Las expulsiones de observadores se hacían cada vez más comunes, el camino de la guerra sucia contra las bases zapatistas estaba abierto.

Desde meses atrás el EZLN había llamado a formar municipios autónomos rebeldes, si el gobierno no reconocía su autonomía, habría que hacer como si el Estado no existiese y conformar dichas autonomías por la vía de los hechos. No pensar o desdeñar al poder no significa que éste no exista, y éste poder se mantenía aún en todas las zonas del Estado de Chiapas y en el país. No obstante esto, y pese a que dichos municipios autónomos rebeldes carecían de los medios para realizar efectivamente el programa de autonomía zapatista, los campesinos zapatistas realizaron un enorme esfuerzo por fortalecer su organización por medio de dichos municipios, de esta forma la influencia zapatista no disminuía sino que aumentaba, de hecho ya había funcionando más de 17 municipios autónomos. Nuevamente la iniciativa de las masas estaba poniendo en entredicho la estrategia gubernamental y esto era en el marco de un cerco de decenas de miles de soldados en torno al EZLN.

El aumento de la represión no se hizo esperar, incluso los paramilitares amenazaban abiertamente antes de culminar sus ataques; la idea de desaparecer a como diera lugar las organizaciones de base zapatistas se hizo una prioridad de Estado

Como una manera de responder el EZLN llama a sus bases a no participar en las elecciones próximas, de éste modo en el municipio de Chenaló, es electo un presidente municipal priísta con la participación de tan sólo el 20% del padrón.

Lo mismo sucedía en otras regiones del estado; autoridades municipales sin ningún tipo de apoyo entre la población campesina e indígena eran electos por una minoría. Los grupos paramilitares encontraron en dichas autoridades una base de apoyo y estos a su vez protegieron y financiaron su actividad.

El día 22 de Diciembre uno de estos grupos, "Mascaras Rojas", asesinó a 45 hombres, mujeres y niños que se encontraban rezando en la comunidad de Acteal. En realidad esto fue sólo el principio; los meses posteriores la policía, junto con grupos de priístas y paramilitares, se dedicaron a desmantelar diversos municipios autónomos y a expulsar comunidades enteras.

Una fotografía, la de un soldado siendo empujado hacia atrás por parte de una indígena, muestra toda la rabia y la frustración de muchos campesinos que no poseían ningún medio para defenderse y que con lo poco que tenían trataban de resistir la nueva andanada represiva

La masacre de Acteal generó una respuesta importantísima de parte de cientos de miles de personas en todo el país y en el exterior, no obstante en esta ocasión el golpe asestado, fue innegable, era evidente que para el gobierno la simple movilización no significaba un problema fundamental, para responder eran precisas otras acciones, pero estas no llegaron.

Y por supuesto que era posible, las movilizaciones de enero de 1998 demostraron que había disposición por ir más allá, el gobierno de Zedillo con todo y su violencia no hubiera resistido, pero nadie, con excepción del EZLN, señaló la responsabilidad directa de Zedillo en lo que estaba sucediendo, no se convocó a acciones para derribar a un gobierno manchado de sangre precisamente cuando para todos estaba claro lo que era dicho gobierno. La consigna de derribar el gobi