La mentira, fiel compañera del Fascismo a lo largo de la historia, parece ser que, es la única eterna en El Sistema, se resiste a morir; activada siempre para herir y perjudicar; sin saber a ciencia cierta la magnitud y el alcance de los daños que su veneno ponzoñoso puede causar en el colectivo humano. Lo que si sabemos realmente es que nuestro país (Venezuela), ha sido atacado e impregnado voraz y vilmente por este flagelo desde finales del siglo xx (década de los 90) como en lo que ha transcurrido de este siglo, incluso mas acentuadamente en éste.

Es por eso que vale la pena dedicarse a reflexionar al respecto; y justo allí, nos damos cuenta que al hacer ese recorrido histórico, se nos viene a la mente la imagen de nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez Frías; les invito entonces a que nos detengamos ahí, hagamos la pausa, que es mas que necesaria para tratar al menos de comprender lo que me llevó a la mesa a redactar este modesto obsequio literario producto de mi majadería.

Aclaro que mi intención no es hablar de historia, mucho menos pedir opinión sobre el estatus verídico de este artículo, sencillamente lo que pretendo es desmontar desde mi punto de vista crítico y generador de ideas, una de las tantas mentiras que en torno al pueblo revolucionario y al gran proceso de emancipación que hemos venido construyendo se pretende imponer, para tratar de derrumbarlo como si se tratase de un castillo de naipes; la cual considero de importancia, de gran interés y volátil efecto destructor, que merece mucha dedicación en el tiempo y en el espacio para blindarnos y continuar construyendo firmes e inmutables en la lucha, como poderosos gladiadores, el legado eterno que nos dejó El Comandante.

Últimamente he escuchado mucho la fatídica afirmación e interrogante que personajes proclamados por la burguesía mundial (incluyendo la nuestra) como honorables y excelentísimos hombres del saber y de las ciencias; hombres de un supuesto profundo alcance analítico, quienes vociferan a Vox Populi a través de los medios de desinformación al servicio de ésta; los cuales han echado a rodar haciéndola una matriz de opinión que ha logrado niveles de consideración y «Debate Político Manipulado» bastante alto; me refiero a la irónica oración: ¿Qué hará el chavismo sin Chávez?

Parece hasta lógico el cuestionamiento interrogativo cuando le pasas de lado con una simple ojeada taciturna, pero cuando lo haces concienzudamente, te das cuenta del estado patrañero y cruel que pretenden inocularnos con ese desvirtuante y confuso «pataleo de ahogado»; permítaseme usar la expresión y pido mil disculpas para aquellas personas que han tenido algún familiar que haya muerto en un accidente acuático por inmersión. Por eso insisto como discípulo e hijo de Chávez que debemos estudiar mas, formarnos, investigar y leer mucho; porque sólo basta con tener un grado de conciencia modesto para darnos cuenta que tal opinión solo pretende desviar la verdad hacia abismos sin fondo.

Les soy sincero, a mi, lo que me da es risa escuchar tales cosas, porque «la verdad verdadera» es que no existe chavismo sin Chávez, es simplemente otra mentira más. Yo trato a veces de considerarlos cuando leo o escucho tales aberraciones, pues mi condición cristiana me golpea y me incita a presumir de su «inocente ignorancia»; el problema está en que una mentira es tan peligrosa, que de tanto repetirla y difundirla, llega un momento en que se convierte en una verdad; debe ser ahí entonces donde nuestra conciencia y compromiso revolucionario entre en acción, en su máxima expresión y en su máximo potencial.

Es ilógico y contradictorio siquiera pensar en un chavismo sin Chávez, si hay chavismo es porque hay Chávez, sino entonces simplemente no hay chavismo; claro está, para ellos que ven al chavismo como un grupo de personas u organizaciones de activistas – tierruos, descamisados, ignorantes, brutos, entre otros términos despectivos que usan para referirse a nosotros – detrás de los ideales y los preceptos de un hombre, es normal, porque su escasa visión llena de odio, no les permite siquiera percibir en lo mas mínimo la verdad que la brisa fresca de la noche de invierno trae.

El problema de ellos está en que a pesar que ya han pasado un poco mas de 21 años de la rebelión cívico-militar del glorioso 4 de febrero del 92 y desde entonces, aún no se han dado cuenta que Chávez dejó de ser un hombre para convertirse en un pueblo, en millones de mujeres y hombres, no sólo aquí, sino en toda Latinoamérica y el mundo; y que el chavismo no es un grupo de personas sino una corriente filosófica del pensamiento humano, un sentimiento, un sendero, y en algunos casos extremos hasta una religión que compendia todas las enseñanzas e ideas de El.

Entonces, parece que ya no hay remedio ni cura para tal patología, en todo caso, eso, me permito dejarlo para el estudio de otros. Sigamos pues entonces nosotros por el sendero de las victorias y el amor, construyendo Patria, conquistando sueños; y hagamos con esos personajes como dijo el Comandante: ni los ignoremos.

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