El Acto de MatarEn términos de números de muertos, la masacre anti-comunista en Indonesia se ubica como uno de los peores asesinatos en masa del siglo XX”. (Estudio de la CIA en 1968)

Entre los años 1965-66 el régimen militar derechista que tomó el poder en Indonesia masacró hasta un millón de personas, principalmente activistas y simpatizantes del Partido Comunista, de la forma más brutal. El “democrático” occidente no solo no protesto, sino que en algunos casos, tal como el gobierno de EE.UU. a través de la CIA, en realidad entregaron a los asesinos listas de activistas considerados peligrosos, Joshua Oppenheimer ha producido un asombroso documental/película en el cual los autores de la matanza hablan y recrean lo que hicieron en los 60s.

“Escucha, si logramos hacer esta película,

esto desmontará toda la propaganda de que los comunistas son crueles,

y mostrar que nosotros fuimos crueles,

nosotros somos los crueles, jajaja.

(…)

“No se trata del miedo,

esto fue hace 40 años, así que nuestros casos expiraron.

No se trata de miedo, sino acerca de imagen.

Toda la sociedad dira:

“Siempre lo sospechamos. Mintieron diciendo que los comunistas son los crueles.

 (Uno de los asesinos)

No esperen ver un documental histórico convencional. No esperen una larga historia de testimonios de familiares de las victimas de la masacre de comunistas de 1965-66 en Indonesia. Con “El Arte de Matar” no encontraras algo familiar. Espera algo más poderoso, más convincente, más perturbador, más honorífico, y aun más fascinante. Espera un documental el cual contribuirá – más que cualquier otro intento hasta ahora – a demoler la propaganda oficial acerca del genocidio de un millón de comunistas. Espera algo que ayudara a desenterrar las mentiras y el miedo al comunismo, inculcado por la violencia sistemática y el terror a través de diferentes generaciones. Como me dijo una vez un activista, este miedo al comunismo fue trasmitido casi con la leche materna. Prepárate a ver una historia donde no las victimas, sino los asesinos toman literalmente el centro del escenario. En la forma asombrosa en la que esta película recrea la violencia, la tortura y los asesinatos de los escuadrones de la muerte en indonesia desde octubre de 1965.

Joshua Oppenheimer, el director de El Arte de Matar, ha logrado algo excepcional: ganar la confianza de algunos de los asesinos de 1965 y convencerlos de representar paso a paso y en detalle, sus actividades en los sitios originales, describir sus pesadillas y comentarlas. El director los hizo elaborar un guión basado en sus experiencias y recuerdos. Esto se convierte en una película dentro de una película. Ellos lo hacen sorprendentemente con franqueza en frente a las cámaras mientras bailan, cantan y se ríen. En vez de ser asesinos que niegan sus actos y que buscar retratar a sus victimas como culpables de su destino, acá ellos expresan completa responsabilidad por lo que hicieron. Pero aun, ellos se jactan de ello. En tal sentido, este documental hace mas para incriminar a los actores del baño de sangre de 1965-66 que lo que cualquier otro documental ha logrado hacer antes.

La figura central es Anwar Congo, un joven pandillero de los 60s, dirigiendo el trafico ilegal de entradas al cine en la ciudad de Medan al norte de Sumatra. El y sus colegas criminales eran fanáticos de las películas de Hollywood, se vestían como James Dean y hasta llegaron a organizar un club de fans del actor. Cuando el Partido Comunista llamo a boicotear las películas Norteamericanas los ingresos de su lucrativo negocio decayó rápidamente. Esto llenó su resentimiento y el de otros criminales en contra de los comunistas. Cuando los militares planearon la desaparición física de todo el PKI, ellos requirieron la ayuda de estos criminales y de muchos lumpenproletarios de la ciudad. Ellos son también los líderes de la banda paramilitar, llamada Pemuda Pancasila (Juventud Pancasila). Se hicieron parte de lo que los libros de historia en indonesia describen como “Campaña Patriótica”. Esto abrió las puertas a los más bajos sentimientos posibles en los seres humanos Usando su enferma imaginación, ellos explican como continuamente inventaban nuevas formas de tortura y asesinato. Como tenían tanta gente que matar y no tenían suficiente tiempo para hacerlo con sus propias manos, ellos inventaron formas más rápidas de matar. También actúan en torno a las partes de sus victimas. Esto lleva a unas conversaciones y reflexiones impactantes.

Se necesita un esfuerzo mental especial para comprender el impacto que estas masacres en masa tuvieron en la conciencia de las diferentes generaciones de Indonesios. Este impacto fue deliberadamente suministrado por la dictadura de Suharto y sus generales a través de la propaganda y la continua represión.

Trauma Nacional

Le preguntamos a uno de los líderes del levantamiento de 1998 el cual llevo a la caída de Suharto, como su familia y el mismo se sentían en relación a la masacre de 1965:

“No tengo experiencia directa con la masacre del 65, ya que nací una década después. Pero siento un trauma colectivo. Mi tío, líder del Partido Comunista a nivel del pueblo, fue asesinado en frente de mi familia. Todos me dijeron que el fue asesinado cuando era un niño. Es todo un Horror.

“Mi padre casi fue asesinado, pero sobrevivió. Hubo un debate una noche entre los homicidas para discutir si mi papa debería morir o no, mientras el vio con sus ojos mucha gente que ya estaba muerta. Al final, no fue matado. Pero su estado mental ha permanecido frágil desde ese día. El se volvió mentalmente enfermo en 1998 cuando los militares buscaban por mí.

“Creo, para hacerlo corto, que los masacre de 1965 se convirtió en un trauma colectivo para casi todos, no solo para aquellos que tuvieron experiencias directas, sino también para aquellos que conocen la historia.”

Pero el miedo esta desapareciendo. Mientras nuevas generaciones han crecido y despertado políticamente, y el interés por el comunismo y la historia del PKI aumenta. Nuevas capas de trabajadores y jóvenes que no han sido alimentados por la propaganda anti-comunista o vivido en un ambiente donde los tabúes comunistas estaban presentes en todos los aspectos de sus vidas, están buscando ahora por nuevas explicaciones históricas.

Una atención especial es dada por el documental a Pemuda Pancasila, un movimiento paramilitar juvenil y su relación con el estado. Pemuda Pancasila (PP) es una milicia de millones de miembros (de 3 a 5 millones) compuesta por bandas (“preman”), pequeños criminales y jóvenes de los sectores del crimen informales y organizado (extorsión de comerciantes chinos). Pemuda fue un intento de crear una organización de masas para reaccionar en contra de la juventud del PKI, Pemuda Rakyat (Juventud Popular) de los 60s. Fueron activos particularmente al norte de Sumatra en la masacre de comunistas. Esta conectado al partido del dictador, Golkar. Este movimiento aun existe hoy en día como podrán ver en el documental. ¿Cual es su papel en la actualidad? Jusuf Kalla, el vicepresidente de Indonesia, da una clara respuesta en su discurso mostrado en el documental. En frente de un encuentro de cuadros políticos y simpatizantes del PP, el explica:

Masacre de Indonesia“El espíritu de la Juventud Pancasila, que algunas personas acusan de ser pandilleros. Pandilleros son las personas que trabajan fuera del sistema, no para el gobierno. La palabra pandillero (“preman” en Indonesia) viene de “hombre libre”. Esta nación necesita “hombres libres”. Si todos trabajaran para el gobierno, seriamos una nación de burócratas. No conseguiríamos hacer nada. Necesitamos pandilleros para hacer la cosas. Hombres libres y privados, para hacer las cosas. Necesitamos pandilleros, que estén dispuestos a tomar riesgos en los negocios. ¡Usar sus musculos! Los musculos no son para golpear a las personas. Aunque a veces se necesita golpear a las personas. [Risas y aplausos en el salón].”

En otra ocasión, en un encuentro masivo del PP, el secretario del PP, Yapto Soerjosoemarno, dio un discurso en frente de cientos de miembros del PP y oficiales del gobierno, y una vez mas resalto las bases para la existencia del PP:

“Todos los miembros de la Juventud Pancasila son héroes, por exterminar a los comunistas, por pelear en contra de los neo=comunistas y extremistas de izquierda, y de aquellos dispuestos a dividir a la nación.”

Sería un error pensar que la milicia del PP esta compuesta de elementos tomados del lumpen de pies a cabeza. Los líderes del PP son mayormente personas con alta educación, con lazos políticos y comerciales. Yapto es un abogado el cual terminó su educación en los países bajos. También posee una cantidad de compañías. Su padre, un General Mayor retirado, es un miembro de la nobleza Javanesa. Acá vemos como el pandillerismo, el militarismo, el capitalismo, y el feudalismo en Indonesia forman una compleja red de interdependencia.

El PP es una milicia de matones patrocinada por el estado y los negocios privados atendiendo algunas veces asuntos de seguridad en las ciudades donde la policía es “ineficiente”, una red para el crimen organizado y una milicia policial usada para intimidar a los oponentes o a las personas de izquierda en general. Ellos complementan los otros órganos de represión del estado. Indonesia tiene abundancia de milicias de todos tipos. También activas en el 1965-66 donde los grupos de fundamentalistas islámicos mataron ateos. A pesar de lo peligroso y la clara amenaza a los trabajadores y el movimiento campesino y a la izquierda en general, son mucho menos impresionantes una vez que las masas toman las calles.

El noviembre del 1998 fue testigo de la segunda insurrección de los estudiantes y las masas urbanas después de la caída de Suharto. Su clone político, Habibie, fue puesto en el poder para dar la impresión de cambio mientras trataban de garantizar la protección del sistema. Las protestas en la capital Yakarta fueron calmadas entonces con Habibie, el clon de Suharto. En el punto álgido de la movilización un millón de personas llenaron las calles de la ciudad. El ejército desplegó 30.000 soldados, 16 barcos de guerra llegaron al puerto, incluyendo un submarino y un lanza misiles. Más aun el régimen desplegó 125.000 pandilleros de toda la isla en la ciudad para actuar como barrera en contra de los manifestantes. Fallaron mientras la gente pobre y los trabajadores de los vecindarios populares se alzaron en contra de ellos, con machetes, palos y cuchillos. Así que después de días los militares (los verdaderos jefes de los pandilleros) los retiraron para no provocar una mayor revuelta en la ciudad. Esto es un buen indicador de los límites de la participación de estas milicias en la lucha de clases. Sin embargo, las poco organizadas masas en las calles no son suficientes para confrontar las milicias Islamistas derechistas. Los pasos tomados por el sindicato siderúrgico de establecer sus propios “Garda Metal” (Guardias del Metal) para proteger sus manifestaciones es un buen paso. Se necesita estar asociados con otros sindicatos y usarlos para proteger todos los encuentros de izquierda de las agresiones físicas.

Impunidad

Una pregunta que atormenta en el documental es: ¿como fue capaz Joshua Oppenheimer de convencer a los asesinos de 1965 de hablar tan abiertamente en frente de la cámara? Parcialmente es un asunto de haberse ganado su confianza en un periodo de siete años. Luego hay un sentimiento de impunidad. Pero esto no es necesariamente relacionado a la expiración de los casos criminales. Más importante es, ese sentimiento de que son intocables es producto de su poderoso protector en el aparato del estado (gobernadores, editores de diarios, oficiales del ejército, políticos, incluido en los altos niveles del sistema aun hoy en día) y su estatus de héroes nacionales en la historia oficial.

Como se puede esperar esta película no esta siendo mostrada en los cines locales de Yakarta, Medan o de Surabaya. El gobierno “democrático” no autoriza su circulación. Sin embargo, en los pasados meses, jóvenes de toda Indonesia han estado activamente organizando presentaciones – muchas de ellas de forma clandestina – del documental. El entusiasmo con el cual estos jóvenes ven y responden ante este documental es un claro síntoma de los cambios en la mente de la juventud, tanto en estudiantes como en trabajadores. Ellos están menos sobrecargados con la propagando del “Nuevo Orden” y simpatizan mas con el comunismo. El miedo anticomunista y los tabas están desapareciendo rápidamente.

“El Acto de Matar” hizo un inmenso trabajo para restaurar la verdad histórica y ayudar a reconquistar la memoria sobre los comunistas masacrados. Como otro activista me dijo: “Me impresiono realmente el alcance de la conspiración detrás de la masacre del PKI.”

Sin embargo, el documental omite algo muy importante si queremos realmente entender lo que ocurrió entre 1965-1966. ¿Como es posible que el mayor Partido Comunista fuera del mundo Estalinista fuera aniquilado de esta forma sin la mayor resistencia? El PKI tenía tres millones de miembros y de 15 a 20 millones de simpatizantes en las diferentes organizaciones de masas. Tenia mucho poder.

La respuesta no yace en detallada preparación de la sistemática, y casi industrial, asesinatos en escala, o en el hecho que ellos eran mas “crueles” que nosotros (lo cual es cierto en este caso), o en el apoyo logístico dado por el imperialismo Británicos y de USA. Tampoco era verdad que el estado era muy fuerte (el PKI comandaba un montón de simpatizantes dentro del ejercito, no solo de soldados de base, sino también de suboficiales y altos oficiales, hasta el 40% del ejercito apoyaba al PKI). La explicación no esta en la falta de armas en las manos de los miembros comunistas o en la ausencia de grupos de autodefensa de trabajadores y campesinos organizados. El PKI tenía armas.

La respuesta es política. El PKI y sus cuadros estaban políticamente desarmados ante los ataques brutales del estado y las pandillas a su servicio. La explicación se puede encontrar en las políticas de la dirigencia del PKI en si.

 

El PKI era un partido Estalinista, cuyas estrategias políticas estaban inspiradas en la teoría de las “dos etapas”. Esta “teoría” dice que la clase trabajadora en los países como indonesia no esta lista para el socialismo. Su primera prioridad consiste en la consolidación del capitalismo y establecer una alianza con la denominada burguesía nacionalista, es decir el presidente Sukarno. Esta alianza, la cual confundió y paralizó al PKI en el momento de la verdad, fue probada como fatal.

Durante los primeros días y semanas al comienzo de la masacre, el líder del PKI trató de calmar a las masas y simpatizantes con la esperanza de que el “Bung Karno” (Hermano Sukarno) los fuera a proteger. Ninguna protección les llegó. En las guerras, así como en la lucha de clases, la cantidad no es el único factor determinante. La iniciativa para la ofensiva, la dedicación con la que son luchados los objetivos son factores que pesan más que los números. La determinación estaba del lado de los despiadados enemigos de clase. La vacilación y los titubeos políticos estaban del lado de la dirigencia del PKI.

“Raramente ha  ocurrido que un partido tan grande como el PKI haya mantenido una fracción de clase, la burguesía nacional, en tal alta estima, colocó tantas esperanzas en esta y se acomodaron a ella, mientras la conocían muy poco.» escribió Rex Mortimer sobre el Comunismo Indonesio bajo Sukarno – Ideología y Política 1959-65. Sabemos cuales fueron las consecuencias de este sometimiento del PKI a esta llamada burguesía nacional.

Estas lecciones deben ser aprendidas a través del estudio sistemático del genuino marxismo (no de su caricatura Estalinista) y con el desarrollo de verdaderos cuadros arraigados al movimiento. La lucha de clases Indonesia dará diferentes oportunidades en el futuro a la clase trabajadora de derribar al capitalismo. El éxito de la lucha por una Indonesia socialista será el menor homenaje y venganza por los comunistas que murieron hace casi 50 años.