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Por el legado del comandante Chávez, el verdadero Socialismo

JMPSUVDamos inicio a esta columna “Juventud Marxista” con esta primera, de la serie de artículos que pretenden convertirse en los documentos introductorios para agrupar a las juventudes que bajo las ideas defendidas por el marxismo, busque la construcción del Socialismo Científico en el país.

En Venezuela, la consigna del Socialismo del Siglo XXI, ha contribuido a que los sectores reformistas de la dirigencia, como si se tratase de un vaso vacío, coloquen en él cualquier doctrina, ideología y políticas, que muchas veces en la realidad, son antagónicas a la práctica del socialismo, con la justificación de que el socialismo venezolano, debe ser único y creado por y para los venezolanos.

Aunque, los marxistas entendemos que el Socialismo Científico no debe ser calco y copia de algún otro modelo llevado acabo por algún otro país; al igual que la familia humilde que vive en un rancho de láminas metálicas y que gracias a la Gran Misión Vivienda pueden ahora, por sí mismos, construir su casa digna. Esta debe ser construida en base a las necesidades, capacidades, contradicciones, limitaciones, etc. particulares de esa familia en específico. Sin embargo, si queremos que la construcción sea considerada verdaderamente como una casa, no podemos inspirarnos en la Casa del Siglo XXI, para ahora bajo estos nuevos paradigmas, y con la excusa de que se debe tratar de construir algo nuevo, algo novedoso; y tomar el viejo rancho, pintar las desgastadas paredes de laminas metálicas, ajustar las uniones para que ahora no se desarme bajo una fuerte ventisca, y eliminar las filtraciones en el techo, y a esto llamarlo Casa Nueva, y descartando cualquier parecido con la Casa Tradicional.

Por mucho que hayamos mejorado las condiciones con respecto a la estructura anterior, no se convierte en una casa, hasta que cuente con las condiciones básicas para poder ser considerada como tal. Es necesario una estructura mínima, un conjunto de elementos primordiales como servicios básicos (agua, luz, etc.), seguridad, comodidad, higiene, paredes solidad, techos de calidad, etc. para que esta construcción pueda convertirse ahora en una casa, y solo bajo estos elementos esenciales es que podemos ahora replantear y adaptar el resto de las condiciones faltantes para la culminación de esta Casa del Siglo XXI.

En la misma medida, el Socialismo del Siglo XXI, ese socialismo por y para los venezolanos, no debe ser meramente una mejoría del sistema capitalista imperante. Mucho menos aun, podemos rechazar la teoría marxista y decir que este nuevo modelo nacional, no debe ni remotamente, parecérsele a estas, según los reformistas, obsoletas fórmulas socialistas. Y que cualquier parecido con el marxismo, nos eliminaría la potestad de adaptar y moldear al socialismo nuestro.

Cuando el Comandante Hugo Chávez, se atrevió a hablar del Socialismo del Siglo XXI, no se refería a una tercera vía (que no es ni capitalista ni socialista), ya negada por el mismo años atrás. Se trata más bien, de un socialismo, que no acabara como el modelo burocrático estalinista que fracasó con la caída de la URSS, y que efectivamente se adaptara a las necesidades del país, pudiendo perdurar en el tiempo, y que mas aún se convirtiera en el modelo a seguir de otras naciones progresistas.

Si queremos que en Venezuela se logre consolidar un socialismo propio, entonces este socialismo debe pasar precisamente por tener unas condiciones mínimas, como una Economía, Política, Educación, Salud, ect. De carácter socialista. No basta con las reformas que se han dado hasta ahora, que si bien han mejorado enormemente la calidad de vida y han respondido a los reclamos sociales históricos de la clase trabajadora, no han acabado con la raíz del problema, la base fundamental de las divisiones sociales en el país y en el mundo entero, el Capitalismo.

Hasta que no hayamos roto la cadenas Capitalistas, que oprimen a la clase trabajadora, no podremos hablar de Socialismo en Venezuela. Es por esto que la meta de la revolución debe ser en todo momento, avanzar hacia la construcción del Socialismo en cada ámbito, en cada espacio, en cada terreno. Para esto, haciendo del partido, y en especial de la vanguardia juvenil, el elemento organizador de las masas.

Las juventudes marxistas deben apoyar todas las medidas y políticas que nos hagan avanzar y nos dirijan hacia el socialismo, pero de igual forma siendo críticos ante todos los pasos que más bien nos alejen de él.


 

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