A pesar de lo que han dicho varios dirigentes de la revolución, al respecto de que los resultados de las elecciones primarias, pueden considerarse ya, como una garantía para la victoria en las elecciones parlamentarias el 6 de Diciembre, sacar conclusiones anticipadas, sin analizar científicamente el desarrollo de los acontecimientos, puede ser un grave error.

Si no tomamos acciones contundentes contra la guerra económica, a pesar de la enorme combatividad y espíritu de lucha que ya demostró el domingo un sector de las masas trabajadoras, tarde o temprano este espíritu de lucha decaerá y se transformará en su contrario: en ira, desesperación, cansancio, apatía y desmovilización, y ello podría significar una derrota de la Revolución Bolivariana en las elecciones parlamentarias del 6 de Diciembre, o en una posterior convocatoria a un referéndum revocatorio contra el presidente Maduro en 2016.

¿La victoria del 28 de Junio significa que venceremos el 6 de Diciembre?

A pesar de lo que han dicho varios dirigentes de la revolución, al respecto de que los resultados de las elecciones primarias, pueden considerarse ya, como una garantía para la victoria en las elecciones parlamentarias el 6 de Diciembre, sacar conclusiones anticipadas, sin analizar científicamente el desarrollo de los acontecimientos, puede ser un grave error.

Si bien hemos explicado ya, que el resultado de las primarias reflejó un alto nivel de combatividad entre un sector de las masas (entre el sector más avanzado políticamente, de hecho), no necesariamente esto se pueda generalizar a la totalidad de las masas trabajadoras.

El resultado de las elecciones, puede ser también un síntoma del alto nivel de politización entre la vanguardia del movimiento obrero y popular, que por el contrario, puede estar contrastada por un mayor desánimo y apatía entre los sectores de las masas menos avanzados políticamente, y ello, podría tener consecuencias graves el próximo 6 de Diciembre.

La vanguardia, y el resto de las masas trabajadoras, como sectores distintos en lo que respecta al nivel de politización y de conciencia de clase, se comportan de manera distinta ante los acontecimientos que ocurren en la lucha de clases y que impactan sobre sus conciencias.

Puede ser que exista un alto nivel de politización y combatividad entre la vanguardia y entre los sectores políticamente más avanzados de las masas trabajadoras, que fueron los que se movilizaron a votar el pasado Domingo, y que están dispuestos a luchar hasta el final contra la burguesía y el imperialismo en defensa de la revolución, y al mismo tiempo, puede ocurrir que entre los sectores más despolitizados de las masas que apoyan a la revolución, más bien exista apatía y desmoralización producto de la guerra económica, que al final conduzca a una desmovilización de este sector de cara a la lucha de calle o a una contienda electoral.

Por lo tanto, nada está dicho todavía. Si bien los resultados de las primarias han sido todo un éxito, esto no quiere decir automáticamente que derrotaremos a la burguesía el próximo 6 de Diciembre, para ello debemos antes reconquistar la confianza y el apoyo de las masas en su totalidad, y para lograrlo la revolución debe pasar cuanto antes a la ofensiva contra la guerra económica.

Es necesario y urgente derrotar la guerra económica

Como hemos dicho, el domingo un sector de las masas volvió a demostrar su voluntad de lucha por el socialismo, pero no podemos esperar a que la paciencia de las masas se agote para tomar medidas contundentes contra la guerra económica. Es necesario actuar cuanto antes.

Nuestra dirigencia debe sacar las lecciones correctas y debe tomar con ambas manos la voluntad de lucha que una vez más ha demostrado tener el pueblo trabajador, para llevar la revolución hacia adelante contra el capitalismo.

A finales de Abril, el presidente Maduro anunció que durante los tres meses siguientes, anunciaría al país nuevas medidas para derrotar de manera definitiva la guerra económica. Desde la Corriente Marxista del PSUV, consideramos que la muestra de fortaleza dada por el pueblo este domingo, debe servir como punto de partida para la toma de medidas decisivas contra el capitalismo en Venezuela.

Como hemos explicado una y otra vez en nuestras declaraciones, artículos y documentos, mientras la burguesía siga controlando las grandes palancas económicas del país, hará uso de ellas para sabotear la económica y atacar al pueblo trabajador y a la revolución.

En el caso del mercado paralelo de dólares por ejemplo, es evidente cómo los capitalistas importadores desvían las divisas otorgadas por el estado hacia el mercado paralelo, y cómo también la banca privada juega un papel destacado en el desvío de dólares hacia el mercado paralelo. Basta con recordar el ya olvidado escándalo de los 20.000 Millones de Dólares del antiguo sistema para el control y otorgamiento de divisas SITME, que luego de ser entregados por el estado a un gran grupo de burgueses parásitos, fueron finalmente robados por estos últimos. Por lo tanto, la nacionalización de la banca y del comercio exterior bajo control obrero y popular, son medidas urgentes que no pueden esperar más tiempo.

En el caso de la producción, empresas capitalistas como Polar, Cargill y otras, continúan con el sabotaje y reducción de los márgenes de producción, con el acaparamiento y la violación de las regulaciones impuestas por el gobierno bolivariano, todo ello con miras a continuar generando desabastecimiento e inflación. Es necesario cuanto antes nacionalizar las grandes industrias monopólicas del país, nacionales y extranjeras, bajo control de la clase obrera y las comunidades.

La huelga de la Polar por ejemplo, en la que un grupo de dirigentes de los trabajadores han solicitado ya la expropiación de la empresa, debe ser tomada como punto de inflexión para la nacionalización definitiva de este monopolio, pero no para que sea dirigida por nuevos burócratas del estado burgués, sino el bajo control democrático de los trabajadores y trabajadoras de la empresa.

Asimismo, la lucha contra la especulación e inflación a pequeña escala, en los supermercados, comercios, carnicerías, panaderías y en los abastos dentro de las comunidades y barriadas, que es una consecuencia del sabotaje de la producción que realizan los grandes monopolios a gran escala, debe ser combatida por todo el pueblo a través de comités populares y obreros organizados en cada barrio y fábrica, que además vigilen que los productos regulados sean vendidos a precios justos, controlen el abastecimiento y la producción, etc., pero para esto, debe llevarse a cabo una organización masiva de estos comités a lo largo y ancho de todo el país, y su coordinación y articulación a nivel local, municipal, regional y nacional, a través de la elección de voceros elegibles y revocables en todo momento, que estén sometidos a las decisiones que tomen los comités democráticamente en asamblea.

El estado burgués ha demostrado ser ineficaz e ineficiente para la lucha contra la especulación y el desabastecimiento. Unos cuantos cientos de fiscales a nivel nacional, no son suficientes para llevar adelante la lucha contra la guerra económica en todo el territorio nacional, para ello el pueblo debe organizar sus propias instituciones del poder popular, con miles de voceros responsables ante el pueblo organizado en asambleas en todo el país, que hagan cumplir realmente la voluntad del pueblo trabajador.

En fin, para lograr derrotar la guerra económica, es necesario radicalizar la revolución contra los capitalistas, y que la clase obrera y el pueblo todo se pongan al frente de la lucha.

Si no tomamos acciones contundentes contra la guerra económica, a pesar de la enorme combatividad y espíritu de lucha que ya demostró el domingo un sector de las masas trabajadoras, tarde o temprano este espíritu de lucha decaerá y se transformará en su contrario: en ira, desesperación, cansancio, apatía y desmovilización, y ello podría significar una derrota de la Revolución Bolivariana en las elecciones parlamentarias del 6 de Diciembre, o en una posterior convocatoria a un referéndum revocatorio contra el presidente Maduro en 2016.

Por lo tanto, nuestra dirigencia, empezando por el compañero Nicolás Maduro, debe dar un paso al frente y convocar a todo el pueblo trabajador a la lucha. Es la hora de darle la estocada final al capitalismo y dar un salto histórico en la construcción del socialismo en Venezuela, que sin duda alguna contará con un apoyo extraordinariamente masivo entre el pueblo trabajador y las masas oprimidas del país, y significará la pulverización definitiva de la oposición y de todas las fuerzas contrarrevolucionarias el próximo 6 Diciembre.

Camaradas es momento de pasar a la acción y derrotar a la burguesía. No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer.