Jeremy  Corbyn está en camino de obtener de una victoria aplastante en las elecciones para la dirección del Laborismo. Según todas las encuestas, Corbyn derrotará a su oponente de derecha, Owen Smith, por un amplio margen. De hecho, el apoyo a Jeremy Corbyn entre las bases del partido se ha incrementado desde el año pasado; más del 84% de las nominaciones para la dirección de las agrupaciones locales del Partido Laborista han sido para Corbyn, comparado con menos del 40% que tuvo en la competencia entre cuatro candidatos del año pasado.

Este apoyo creciente también se ha reflejado en los logros de la izquierda en el Comité Ejecutivo Nacional del Laborismo, donde dos miembros de derecha fueron sustituidos por dos partidarios de Corbyn en las elecciones del NEC (Comité Ejecutivo Nacional) de este verano. Mientras que los militantes de base del Laborismo estaban jubilosos, los parlamentarios anti-Corbyn se sentían destrozados por esto, uno de ellos estuvo a punto de llorar al decir: «Esto es una muy, muy, muy mala noticia». El pobre viejo Neil Kinnock, completamente vestido con su traje de Lord, dijo: «Sólo la ira me impide caer en la desesperación.»

Después de meses de amarga guerra civil en el Partido y del voto de desconfianza por parte de los diputados laboristas de derecha contra Corbyn, esta camarilla de parlamentarios se lanzó con todo a un golpe de estado para tratar de derrocarlo como líder del partido. Cuando esto falló, Owen Smith fue elegido para enfrentarse a él como el candidato de la «unidad». Tales eufemismos son similares al «Ministerio del Amor» de George Orwell de 1984.

Smith se ha visto obligado a usar una imagen de «izquierda» – como lo hizo Neil Kinnock en el pasado – para aspirar a tener alguna posibilidad. Este retador «radical» negó ridículamente que él tuviera nada que ver con el «golpe» contra Corbyn, aunque el diputado John Mann, soltó la lengua, pero en sentido contrario. Las negaciones de Smith -«el mojigato»- no han engañado a nadie. Es visto correctamente como nada más y nada menos que el candidato Blairista que apoya a “Cualquier persona menos a Corbyn».

El PLP en la desesperación

El ala derecha, a través del grupo parlamentario laborista (PLP) está de capa caída; han perdido el control sobre el partido. Consideraban el Partido Laborista como su propiedad privada – un vehículo para sus carreras. Estas señoras y caballeros de «movilidad ascendente» se volvieron cada vez más como los Tories (conservadores). Ellos están orgullosos de ser parte de la clase dirigente. Se arrastran a los pies de las grandes empresas y sienten un gran desprecio por la clase obrera, mientras que se burlan del «socialismo» por ser «anticuado».

La victoria Corbyn el año pasado amenazaba su forma de vida. Sus carreras, beneficios, salarios elevados y privilegios estaban todos en riesgo. El mensaje de estas personas ha sido claro: ¡cómo se atreven los miembros de las bases a desafiarnos! ¡Este arribista tiene que irse!

La campaña de los Blairistas para desacreditar a Corbyn comenzó el primer día (de hecho, incluso antes del primer día) y ha tenido todo el apoyo de la clase dominante. «Él era simplemente un político ‘protesta’ e inadecuado para el Gobierno», gritaban. «Nunca podría ganar una elección», dijo el experto Señor Kinnock, un hombre que perdió dos elecciones generales consecutivas. «Él es un buen hombre, pero no un líder», declararon.

Pero todas estas manifestaciones han sido en vano. Cientos de miles de personas se han unido a Corbyn como alguien que representa una alternativa real. Los aventureros de derecha han sido desacreditados, con sus políticas Tory-moderadas, la defensa del plan de armamento nuclear Trident, y el apoyo a las guerras extranjeras. La militancia ha dado la espalda a esta vieja capa dirigente.

¿Pueden los verdaderos demócratas levantarse por favor?

Por supuesto, estos llamados «demócratas» no aceptarán el resultado que se espera en las elecciones de septiembre. «¿Por qué demonios dimos a cada militante el derecho a voto?» Están murmurando ya en privado. Los militantes se han vuelto locos y ha perdido la confianza en el grupo parlamentario laborista, gimen. Los derechistas del PLP deben haber recordado las palabras irónicas del poeta Bertold Brecht cuando dijo, durante las protestas masivas en 1953 contra el gobierno germano oriental, que los líderes del Partido Estalinista de Alemania Oriental habían perdido la confianza en las acciones de las masas – el pueblo, por lo tanto, debería ser «disuelto» y ¡elegir uno nuevo!

Los Blairistas dirán que fueron engañados por «amenazas», «violencia» e “intimidación», lo que ha obligado a la burocracia del Laborismo a cerrar todas las reuniones locales del Partido. Por supuesto, esto no tenía nada que ver con detener el hecho que Corbyn obtuviera aún más apoyo, ¡eso dicen ellos! Si estaban preocupados por la «intimidación», ¿por qué no cerraron la jaula de lobos del PLP el año pasado cuando hubo verdadera intimidación contra Corbyn?

Ahora están conspirando para escindir el Partido Laborista, como en 1931 y 1982. Están preparando sus excusas por adelantado, con la ayuda del adorable Tom Watson, el segundo al mando. «No me hago ilusiones acerca de lo que está pasando», dijo. Es la «infiltración» trotskista la que aparentemente está «manipulando” a personas inocentes. ¡Qué disparate!

Watson – elegido por sus promesas de aumentar la democracia del partido – propone ahora traer de vuelta el viejo colegio electoral para la elección del líder en vez de dejar que los miembros voten. Quiere que el derechista PLP – no el líder elegido del partido – elija el Gabinete en la Sombra. Demasiado para nuestro líder «neutral», que constantemente ha trabajado entre bastidores para deshacerse de Corbyn. Incluso Len McCluskey del sindicato UNITE describió las acciones de Watson como un «acto de sabotaje».

¡Echar a los Blairistas! ¡Echar al Capitalismo!

El único camino a seguir ahora es traer de vuelta la reelección obligatoria de los miembros laboristas del parlamento. Hay un evidente apoyo creciente para esto. Todo miembro del Partido Laborista debe enfrentarse al voto democrático de los militantes. ¡Esa es la verdadera democracia! Necesitamos representantes en Westminster que estén en sintonía con los deseos de la base y dispuestos a defender a la clase trabajadora, no los intereses creados por el capital.

Por supuesto, esto debe ir de la mano con la adopción de políticas socialistas reales. El Partido Laborista fue secuestrado por infiltrados conservadores (los «entristas» reales), que querían no cambiar la sociedad, sino apoyar el capitalismo. Estos arribistas estaban (y continúan) enriqueciéndose a costa de los trabajadores. Han mantenido sus hocicos firmemente sobre la presa durante años. ¿Por qué iban a querer cambiar la sociedad cuando están haciéndolo tan bien? Ellos fueron, y son, parte integrante de esta podrida clase dirigente. ¡Tenemos que barrer a esta gentuza!

El sistema de las grandes empresas del capitalismo es un desastre. Los ricos se hacen cada vez más ricos, mientras que la clase obrera recibe cada vez menos del pastel desde hace décadas. Mientras los patrones de las grandes compañías de la Bolsa (el FTSE100) se otorgan a sí mismos aumentos de 500.000 libras por año, millones de familias trabajadoras apenas están recibiendo lo suficiente para cubrir sus facturas de alquiler y la comida cada mes. Incluso luego, la mayoría sólo puede sobrevivir de créditos fiscales y con subsidios a la vivienda – un subsidio estatal para los patrones para que paguen salarios de pobreza. Como un antiguo patrón, Adair Turner, planteó: el mercado de trabajo está empezando a parecerse a «un mercado feudal en la que el Señor se presenta cada día y dice: «Te llevo a ti, y a ti y a ti”.

Y las cosas se van a poner de mal en peor. La economía británica se está deslizando hacia la recesión y hay una crisis bancaria masiva que se avecina en Europa. Esto fácilmente podría empujar toda la economía mundial a otra recesión – incluso peor que en 2008.

¡Votar a Corbyn! ¡Luchar por el Socialismo!

Debemos restaurar el compromiso del Partido Laborista con el socialismo. Después de décadas de control de la derecha, las cosas ahora van en sentido inverso. Un futuro gobierno Laborista no debe tratar de dirigir el capitalismo mejor que los conservadores, lo que sería un desastre. Debe comprometerse por el contrario a revertir todos los recortes y la austeridad y tomar medidas para aumentar masivamente el nivel de vida. ¡Esa es la única manera de luchar contra los Conservadores!

Esto significará que el laborismo en el poder debe hacerse cargo de las palancas fundamentales de la economía -Los principales 150 monopolios, bancos y compañías de seguros que dominan nuestras vidas. Estos deben estar dirigidos bajo el control y la gestión de los trabajadores como parte de un plan socialista de producción, para que podamos utilizar nuestros recursos para el beneficio de todos. Ese fue el objetivo socialista básico del artículo 4 de los Estatutos del Partido Laborista- una cláusula que fue abolida por Tony Blair y su banda, y que fue sustituida por la basura pro-empresarial. Este compromiso histórico debe ser restaurado a su lugar apropiado.

Sólo sobre esta base, ofreciendo un programa socialista audaz para transformar la vida de los trabajadores, los laboristas pueden conseguir una victoria aplastante y hacer realidad los sueños de las generaciones pasadas.