Se dice que hay mentiras, malditas mentiras y estadísticas. A esta lista hay que añadir la diplomacia, que ha sido elevada al nivel de una forma de arte.

La diplomacia es parte de la guerra y es el equivalente político de la guerra. El propósito de la diplomacia es ocultar los verdaderos objetivos de la guerra por parte de un determinado Estado a sus ciudadanos, y echar la culpa de la guerra y de todos sus horrores y crímenes al otro lado.

Esto lo vemos expresado ahora en condiciones de laboratorio en el clamor actual por Alepo. Día tras día la opinión pública en Occidente es sometida a un constante bombardeo de historias de horror sobre el bombardeo deliberado de hospitales y convoyes de ayuda, imágenes desgarradoras de niños heridos y cadáveres de civiles que son extraídos de entre los escombros.

Es natural que este tipo de imágenes despierten un profundo sentimiento de horror y disgusto entre las personas con sentimientos humanos normales. Pero estos sentimientos pueden ser fácilmente manipulados por aquellos que son expertos en el negocio de la formación de la opinión pública de acuerdo a ciertos intereses. Es deber de los marxistas cortar la niebla de la propaganda, exponer su carácter cínico y poner al descubierto los verdaderos intereses que están detrás.

Los engaños y bravatas de Boris

En un debate de emergencia en la Casa de los Comunes [el parlamento británico, NdT], Boris Johnson, el bufón de la corte oficial del Partido Conservador, dijo que le gustaría ver protestas frente a la Embajada de Rusia contra el bombardeo de objetivos civiles en Alepo. Vale la pena preguntarse por qué nunca ha llamado a protestar frente a la embajada de Arabia Saudita contra el bombardeo de objetivos civiles, como escuelas y hospitales, en Yemen.

En su diatriba contra Rusia, el ministro de Exteriores británico advirtió que este país corría el riesgo de convertirse en un estado «paria». Aseguró a la Cámara que el gobierno del Reino Unido estaba «tomando la delantera» sobre la situación en Siria. Parece, pues, extraño que no explicara por qué tan relevante jugador no hubiera sido invitado a las conversaciones sobre Siria en Lausana, Suiza, que debían tener lugar el fin de semana siguiente.

Es aún más desconcertante que el Estado «paria» ruso no sólo fue invitado a Lausana, sino que jugó un papel bastante importante en los preparativos de la reunión. Este pequeño detalle nos dice mucho más que una docena de discursos de Boris Johnson. A pesar de las pretensiones absurdas de su gobierno, Gran Bretaña ya no es capaz de jugar un papel destacado en la política mundial, y después del Brexit es aún menos relevante a los ojos de Washington.

El nombramiento de un payaso de circo como ministro de Asuntos Exteriores fue la guinda final sobre la tarta del declive del prestigio de Gran Bretaña en el mundo. Al no haber podido invitar ni a Gran Bretaña ni a la UE a la mesa de conferencias, donde se tomaron todas las decisiones importantes, los norteamericanos, al menos, tuvieron la delicadeza de venir a Londres para decirle a los británicos y los demás europeos lo que habían decidido en su ausencia.

Permaneciendo tan cerca del Secretario de Estado estadounidense como lo permitiría la decencia, Boris Johnson parecía un mayordomo respetuoso a la espera de las órdenes de su amo para que le sirviera el té de la tarde. Todo el tiempo que Kerry estuvo hablando, el Ministro de Asuntos Exteriores británico se quedó moviendo la cabeza totalmente de acuerdo, fingiendo no darse cuenta de que cada palabra que pronunciaba Kerry era como una patada dirigida a una parte muy sensible de su anatomía.

Al rechazar las demandas de intervención militar en Siria, Kerry comentó ácidamente: «No he visto un gran apetito en Europa por mandar gente a la guerra. No veo a los Parlamentos de los países europeos dispuestos a declarar la guerra; no veo a muchos países decidir que ésa sea la mejor solución a este problema».

En un rechazo apenas disimulado al hombre que estaba junto a él, añadió: «Es fácil decir que hay que actuar, pero ¿qué tipo de actuación? Veo a mucha gente tener muchos problemas para responder a esto». Y concluyó «estamos perseverando en la diplomacia porque esa es la herramienta que tenemos.»

La expresión del rostro de Boris fue una dolorosa lucha entre la respetabilidad obsequiosa y una sonrisa estúpida. Parecía un perro caniche moviendo la cola, en presencia de su amo, que es la naturaleza exacta de la llamada relación especial entre Gran Bretaña y Norteamérica.

¿Quién es responsable?

No es de ninguna manera nuestra intención justificar a Vladimir Putin, que representa los intereses de la oligarquía capitalista rusa, no los del pueblo ruso, ni de la clase obrera ni del pueblo de Siria. Al igual que sus contrapartes en Occidente, los líderes rusos se ocupan de la política internacional desde el punto de vista de sus propios intereses egoístas.

Sin embargo, debemos señalar que no fueron los rusos, quienes sumieron a Oriente Medio en el caos sangriento. La catástrofe actual es el resultado directo de un brutal acto de agresión organizado por un presidente estadounidense y un primer ministro británico que alimentaron repetidamente a la opinión pública con una sarta de mentiras. Si estuviéramos hablando de actos atroces, asesinatos en masa, el bombardeo deliberado de hospitales y escuelas, la tortura de prisioneros y la matanza de niños pequeños, las primeras personas que deben ser presentadas ante un tribunal internacional de justicia serían George W Bush y Tony Blair.

Los medios de comunicación y los gobiernos que los manipulan han tomado todas las medidas necesarias para dibujar una cortina gruesa sobre estos crímenes y concentrarse en el tema mucho más interesante de la brutalidad del hombre que se sienta en el Kremlin. La estridente propaganda contra Rusia ha proporcionado la excusa perfecta para enterrar el condenatorio informe Chilcot y desviar la atención de las acciones criminales de Gran Bretaña y Estados Unidos que causaron este desastre desde el principio.

Del mismo modo que un criminal usa guantes antes de cometer un robo o un asesinato, los que organizan los actos de suprema piratería de agresión se presentan como los defensores de la paz, del humanitarismo y la democracia. Un excelente ejemplo de esto es el clamor sobre Alepo. Los estadounidenses y rusos acordaron un alto el fuego que supuestamente iba a permitir el libre flujo de ayuda humanitaria a un número de ciudades sitiadas en Siria, incluyendo Alepo. Pero este alto el fuego se rompió a los pocos días. Occidente culpó inmediatamente a Rusia y a sus aliados sirios. ¿Cuáles son los hechos?

La primera condición del acuerdo fue que los norteamericanos ejercieran presión sobre la llamada oposición siria moderada para distanciarse de los yihadistas. Pero esto era imposible, ya que las únicas fuerzas efectivas de lucha contra el gobierno de Assad visten atuendos yihadistas como Al Nusra (que recientemente cambió su nombre a Jabhat Fatah Al Sham). La oposición moderada es militarmente insignificante y totalmente dependiente de los yihadistas sin los cuales colapsarían inmediatamente.

No es ningún secreto que Jabhat Fatah Al Sham está vinculado a Al Qaeda y tiene exactamente la misma ideología y métodos reaccionarios que el ISIS. De hecho, fue creada por el ISIS al comienzo de la guerra para asegurarse una participación en el flujo norteamericano de respaldo de hombres y dinero en Siria. Las líneas de división entre el ISIS y Nusra son extremadamente vagas. En términos ideológicos, nadie puede decir dónde termina Jabhat Fatah Al Sham y dónde comienza el ISIS. Por otra parte, la distinción entre la llamada oposición «moderada» y los extremistas islámicos es una ficción.

Al Nusra está respaldada por Turquía y los Estados del Golfo (especialmente Arabia Saudita y Qatar) que lo abastecen con armas y fondos ilimitados. Por otra parte, las armas sofisticadas que los EE.UU. han suministrado a los minúsculos grupos apoyados por EE.UU. no son más que una cubierta delgada de apoyo a los yihadistas. Operan como grupos como diminutos dentro del paraguas de las organizaciones yihadistas que podrían aplastarlos en cualquier momento que lo deseen. Muy a menudo la pérdida de apoyo de Estados Unidos de estos grupos sólo ha significado que se han reintegrado en las organizaciones yihadistas.

Sergey Lavrov, Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, explicó la ruptura del alto el fuego de la siguiente manera: 

«La primera obligación prevista por este acuerdo era separar a los terroristas de la oposición moderada con la que trabaja la coalición de Estados Unidos. Esta disposición aún no se ha cumplido a pesar de que en febrero del año 2016 me dijeron que podían hacerlo en dos semanas más o menos.

«La obligación de desbloquear Castello Road para proporcionar un acceso humanitario seguro al este de Alepo se expone con gran detalle en el acuerdo entre Rusia y los Estados Unidos, incluidas las distancias específicas para la retirada de las tropas gubernamentales y las fuerzas de la oposición. Una vez más, los EE.UU., dijeron que era incapaz de cumplir con esta obligación porque la oposición no le escuchaba. Y hay muchos otros ejemplos como éste. (El énfasis es mío, AW)

«Parece que es por la sencilla razón de que EE.UU. fue incapaz de cumplir sus compromisos con respecto a la retirada de las fuerzas a lo largo de Castello Road, es por lo que decidieron retirarse de estos acuerdos o suspenderlos, o cerrarles la puerta. Ellos eligieron presentar la situación de manera diferente. De hecho, había una razón específica detrás de este fracaso: se comprometían a la obligación de efectuar la retirada de la oposición en mil quinientos metros.

«Las tropas del gobierno sirio estaban retirándose, pero la oposición trató inmediatamente de apoderarse del territorio desocupado. Sin embargo, en lugar de admitir la causa específica que dio como resultado el fracaso de los acuerdos, EE.UU. optó por una explicación abstracta. Argumentó que Rusia no deseaba poner fin a las hostilidades que causaban sufrimiento a los civiles. Estamos acostumbrados a este tipo de retórica, así que seguiremos trabajando en ello».

La aversión de Lavrov también parece coincidir estrechamente con los acontecimientos observables. La televisión occidental mostró escenas de una supuesta ofensiva de las fuerzas rebeldes (durante el alto el fuego) que aparentemente logró ocupar un área que había estado bajo el control del ejército sirio. De hecho, el ejército sirio se retiraba de este área en los términos del alto el fuego. Los rebeldes que no tenían intención de observar el alto el fuego, se aprovecharon de la situación para apoderarse del territorio que poco después fue recuperado por el ejército sirio. De tales cosas están fabricados los mitos y leyendas de la propaganda.

Por supuesto, Lavrov y Putin tienen su propio interés personal, y no hay ninguna obligación de aceptar esta versión de los hechos. Sin embargo, varias cosas están claras. En primer lugar, todo el mundo sabe que los rebeldes estaban determinados desde el principio a sabotear el alto el fuego. Querían evitar desesperadamente una situación en la que los norteamericanos y los rusos pudieran coordinarse para lanzar una campaña eficaz contra los yihadistas.

Por lo tanto, los rebeldes dejaron claro desde el principio que no podían y no aceptarían el alto el fuego. Los «moderados» eran reacios a romper con los yihadistas, y los estadounidenses no estaban dispuestos a romper con sus aliados «moderados». Esa es la verdadera razón por la que se derrumbó el alto el fuego. En realidad, estaba muerto antes de nacer.

El alto el fuego recibió un golpe mortal cuando los norteamericanos bombardearon al ejército sirio matando a 100 soldados que estaban luchando contra el ISIS alrededor de la sitiada ciudad de Deir Ezzour que está en extrema necesidad de asistencia. El ataque a las unidades del ejército sirio por aviones de guerra de las fuerzas de la coalición de Estados Unidos fue una provocación evidente que, claramente, era parte de un plan para romper el alto el fuego.

La explicación dada por los norteamericanos de que se trató de un «error» es simplemente absurda. Los estadounidenses y sus aliados poseen los instrumentos más sofisticados de vigilancia, y es simplemente increíble que pudieran confundir a unidades del ejército sirio con los rebeldes. Los rusos dicen que tienen pruebas de que este ataque estuvo planeado de antemano, y no tenemos ninguna duda de que este era, de hecho, el caso.

Escudos humanos en Alepo y Mosul

Los rusos hicieron una oferta para establecer un corredor que permitiría una salida segura de Alepo, no sólo para los civiles, sino también para los combatientes – incluso con sus armas. Channel 4 News, que está fuertemente sesgada a favor de la oposición, admitió que este mismo método ha sido llevado a cabo en muchas áreas. Si no se ha llevado a cabo en Alepo es simplemente porque los rebeldes no han aceptado esta oferta.

Esto significa que un pequeño grupo de fanáticos yihadistas están manteniendo secuestrada a la población del este de Alepo, para utilizarlos en efecto como escudos humanos frente a los ataques del régimen y sus aliados rusos. Están tratando de utilizar la carnicería resultante como propaganda con el fin de disponer rápidamente de apoyo para su causa. El destino de los civiles de Alepo es de poca o ninguna importancia para ellos.

El enviado de las Naciones Unidas a Siria, Staffan de Mistura, se ofreció para acompañar personalmente a los aproximadamente 900 combatientes de Al Nusra en su salida de Alepo con el fin de eliminar la excusa de Rusia para el bombardeo de la ciudad. Los rusos estuvieron de acuerdo de inmediato, pero los rebeldes no. De hecho, varios corredores que ya se establecieron para los civiles para viajar al oeste de Alepo, controlado por el gobierno, han sido cerrados por los rebeldes, y han atacado a los civiles que tratan de abandonar la zona.

La hipocresía de occidente queda manifiestamente expuesta si comparamos la actitud de los medios de comunicación en relación a Alepo con su cobertura de la reciente ofensiva para retomar la ciudad de Mosul, en Irak. Uno tiene la impresión de que esta ofensiva se concibe como un medio para compensar a occidente por la pérdida inminente de Alepo.

De acuerdo con los informes de los medios, una coalición integrada por el ejército iraquí, las fuerzas kurdas y las milicias chiítas avanza con paso firme hacia esa ciudad, apoyada por ataques aéreos llevada a cabo por la coalición liderada por Estados Unidos. Se dice que la caída de Mosul es inevitable. Sin embargo, estos informes son, sin duda, excesivamente optimistas. Las fuerzas del ISIS han tenido muchos meses para fortalecer sus defensas y los atacantes se encontrarán con una feroz resistencia a medida que se acerquen a la ciudad. La verdadera batalla por Mosul aún no ha comenzado.

Mosul tiene un millón y medio de habitantes, en contraste con los 200.000 o menos del este de Alepo. Con el fin de tomarla, las fuerzas atacantes tendrán que someter a la ciudad a un intenso bombardeo por aire y tierra. A pesar de todas las afirmaciones acerca de «bombas inteligentes», el hecho es que todos los bombardeos son indiscriminados y conducen inevitablemente a las bajas civiles. La magnitud de la masacre en Mosul hará que el derramamiento de sangre en Alepo aparezca pálido en insignificancia. Ya las Naciones Unidas está advirtiendo de un desastre humanitario a una escala sin precedentes.

¿Por qué medios se proponen las fuerzas de la coalición evitar bajas civiles en Mosul? En el caso de Alepo, los rusos se ofrecieron a proporcionar una vía de escape para los civiles, e incluso para los combatientes rebeldes. En Mosul la coalición está lanzando folletos para asesorar a la población ¡a quedarse en casa y refugiarse! Hasta un niño puede ver que esconderse en las casas sobre las que lanzarán bombas no es una receta para salvar vidas.

Para preparar a la opinión pública mundial para la próxima carnicería, los medios de comunicación ya está diciendo cosas como: «en una ciudad tan densamente poblada, las muertes de civiles son inevitables». Sin duda, los mismos medios derramarán lágrimas por la pérdida de vidas en Mosul, pero lo describirán como «daño colateral», una consecuencia lamentable de la política cínica de los yihadistas que van a utilizar a la población civil como escudos humanos. El hecho de que los yihadistas en Alepo estén usando exactamente la misma táctica es convenientemente pasado por alto.

Sanciones a Siria

Una evaluación interna de 40 páginas de la ONU del efecto de las sanciones en la entrega de ayuda, escrito por un funcionario clave de la ONU, titulado “Impacto humanitario de las medidas restrictivas unilaterales relacionadas con Siria”, ha sido filtrado por la publicación de investigación La intercepción. Se expone la hipocresía pestilente de los EE.UU. y la UE, y el cinismo de sus acusaciones contra Siria y Rusia para impedir la entrega de suministros de ayuda de la ONU a las ciudades sitiadas en Siria.

La UE ha impuesto prohibiciones de amplio alcance sobre las transacciones comerciales y bancarias con Siria, así como el control de la exportación de artículos de «doble uso» que podrían tener alguna aplicación en seguridad. Las sanciones de Estados Unidos son aún más extensas, como la imposición de una prohibición general de las exportaciones a Siria o de transacciones financieras con el país. Esto incluye bienes producidos en el extranjero cuyo contenido estadounidense sea de más del 10 por ciento del valor del producto terminado.

Hay supuestamente medios disponibles para que los bienes puramente humanitarios lleguen a Siria, pero eso es una mentira. El embargo se supone que tiene como objetivo al presidente Bashar al-Assad para contribuir a su salida del poder. En lugar de eso, está haciendo que sea más difícil que los alimentos, el combustible y los cuidados de la salud lleguen a la masa del pueblo.

El correo electrónico filtrado muestra que el efecto principal de las sanciones de Estados Unidos fue obstruir la asistencia de emergencia a los civiles. Cinco años de guerra civil sangrienta y severas sanciones económicas han hundido a  más del 80 por ciento de los sirios en la pobreza, frente al 28 por ciento en 2010. Las sanciones han contribuido a un aumento de 300 por ciento en el precio de la harina de trigo y a un aumento del 650 por ciento para el arroz, después de una duplicación de los precios del combustible en los últimos 18 meses.

El informe describe las sanciones como un «factor principal» en la degradación del sistema de salud de Siria. Siria fue una vez en gran medida autosuficiente en productos farmacéuticos, pero muchas plantas estaban en el área de Alepo y se han destruido o inutilizado por los combates. El correo electrónico dice que muchas fábricas productoras de medicamentos que han sobrevivido a los combates se han visto obligadas a cerrar debido a las sanciones relacionadas con las restricciones a las materias primas y las divisas.

En 2013 las sanciones se han suavizado, pero sólo en las zonas controladas por la oposición. En otras palabras, el control de la ayuda «humanitaria» está siendo utilizado como un arma de guerra. Al mismo tiempo, la CIA comenzó el cargamento de suministro de armas, enviadas directamente a los insurgentes, a un costo colosal de casi 1 mil millones de dólares al año, vertiendo combustible a las llamas del conflicto.

El 11 de octubre Counterpunch.org publicó un artículo de Patrick Cockburn –un galardonado escritor de The Independent que se especializa en el análisis de Irak, Siria y las guerras en el Medio Oriente– sobre los efectos de las sanciones económicas de Occidente sobre los sirios ordinarios, que dice:

«En efecto, las sanciones de Estados Unidos y de la UE están imponiendo un asedio económico a Siria que puede estar matando a más sirios que los que mueren de enfermedad y desnutrición en los asedios que los líderes de la UE y de Estados Unidos han descrito como crímenes de guerra. Más de la mitad de los hospitales públicos del país han sido dañados o destruidos. Médicos sirios en Damasco se quejaron a The Independent de la dificultad en la obtención de medicamentos y repuestos para equipos médicos comprados antes de la guerra».

Las condiciones de vida han caído estrepitosamente con la interrupción del suministro de electricidad durante tres horas, cada tres horas de funcionamiento, incluso en la capital, ya que el mantenimiento y las piezas de repuesto para el sistema eléctrico se han visto afectados por las sanciones. Dado que la energía se ha convertido en demasiado cara muchos sirios viven sin electricidad. El artículo concluye: «A medida que los sirios se sientan en la oscuridad, las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea se combinan con la guerra para destruir su país».

El papel de la ONU

El ejército sirio, con el apoyo de Rusia e Irán, está avanzando implacablemente y la caída de Alepo es sólo una cuestión de tiempo. Eso cambiaría el rumbo de la guerra en beneficio de Assad y sus aliados rusos. Los estadounidenses están desesperados por detener esta ofensiva. Esto, y sólo esto, es la razón de la andanada de propaganda.

Al carecer de los medios físicos para intervenir militarmente para detener la ofensiva, Washington trató de movilizar a la opinión pública mundial. Se decidió jugar la carta de las Naciones Unidas. Las Naciones Unidas nunca ha  evitado -y nunca lo hará- la guerra ni desempeñado ningún papel progresista en absoluto en la política mundial. Se trata simplemente de un foro en el que las grandes potencias pueden debatir cuestiones secundarias, pero que nunca puede decidir nada fundamental. A fin de cuentas, las grandes potencias hacen lo que conviene a sus intereses. Las naciones más pequeñas, de hecho, no cuentan para nada.

John Kerry dio voz a su ira y frustración al decir que el bombardeo de civiles en Alepo podría ascender a «un crimen de guerra». Sus palabras fueron fielmente un eco de Boris Johnson en el parlamento británico y de Matthew Rycroft, embajador de Londres en la ONU, así como del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Era como si todos estuvieran leyendo el mismo guión. Y de hecho lo hacían.

El Consejo de Seguridad de la ONU votó dos resoluciones rivales en pugna, una redactada por Francia pidiendo un alto a los ataques aéreos y una segunda de Rusia que proponía un alto el fuego, pero, lamentablemente, no hizo mención a detener los bombardeos. Rusia naturalmente vetó la resolución redactada por Francia. El bombardeo continuó con normalidad.

El Consejo trasladó la segunda votación sobre el texto redactado por Rusia, pero no logró reunir los votos suficientes para ser aprobado. El embajador ruso calificó esto como un «espectáculo», lo cual era una descripción bastante justa. El dijo, «nadie gana» y «tenemos que volver a la diplomacia». Pero las ofertas de diplomacia son palabras, mientras que la guerra no son palabras, sino hechos que deciden. Mientras los diplomáticos disputan acerca de las palabras, la alianza sirio-ruso-iraní sigue conquistando territorio sobre el terreno. Al final, eso es todo lo que importa.

Sus crímenes de guerra, y nuestros «errores»

La mayor parte de la cobertura en los medios de comunicación occidentales en relación a Alepo se ha concentrado en la difícil situación de los civiles en el este de esa ciudad que está ocupada por los rebeldes. Poco o nada se dice acerca de la situación de la población del oeste de Alepo, que es sometida diariamente a los bombardeos indiscriminados y disparos de mortero de los yihadistas del Este.

Áreas civiles, escuelas y hospitales son el objetivo rutinario de los morteros y misiles islamistas. Muchos niños de las zonas controladas por el gobierno han sido asesinados y mutilados. Una escuela primaria, que se encuentra a un kilómetro de distancia de la primera línea de fuego, fue severamente dañada recientemente por misiles procedentes de la zona oriental Alepo en poder de los islamistas.

«Nuestra escuela está constantemente bajo el fuego de los terroristas», dijo un residente local a Russia Today. «Ayer mismo, un proyectil cayó en el patio de la escuela. Gracias a Dios nuestros hijos ya estaban en el aula y nadie resultó dañado».

Hassan, un niño de 10 años de edad, nacido sordo y mudo, ha perdido una pierna en el bombardeo, pero tuvo la suerte de sobrevivir. «Antes de ayer estaba jugando con otros niños en la zona de Al-Hamadaneyah cuando el proyectil cayó allí», explicó uno de los familiares de Hassan. «Uno de los chicos fue destrozado por completo y mi sobrino tenía el pie arrancado.»

Cuando un hospital administrado por la organización médico-humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) en Alepo fue bombardeada por aviones de guerra rusos y sirios matando a 50 personas, fue denunciado inmediatamente como un crimen de guerra brutal. Sin embargo, el 3 de octubre de 2015, cuando un helicóptero de combate de Estados Unidos de la fuerza aérea AC-130U atacó el centro traumatológico de MSF en Kunduz, Afganistán, matando a 42 personas e hiriendo a muchísimos más, no hubo tal respuesta.

El Pentágono declaró que no era un crimen de guerra, ya que el resultado fue  debido a «un error humano no intencionado y a un fallo del equipo». El ejército de Estados Unidos dijo que la tripulación del avión no era «consciente» de que estaba disparando contra un hospital. Sin embargo, el ejército de Estados Unidos tiene una tecnología muy sofisticada y es capaz de distinguir incluso los objetivos más pequeños con precisión. Por otra parte, el propio Pentágono admitió que MSF había seguido todos los procedimientos adecuados para notificar a los EE.UU. la ubicación del hospital.

MSF ha dicho reiteradamente que no puede quedar satisfecha únicamente con una investigación militar sobre el ataque de Kunduz. Sin embargo, su solicitud de una investigación independiente e imparcial del hecho por la Comisión Internacional Humanitaria de Investigación ha quedado sin respuesta.

Las atrocidades de Arabia Saudita en Yemen

La guerra de Arabia Saudita en Yemen ha impuesto un estado de sitio a todo el país que está produciendo un desastre humanitario. Según la ONU, se estima que 10.000 personas han muerto desde que comenzó el conflicto en 2015.

«La escala de sufrimiento como resultado del conflicto en curso en Yemen es impactante. Se estima que 21,2 millones de personas, lo que constituye casi el 80% de la población total, necesitan ayuda humanitaria. Casi la mitad de los necesitados son niños», dijo la representante de UNICEF en Yemen, Meritxell Relano, a la CNN. Sin embargo, durante los últimos 18 meses, la opinión pública occidental ha sido pobremente informada, si es que acaso ha sido informada, ya que Arabia Saudita es nuestro aliado.

Los hospitales y escuelas son bombardeados sistemáticamente por los saudíes. De acuerdo con el Yemen Post, no menos de 178 escuelas han sido atacadas. Todas las grandes infraestructuras ha sido blanco de ataques y destruidas, o seriamente dañadas. El objetivo es claro: destruir todos los elementos de la vida civilizada y bombardear a la gente de Yemen para llevarla de nuevo a la Edad de Piedra.

Yemen es el país más pobre del mundo árabe. También es el país con la menor cantidad de agua dulce y por lo tanto muy dependiente de las importaciones de alimentos. El país importa el 90% de sus alimentos. Los saudíes han atacado deliberadamente los depósitos de alimentos y los puertos. Sus aviones de guerra han destruido las cabinas de las grúas gigantes que se utilizaban para levantar pesados ​​contenedores de barcos para su almacenamiento en los puertos, dejando así las grúas inutilizables. Esto sólo es posible porque los aviones están dirigidos deliberadamente contra estos objetivos. No tiene nada que ver con error alguno. Sin embargo, se admite que los oficiales británicos y estadounidenses están participando en conjunto con la Fuerza Aérea saudí, «para ayudarla en sus objetivos».

UNICEF informa que 1,5 millones de niños están desnutridos actualmente en el país, 370.000 de ellos severamente. Los niños que no son más que esqueletos vivientes mueren cada día de hambre. No hay absolutamente ninguna duda de que los saudíes están utilizando el hambre como una táctica deliberada para destruir Yemen. Si esto no es un crimen de guerra, es difícil de entender en qué consiste un crimen de guerra.

Muy al final del día los medios de comunicación ha comenzado a prestar un poco más de atención a esta guerra criminal. Incluso ha habido algunas críticas tímidas a la venta de armas británicas y estadounidenses a Arabia Saudita, que están sosteniendo la guerra. Sin embargo, la lucrativa venta de armas continúa sin cesar.

Lo que raramente se menciona es que las fuerzas británicas y estadounidenses están realmente involucradas en la guerra. Las fuerzas estadounidenses facilitan y apoyan las operaciones logísticas, naves estadounidenses patrullan el mar en todo el país para mantener el embargo que condena a los niños a morir de hambre. Los aviones estadounidenses participan en misiones de reabastecimiento en vuelo con el fin de permitir que los aviones terroristas saudíes mantengan su campaña de bombardeos de forma ininterrumpida y sin perder el tiempo con el aterrizaje y el reabastecimiento.

Las tropas británicas y estadounidenses también participan en las principales salas de operaciones para seleccionar y coordinar los objetivos. Su éxito ha sido impresionante. El ánimo de los pilotos saudíes ha mejorado tanto que, además de un gran número de escuelas, hospitales y depósitos de alimentos, fueron capaces de bombardear con éxito un funeral, matando a cientos de personas en la capital yemení de Saná.

Después de negar inicialmente todo, los saudíes finalmente admitieron que este hecho había tenido lugar. Pero no fue, por supuesto, un crimen de guerra (sólo los rusos son culpables de eso) sino simplemente un «incidente lamentable». Los gobiernos británico y estadounidense también expresaron su pesar – y siguen vendiendo bombas, cohetes y balas para permitir que los monstruos de Arabia Saudita sigan perpetrando a placer su matanza contra el pueblo de Yemen. 

Los buques de guerra estadounidenses han estado ayudando a mantener el bloqueo criminal por el cual los sauditas evitan que los alimentos lleguen a la gente que muere de hambre. Barcos cargados de trigo y de otros productos alimenticios son detenidos por períodos largos de modo que la mayor parte se pudre y queda incomestible cuando finalmente llega a los almacenes. La semana pasada, los rebeldes Hutis dispararon cohetes a los barcos estadounidenses que ayudaban al asedio. Estos últimos han lanzado misiles contra los rebeldes. Por lo tanto, los EE.UU. han comenzado a participar directamente en la guerra contra el pueblo de Yemen.

 «¡Debemos hacer algo!»

La gente como Boris Johnson dice que tenemos que «hacer algo» en Siria. La pregunta es, como Kerry tan elocuentemente lo expresó: ¿hacer qué? Una idea que se repite con frecuencia es imponer «zonas de exclusión aérea» como un medio de defensa de la población civil contra los bombardeos (rusos). Se presenta como una medida «humanitaria». En realidad, no sería tal cosa.

Las «zonas seguras» en discusión en realidad servirían para proteger a los rebeldes de las bombas rusas y sirias, y para dar a los combatientes de la oposición lugares para congregarse y reabastecerse. Uno puede pensar muchas cosas acerca de Assad y Putin, pero una cosa clara es que no son estúpidos. ¿Por qué habrían de llegar a un acuerdo con una medida que estaría calculada para atarles las manos a la espalda y permitir que sus amargos enemigos se reagrupen y rearmen?

Por otra parte, esta propuesta aparentemente razonable plantea serias dificultades prácticas. ¿Quién tiene las aeronaves y los recursos militares, la logística y los sistemas de mando y control para proteger las zonas propuestas, es decir, para protegerlos durante un período indefinido de tiempo? Eso es imposible sin poner un gran número de tropas sobre el terreno. ¿Quién va a proporcionar una fuerza de este tipo? Los estadounidenses dicen a Europa: ¡Después de ustedes, señores! A lo que los europeos responden: ¡No, mi querido señor, después de ti!

Militarmente, la política actual de Estados Unidos se limita al empleo de las fuerzas de operaciones especiales para capacitar y apoyar a los militares iraquíes y a las fuerzas árabes y kurdas que luchan contra el ISIS en Siria. Alrededor de 300 soldados de operaciones especiales de Estados Unidos ya están sobre el terreno en Siria ayudando a adiestrar y aconsejar a los combatientes kurdos en Siria. En Irak, cerca de 5000 miembros de las fuerzas especiales estadounidenses están incrustados en las diversas milicias kurdas iraquíes, muchas de las cuales son abiertamente hostiles a los estadounidenses. Esto revela la debilidad del imperialismo de Estados Unidos en esta situación.

Se dice que Obama está considerando la posibilidad de armar a los kurdos. Pero su gobierno ha estado vacilando sobre este tema durante mucho tiempo.  A pesar de que son los combatientes más eficaces contra el ISIS, son vistos con recelo por Turquía. Y ya que Turquía es un aliado clave de Estados Unidos, Washington no puede ir demasiado lejos en su ofensa a Ankara. En el mejor de los casos, los combatientes kurdos recibirán algunas armas pequeñas y municiones, pero no el tipo de equipo pesado, como armas antitanque o antiaéreas, que les harían una formidable fuerza de combate. Como siempre, los derechos de los kurdos y la causa de la democracia en Turquía, por tanto, deben pasar a segundo plano ante los intereses del imperialismo estadounidense.

Algunos individuos equivocados de la izquierda se han tragado tontamente la propaganda de los imperialistas con respecto a Siria. Apoyan la demanda de una zona de exclusión aérea sin considerar las consecuencias. Esta demanda es a la vez utópica y reaccionaria. Es utópica porque los imperialistas son incapaces y están poco dispuestos a llevarlo a cabo. Es reaccionaria porque implica que se puede servir a los intereses del pueblo sirio apelando a estos mismos imperialistas.

Hemos escuchado esta canción antes. Las mismas personas exigieron que «hay que hacer algo» en Libia. Y algo se hizo. Los imperialistas intervinieron para derrocar a Gadafi. ¿Cuál fue el resultado? El pueblo de Libia está sufriendo bajo un régimen reaccionario aún más horrible que el que existía anteriormente.

Tony Blair argumentó que «algo había que hacer» para derrocar la dictadura de Saddam Hussein en Irak. Y algo se hizo. Los imperialistas invadieron y ocuparon Irak. ¿Cuál fue el resultado? El resultado fue la catástrofe que se ha apoderado no sólo de Irak, sino de la totalidad de Oriente Medio, que terminó en la catástrofe humana que ahora vemos. Es deber de los marxistas luchar en primer lugar contra su propia clase capitalista, su propio imperialismo.

Nuestro primer deber en Gran Bretaña es llevar a cabo una lucha implacable contra el gobierno conservador y su aliado, el imperialismo estadounidense. Debemos exponer los intereses cínicos que están detrás de la propaganda hipócrita, oponernos a las aventuras militares en el extranjero, y explicar que los imperialistas no pueden, bajo ninguna circunstancia jugar un papel progresista en Oriente Medio ni en ninguna otra parte del mundo. Hacer cualquier otra cosa sería quedar como un juguete en manos de la clase dominante y del imperialismo, sería maleducar a la clase obrera y terminar directamente en el campo de la reacción.