Las jornadas del 14 de diciembre frente al Congreso de la Nación han provocado indignación en enormes capas de la población.

Con una impunidad sin límites el bloque de Cambiemos y sus aliados intentaron darle tratamiento y hacer pasar la Reforma Previsional que transfiere $118 mil millones al sistema financiero. Una gran estafa que vacía las cajas previsionales y desmantela el sistema de reparto para las futuras generaciones que acceden a este beneficio y jaquea los míseros haberes que reciben los jubilados y pensionados en la actualidad.

La otra cara, en la Plaza del Congreso, una ocupación de efectivos de Gendarmería, Policía Federal y de la Ciudad blindaban al Congreso para que las columnas de trabajadores y movimientos sociales no accedieran a las puertas del mismo donde sesionaban los legisladores de la Cámara Baja.

La salvaje represión desatada en la tarde del 14 de diciembre y la cacería que llevaron a cabo las fuerzas represivas contra los manifestantes, dejó un saldo de 44 detenidos y tuvo como objetivo impedir que los jubilados y trabajadores pudieran manifestarse contra la Ley de hambre.

Por otro lado en el interior de la Cámara Baja se intentaba dar quórum con una serie de artilugios que solo muestran la descomposición de un régimen social que solo puede dar hambre y represión.

Un paso adelante con sabor a victoria

La formidable movilización popular que puso a cientos de miles en la Plaza Congreso y que junto a la movilización del 29 de noviembre convocada por la Mesa de Unidad Sindical mostró nuevamente la capacidad de lucha de la clase obrera y los trabajadores. Nuevamente dimos muestras del despliegue y potencialidad cuando existe una dirección con voluntad política de ubicarse en el terreno de la lucha.

Al grito unísono de “unidad, de los trabajadores y al que no le guste se jode se jode” los cientos de miles de trabajadores festejábamos con una inmensa emoción en momentos en que se levantó la sesión por no contar con el quórum suficiente, viviendo este momento como una victoria, fortaleciendo al movimiento, sintiendo que con la movilización se puede torcer el brazo a los ajustadores.

De todas maneras creemos que con este sabor a victoria debemos poner en debate los pasos a seguir en los próximos días. El Gobierno Nacional se apresta a sacar la Ley de hambre para este lunes y si no fuera posible se prepara un DNU para que se resuelva definitivamente.

La marcha es una herramienta invalorable con la que contamos los trabajadores, pero también es verdad que la política de marchas permanentes tiene límites concretos. Tiene límites concretos ya que no se puede estar en estado permanente de movilización, además la movilización siendo una medida efectiva no lo es ante determinado momento en tanto el bloque de Cambiemos cuente con el quórum suficiente para dar tratamiento a la Reforma Previsional, o tome el recurso de aprobar la Reforma a través del DNU.

Debemos tomar nota que en el contexto de la convocatoria del 29 de noviembre y los más de 300000 trabajadores puestos en la calle y la impresionante manifestación protagonizada en el día de ayer determinó o acorraló al triunvirato cegetista que lo obligó a decretar un paro en el caso de aprobarse la Reforma previsional. Esto pone negro sobre blanco la potencialidad de los trabajadores movilizados, pero además deja con claridad expuesta a la dirección de la CGT que dio luz verde al gobierno para que avance con las Reformas y que ante la posibilidad cierta de aprobarse, sea, sin ninguna resistencia por parte de los Jefes Sindicales.

Más arriba señalamos la voluntad política de una dirección de ubicarse en el terreno de la lucha. Nos referimos no solo a la Mesa de Unidad Sindical, sino además a los grupos de izquierda que sí se ubicaron correctamente en el plano de exigir a la CGT un paro nacional.
Los acontecimientos que vienen resultan vertiginosos y lo que hasta ahora pusimos los de bajo con una tremenda voluntad de pelea fortalece la movilización y la moral del conjunto del movimiento.

Pero debemos ser claros. Tenemos que avanzar en un Plan de Lucha que comience con un paro de 24 horas para el lunes 18 de diciembre.

Por esto exigimos a la CGT que convoque a tal medida, ya que solo con medidas que vayan en una mayor envergadura podremos doblegar definitivamente los intentos de los capitalistas de descargar sobre los trabajadores el peso de su crisis.

Creemos que la Mesa de Unidad Sindical debe asumir la táctica de exigir a la CGT un Plan de Lucha con el paro para el 18 de diciembre. Debemos tener en claro que si derrotamos la Reforma Jubilatoria, resultará más fácil derrotar la Reforma Laboral y Tributaria. Manos a la obra.

¡Abajo la Reforma Previsional!

¡Abajo el ajuste de los capitalistas!

¡Libertad a los presos políticos!