El día de ayer, lunes 19 de febrero, el Partido Comunista de Venezuela dio a conocer los resultados de las deliberaciones que tuvieron lugar durante la celebración de su 14° Conferencia Nacional.

Según explicó el secretario general del PCV, Oscar Figuera, la 14° Conferencia Nacional resolvió, en torno a la discusión del apoyo a la candidatura de Nicolás Maduro a la presidencia, plantear un “acuerdo unitario PSUV – PCV”, “que exprese las legítimas aspiraciones populares de lucha antiimperialista, por la unidad latinoamericana y el desarrollo soberano en defensa de la nación y en interés del pueblo venezolano”.

Figuera explicó que dicho acuerdo contiene una serie de políticas y de medidas programáticas, que deben ser tomadas de manera urgente en defensa de los derechos de la clase obrera y para contrarrestar el impacto brutal de la crisis sobre las condiciones de vida de las masas trabajadoras. Si el PSUV no firmara el acuerdo, entonces se efectuaría una nueva reunión de la 14° Conferencia Nacional, para resolver la cuestión de la candidatura por el partido.

Ahora bien, entendemos que con el referido acuerdo el PCV está planteando una cierta política de frente único, llamando al conjunto del PSUV a la unidad de acción en defensa de los intereses de la clase obrera, y a volver hacia la lucha anticapitalista, de forma tal que, si la dirección del PSUV se niega a firmar dicho acuerdo unitario, pondría en evidencia ante la vanguardia revolucionaria y ante los sectores avanzados de la clase obrera, su degeneración oportunista.

En ése sentido, respetamos la posición de la Conferencia Nacional, no obstante, no la compartimos, en tanto y en cuanto la dirigencia bolivariana ha demostrado ya, harto suficientemente, sobre todo en los últimos 10 meses, no sólo su ausencia de resolución para llevar hasta las últimas consecuencias las medidas anticapitalistas que el presidente Chávez inició hace más de una década, sino más aún, su completa oposición –aunque disfrazada- a completar la revolución socialista, y su clara intención de establecer un pacto nefasto con la burguesía nacional en aras de mantener por más tiempo el control del poder político, aún y a costa de un sufrimiento mayor por parte de las masas trabajadoras.

Consideramos que aunque la directiva del PSUV llegase a firmar el acuerdo no lo cumpliría, porque su principal interés no es la defensa consecuente de los intereses de la clase obrera y las masas oprimidas, sino llegar a un acuerdo estable con la burguesía, con lo cual tendría que tomar nuevas medidas en detrimento de los trabajadores y a favor de los capitales nacionales e imperialistas, quedando en la práctica sin efecto cualquier medida clasista que haya propuesto el PCV en el acuerdo.

En segundo lugar, la participación de cuadros del PCV en el gobierno, comprometería gravemente al partido, a su militancia, a su programa y a la autoridad que ha construido sobre un sector importante de la clase obrera, al arrastrarle inevitablemente a apoyar las políticas de conciliación de clase del gobierno, que de obtener Nicolás Maduro la victoria, sin duda alguna se profundizarán en su próximo mandato, como ya hemos señalado.

En consecuencia, como hemos dicho, si bien respetamos la posición de los camaradas, consideramos que plantear una alianza al PSUV en las actuales condiciones es una política errada, y el PCV debe plantear una política independiente de construcción de una alternativa revolucionaria genuina, lo que implica en estos momentos lanzar una candidatura independiente del PSUV, dotada de un programa socialista que reivindique la expropiación de la burguesía bajo control obrero, el desmantelamiento del Estado burgués, la construcción de un Estado obrero, y la planificación de democrática de la economía.

En otro ámbito, durante el desarrollo de una reunión interna de la MUD, fuentes no oficiales dieron a conocer al diario Panorama que los partidos Primero Justicia y Acción Democrática no participarán en las próximas elecciones presidenciales, sumándose a Voluntad Popular, que más temprano hiciera el mismo anuncio, pero de forma oficial.

Ello, sin duda debilita de manera determinante cualquier candidatura de la burguesía, y allana el camino para una victoria abrumadora del Psuv en los comicios presidenciales, en tanto, según algunos estudios de opinión, entre ellos Venebarómetro, a pesar de la catastrófica situación social del país, para el mes de diciembre pasado la intención de voto a favor de Nicolás Maduro se colocaba en torno al 31%, por encima de todos los posibles candidatos de la oposición por separado.

Por lo tanto, ello plantea sobre el escenario electoral, condiciones aún más favorables para el lanzamiento de una candidatura independiente de la izquierda revolucionaria y del movimiento obrero y popular, ya que, no podría argüirse que una candidatura socialista podría favorecer a la victoria del posible candidato de la burguesía, ante el amplio ventajismo del candidato del PSUV sobre la MUD.

Por último, es necesario también analizar brevemente la noticia reciente de la aspiración de Javier Bertucci, pastor evangélico y director de El Evangelio Cambia a lanzarse como candidato a la presidencia, quien además es un burgués de cierta envergadura, propietario del 91% de las acciones de la Constructora Bertucci, presidente de las empresas Health Suplly Inc. y Todo Salud Inc., con capital basado en Panamá, actualmente activas, y la Agropecuaria Los Cedros en República Dominicana. Este sujeto ha estado involucrado en contrabando de diésel a gran escala, llegando incluso a cumplir arresto domiciliario, vinculado demás a los Panamá Papers, debido a una relación con el bufete panameño Mossack Fonseca.

La candidatura de Bertucci, es una consecuencia propia del impasse en el que se encuentra sumergida nuestra sociedad desde hace décadas. El capitalismo venezolano, atrasado e históricamente dependiente de los grandes capitales imperialistas, es incapaz de ofrecer bienestar y prosperidad a las mayorías trabajadoras y pobres del país. Desde un punto de vista histórico, el capitalismo ha llegado a una fase de senilidad en todo el mundo, y no puede ofrecer más que muerte y miseria a la humanidad, lo cual se hace aún más patente en un capitalismo débil y atrasado como el nuestro.

Sólo la planificación democrática de la economía, a través de las Comunas y los Consejos Socialistas de Trabajadores, de Campesinos y de Soldados, es decir, sólo la construcción de una sociedad socialista, sin explotadores ni explotados, puede ofrecer una verdadera alternativa para nuestra sociedad burguesa en decadencia. La actual crisis que atraviesa el país, es en buena medida una crisis que expresa la decadencia y putrefacción del capitalismo venezolano. No obstante, para poder llevar hasta sus últimas consecuencias una tarea de tal naturaleza, es fundamental la existencia de un factor subjetivo, del partido revolucionario de la clase obrera. Precisamente, en la pasada década se perdió una oportunidad de oro para la toma del poder y la abolición del capitalismo, debido a la carencia de un partido revolucionario que pudiese conducir toda la voluntad de lucha revolucionaria de las masas, una y otra vez demostrada en cada coyuntura decisiva, hacia tal objetivo.

En ese marco de condiciones políticas, es normal que surjan otros factores subjetivos, que no son más que expresión de la propia crisis del sistema, es decir, son una manifestación de que la sociedad necesita superar su propia crisis, de una forma u otra, en un sentido de clase u otro. Desde organizaciones fascistoides como la juvenil JAVU o el partido Voluntad Popular, u organizaciones propiamente fascistas como Renacer Nacional o la Liga Nacionalista -estas última insignificantes en número pero igualmente representativas de la crisis país-, hasta organizaciones cristianas evangélicas como el partido NUVIPA –por demás reaccionario-, o ahora el pastor Javier Bertucci y su decisión de postularse como candidato presidencial basándose en su propia organización religiosa “El evangelio cambia”, son todas por igual expresión del impasse que sufre nuestra sociedad.

Sólo la construcción de un partido marxista revolucionario, puedo ofrecer una salida a la crisis histórica del capitalismo venezolano. Es por eso mismo por lo que, en medio de la compleja coyuntura actual, en la cual se ha convocado a elecciones presidenciales, apostamos a la construcción de una referencia genuinamente revolucionaria para el movimiento obrero y popular, que pasa por el lanzamiento de una candidatura independiente de la vanguardia revolucionaria, que pueda aglutinar a los sectores avanzados del movimiento, que están girando fuertemente a la izquierda en la actual etapa.

Por último, es nuestro deber condenar la reciente represión de los trabajadores carabobeños, los cuales han tomado las calles en defensa de sus puestos de trabajo ya que sus empresas se encuentras paralizadas por falta de materia prima. Es necesario que se revise la asignación de las divisas y que sean tomadas las fábricas que hayan incurrido en la fuga de capitales, siendo entregadas éstas en manos de los trabajadores.

¡Para acabar con el capitalismo, los comunistas deben dar un paso al frente!
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