Balance y perspectivas de los dos primeros meses del Plan de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica (PRPE)

Los resultados del Plan de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica (PRCPE) saltan a la vista a solos dos meses de su implementación: un anclaje fallido de la economía al Petro, una política de “disciplina fiscal” incumplida, la producción en picada, una política cambiaria liberal y errática, incrementos de los precios que carcomen día a día el salario de la clase trabajadora, son las evidencias concretas de las debilidades del plan y de lo acertada de nuestras perspectivas publicadas en : “El nuevo comienzo en la política del gobierno bolivariano ¿Hacia dónde nos dirigimos?” (https://luchadeclases.org.ve/?p=6560).

¿Por qué está fracasando el Plan?

El Plan de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica (PRCPE) se fundamentó en nueve líneas de desarrollo, un conjunto de medidas con las cuales el gobierno esperaba alcanzar la estabilidad y crecimiento económico. Uno de los ejes centrales del Plan era el anclaje de la economía al Petro, al fijarlo como unidad de cuenta referencial, esta estrategia inspirada en el Plan Real aplicado en Brasil a mediados de los años 90 del siglo pasado. El gobierno intentó obtener los mismos resultados (eliminar la hiperinflación) pero con distintas condiciones de aplicación.

La aplicación del Plan Real, implicó un ajuste brutal del gasto público en salud, educación, infraestructura y un cese de la emisión de dinero inorgánico utilizado para cubrir el déficit fiscal, más un proceso de privatizaciones para incentivar la inversión extranjera y poder aumentar las reservas del país para respaldar la paridad 1 Real=1 Dólar. El gobierno bolivariano, a pesar de iniciar un ajuste de precios en los servicios y suplemento alimenticio (el metro de Caracas que estuvo gratis por varios meses pasó a costar 0,50 Bs S por viaje, las tarifas de la compañía estatal de telecomunicaciones Cantv/Movilnet han subido, la caja del CLAP pasaron de 0,25 Bs S., a 100 Bs S), pero se ha postergado, a pesar de haber sido anunciado, el aumento de la gasolina y la mayoría de los servicios ajustados aún no cubren ni el costo del mismo. El déficit fiscal, como veremos más adelante, se sigue cubriendo con la emisión de dinero inorgánico y continúa el bloqueo financiero y una escasa inversión internacional, principalmente de los aliados estratégicos, China, Rusia y recientemente Turquía.

En Brasil con la aplicación del Plan Real, si bien es cierto que se logró reducir una inflación de cuatro dígitos a uno en un semestre, se hizo a costa del sufrimiento de la clase trabajadora brasileña.

Nuestro anclaje

A pesar de que el valor del Petro está, teóricamente, fijado con base en el precio de 1 barril de petróleo, la fluctuación de los precios del petróleo no ha tenido incidencia en el valor del Petro. Si tomamos como valor de referencia el crudo WTI, el barril de petróleo tuvo un precio promedio en agosto de 67,80 dólares/barril, en septiembre de 69,90 dólares/barril y en lo que va de octubre 71,7 dólares/barril, sin haber variado el valor nominal del Petro que se mantiene “anclado” a 60 dólares por barril. Esto, mientras que el precio del dólar oficial tuvo un leve incremento, y el dólar paralelo –que tuvo una breve estabilidad los primeros días tras la implementación del Plan–, luego del anuncio del cese de la liquidación de dólares en el mercado DICOM, se generó una espiral alcista del dólar paralelo, pasando la barrera de los 200 bolívares.

Si el salario mínimo anclado al Petro equivalía a 30 dólares en ambas tasas los primeros días del plan, la realidad al día de hoy es que, a tasa paralela, el salario bajó a poco más de 8 dólares mensuales en menos de dos meses. La fantasía liberal de que tras la derogatoria de la Ley del Régimen de Ilícitos Cambiarios la burguesía iba a traer los dólares que tienen en el exterior, desapareció como lo anunciamos en nuestro artículo de análisis sobre dicha medida (https://luchadeclases.org.ve/?p=6535). Una burguesía que hace apenas un año estaba en la vía insurreccional promoviendo guarimbas, marchas, llamo a la abstención en las elecciones presidenciales de mayo para intentar deslegitimarlas y que apenas el 4 de agosto intentó asesinar al presidente de la República no va a cooperar en lo absoluto con la recuperación económica del país.

Equilibrio fiscal y tributario

El presidente de la República admitió en agosto pasado que tuvieron que emitir “dinero no orgánico” para cubrir parte del déficit fiscal, con la consecuencia de aumentar la inflación, como denunciamos en varios artículos (no todo era culpa del “dólar paralelo” como insistía Pascualina Curcio y otros), y declaró que El Programa de Recuperación Económica se realizará sin la emisión de dinero inorgánico. A pesar de ésto, acto seguido declaró que el gobierno cubrirá el aumento salarial del sector privado durante los tres primeros meses de equilibrio y otorgaría un bono de 600 Bs S generando un incremento de la liquidez monetaria de 26%  entre el 24 al 31 de agosto. La liquidez monetaria pasó de 45 millardos para el 17 de agosto a 180 millardos el 19 de octubre, lo que representó un incremento del 400% de este agregado monetario en dos meses. En palabras sencillas, nos mintieron y han seguido imprimiendo billetes sin respaldo a más no poder.

¿Cuál es la importancia de conocer la vvariación de los agregados monetarios como la liquidez monetaria? Estos nos indican la cantidad de dinero que circula en la sociedad. Pero en una economía con una drástica caída de las importaciones, por la debacle de la producción de petróleo por parte de PDVSA y con su consecuente reducción de ingresos en divisas, y una producción nacional mermada por la inmensa fuga de capitales ocurrida durante la última década y media, en desmedro de la necesaria inversión en infraestructura productiva, tecnología, debido a la cultura rentista y parásita de la burguesía nacional (que jamás será revolucionaria); la oferta de bienes de consumo disminuyó. Por tanto, hay cada vez más bolívares disputándose menos productos, generando aumentos exorbitantes y acelerados de los precios de los bienes y servicios.

Veamos por ejemplo el precio “acordado” de los huevos, fijados en 120 Bs S (el cartón de 30 unidades), hoy se consigue entre 540 y 600 Bs S, lo que representa un incremento de entre 450% a 500%, muy parecido a la variación de 400% de la liquidez monetaria. Esto no excluye el factor especulativo de la burguesía rentista, pero no sólo ese elemento condiciona el brutal incremento de precios.

El único elemento que ha generado mayores ingresos al Estado, a costa del bolsillo de la clase trabajadora, es la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) debido a su aumento de 12 a 16%, mientras se exonera el Impuesto Sobre la Renta (ISLR) a las empresas petroleras y otras grandes empresas.

Perspectivas

Ante el fracaso evidente de dicho plan económico, el gobierno profundizará su viraje a la derecha, continuará transitando la senda liberal en el plano económico, ya que ha descartado (en los hechos, no discursivamente) la alternativa revolucionaria para resolver la crisis y continuará intentando conciliar intereses de clases opuestos. Esto ocurre, porque una capa importante de la dirección bolivariana se está convirtiendo, de hecho, en una burguesía (media) emergente, y por ello, afloran esos discursos de “burguesía revolucionaria” que no son otra cosa que intentos de justificar, no solo su debacle ideológica sino su mutación de clase.

Pero este viraje encontrará resistencia de la clase obrera. La luna de miel duró menos de lo que esperaba el gobierno, producto del naufragio de su plan económico, y como ya hemos descrito en el artículo “la clase obrera irrumpe en la escena. Por una lucha unificada. Por el rescate de la revolución. (https://luchadeclases.org.ve/?p=6711) la clase trabajadora está en pie de lucha y entró en la arena de la lucha.

En el aspecto político, según la tendencia general de los últimos meses, podría profundizarse el desarrollo de los rasgos bonapartistas del gobierno, intentando mediar en la candente lucha de clases. Los trabajadores nos enfrentamos al ataque despiadado contra nuestro derecho a un trabajo digno y a un salario justo, por parte de las transnacionales, la burguesía nacional y el Estado –uno de los principales empleadores del país–, que se manifiesta en los cada vez más frecuentes cierres de empresas. Esto afecta desde grandes transnacionales como Kimberly Clark, Kellogg’s y Smurfit Kappa, hasta pequeñas y medianas industrias.  Vemos además la precarización laboral por parte del Estado-Patrón, que desconociendo las conquistas alcanzadas los últimos años, establece de manera arbitraria un tabulador salarial inconsulto, que achata el diferencial interescala. A esto hay que sumar el acoso laboral, las malas condiciones de trabajo y la falta de implementos para realizar las labores, que han generado un éxodo masivo de trabajadores/as con la consecuente disminución de la productividad (caso PDVSA, Sidor, Alcasa) y el deterioro de la calidad de los servicios públicos (caso Corpoelec, Cantv, Movilnet, Banco de Venezuela, Gas Comunal, Hidroven, entre otras).

¿Qué Hacer?

Frente al complejo panorama nacional e internacional, la tarea de los revolucionarios pasa, en primer lugar, por una fase de clarificación ideológica, de explicar pacientemente que lo que está fracasando es la política de conciliación de clases y el capitalismo a nivel global, pero no el socialismo, ya que en Venezuela no se ha implementado el socialismo. Debemos demostrar el carácter engañoso del gobierno y sus promesas. Es momento de desenmascararlo en lugar de exigir “reuniones” o que “cambie su política”, algo que sólo sirve para crear falsas ilusiones y expectativas de que este gobierno tendrá un viraje a la izquierda.

En segundo lugar, urge construir una alternativa obrera revolucionaria, con independencia de clase, dispuesta a luchar hasta las últimas consecuencias por un programa revolucionario, que ponga los intereses de la clase trabajadora al frente, para lograr salir de la profunda crisis económica, política y social en la que estamos sumergidos. En el contexto actual, dicha tarea quizás sea la más complicada, ya que la crisis de dirección del movimiento es el caldo de cultivo para generar un sin fin de tendencias ultraizquierdistas, postmodernas y oportunistas. Muestra de ello, es la pugna entre distintas corrientes y colectivos disputándose la herencia ideológica del “chavismo”, quienes se autoproclaman hijos de Chávez y guardianes de su legado, mientras su senda política va en contrasentido al desarrollo de Chávez (que pasó de la “tercera vía” antes del 1998 a mencionar la necesidad de trascender la economía capitalista por una socialista y derrumbar el Estado burgués en el “Golpe de Timón”). Entre estas agrupaciones encontramos a los que se denominan Chavismo Bravío, que tuvieron cierto auge en Caracas durante la campaña a la Asamblea Nacional Constituyente del 2017; y los más recientemente autodenominados “Chavismo Originario” promovidos y nucleados en torno a Juan Barreto.

Una alternativa revolucionaria debe nuclearse en torno a un programa revolucionario, más que ha personas. Este programa en las circunstancias actuales tiene que ofrecer respuestas a las reivindicaciones más inmediatas y sentidas de la clase trabajadora y popular como son el derecho a un trabajo digno y salario justo, acceso a servicios públicos como electricidad, agua, gas doméstico, transporte e internet de calidad, educación y salud gratuita, que solo podrán ser satisfechas si nos atrevemos a tomar el destino en nuestras propias manos, tomando los medios de producción para poder planificar la economía en favor de las inmensas mayorías atormentadas por la cotidiana frustración de no poder cubrir sus necesidades mínimas mientras un puñado de burgueses y corruptos viven en una abundancia inimaginable.

El reformismo está en bancarrota y contra las cuerdas. En tiempos de crisis capitalista, no tiene más reformas que ofrecer y sólo sirve como muro de contención para la lucha y organización de clase obrera, usando una fraseología revolucionaria mientras aplica progresivamente contrarreformas. La economía mixta fracasó. La lucha hoy en Venezuela no puede ser entre economía mixta y liberalismo, seria elegir entre morir por asfixia o morir decapitados, ¡la lucha de hoy es contra la barbarie del capitalismo rentista y por el socialismo!

¡Construyamos una alternativa revolucionaria, con independencia de clase, para lucha por el socialismo!

¡Únete a Lucha de Clases!