Como en todos los años que se ha realizado el Festival Latinoamericano de Música ‘Suena Caracas’ –aunque en el año 2017 no se efectuó y la edición 2016 fue reprogramada debido al duelo por el fallecimiento del líder de la revolución cubana Fidel Castro Ruz– sigue generando polémica. Se trata de una actividad cultural auspiciada por Fundarte (ente encargado de ejecutar las políticas culturales de la Alcaldía de Caracas), que busca generar un espacio de encuentro, recreación y variedad musical entre los habitantes de la capital venezolana.

Trotsky, en un artículo sobre la cultura proletaria; en el Pravda, nro. 207, escribía:

“Cualquiera que resulten la importancia y la necesidad vital de nuestra militancia cultural, ella aún se ubica bajo el signo de la revolución cultural y mundial. Somos, como ayer, soldados en campaña, y es nuestro día de descanso. Hay que preparar la lejía, cortarse el cabello, peinarse y, sobre todo, limpiar y engrasar la bayoneta. Nuestro trabajo cultural viene a consistir únicamente en poner un poco de orden en nuestros asuntos, entre dos combates, entre dos campañas. Los combates más importantes aún están por venir; posiblemente, incluso, ya están cerca. Nuestra época no es todavía la de la nueva cultura, sino sólo su antesala”.

La música forma parte de la identidad cultural de la humanidad. Cada pueblo tiene expresiones diversas; el problema radica cuando la industria del entretenimiento a través de la cultura de masas, la usa como un instrumento de control social, a la par de la degradación progresiva de diversos géneros musicales que incentivan el consumo excesivo de drogas, alcohol, machismo, sexismo, violencia y de más.

En la Unión Soviética, el cine significaba una de las principales fuente de entretenimiento qué existía, junto a las tabernas y la iglesia, era el instrumento del cual la revolución debía apoderarse a toda costa para poder hacer el verdadero cambio social. La cuestión de la distracción significa una gran importancia respecto a la cultura y la educación, el deseo de distraerse, de reírse, de contemplar espectáculos, es un deseo legítimo de la naturaleza humana.

Ahí viene el gran dilema ¿Revolución o circo? Hacer eventos para el entretenimiento social, mientras que en la mayoría de las parroquias del municipio Libertador de Caracas, capital de La República Bolivariana de Venezuela, se evidencia la acumulación de desechos sólidos ocupando las aceras y calles, las fuertes fallas en el alumbrado público, y altos índices delincuenciales, refleja una contradicción para la población que habita en dicho municipio, en cuanto al uso adecuado de los recursos. Debe haber un equilibro entre vivir bien, cubrir los servicios básicos de la población y ejercer políticas para el entretenimiento y la cultura.

La edición 2018 del Festival Latinoamericano de Música “Suena Caracas”, tuvo la peculiaridad de contar con la participación sólo de talento nacional, en comparación a ediciones anteriores, en donde se contrataba a artistas internacionales en su mayoría, generando un gasto excesivo para el Estado, presupuesto que podía ser usado para la implementación de políticas y/o compra de insumos que beneficiaran a la población venezolana. Todo este contexto mencionado junto a la implementación de fases comunales, con la intención de llevar a las comunas dicho festival.

El músico y líder de la banda de rock caraqueña Los Gamberros, Sinue “El Sino” Vargas comentó que

“A pesar de la situación del país, hay que mantener las políticas de abordaje cultural. Ahora bien; el que se haga con puro talento nacional, creo que siempre debió ser así, el abordaje comunal, siempre debió ser así […]. Pero más allá de las críticas y la situación económica, las políticas culturales no se deben dejar a un lado; no solo de pan vive el hombre […]. Hay mucho talento, mucho músico pasando trabajo y que se les brinde la oportunidad de trabajo, también es una de las tantas aristas de enfoque del Suena Caracas».

Hay diversos puntos de vista en torno al Suena Caracas, si se eliminan las políticas culturales estatales, para tratar de solventar las fallas qué afectan a la población, en cuanto a la alimentación, medicinas, transporte, aseo, seguridad, entre otros, la población quedaría sin políticas de entretenimiento. Habría que preguntarse bajo este contexto ¿El suena Caracas es necesario? ¿Es una acción acertada de la Alcaldía de Caracas? Es de suma importancia seguir impulsando la cultura, pero es innecesario el despilfarro y/o como se ha venido llevando tales eventos, con gastos excesivos en tarimas, iluminación, publicidad y demás. Es de suma importancia apoyar al artista popular, al artista independiente, al artista de base, para poder llevar a cabo una verdadera revolución cultural.