El secretario de estado norteamericano Colin Powell visitó ayer, lunes 5 de abril, a Haití en una tentativa de darle legitimidad al nuevo régimen y detener así la creciente inestabilidad en la región causada por el golpe de estado que derrocó a Jean- El secretario de estado norteamericano Colin Powell visitó ayer, lunes 5 de abril, a Haití en una tentativa de darle legitimidad al nuevo régimen y detener así la creciente inestabilidad en la región causada por el golpe de estado que derrocó a Jean-Bertrand Aristide a finales de febrero. Su visita, lo que hizo más bien fue echarle leña al fuego y solamente conducirá más inestabilidad.

El Nuevo Régimen

Al momento del golpe a finales de febrero la forma y composición exactas del nuevo régimen seguían sin estar claras. Los EEUU dijeron que los paramilitares serían desarmados (aunque los paramilitares entraron a Puerto Príncipe junto con las tropas estadounidenses y francesas) y que sería formado un nuevo gobierno nacional, incluyendo a la supuesta oposición y partidarios de Aristide. Pasado poco más de un mes, la situación está mucho más clara.

Los EEUU, Francia, Canadá y ahora Chile enviaron tropas a Haití cantando el coro de “democracia”, “estabilidad” y el “comienzo de un nuevo período de progreso” para la atormentada nación. ¿Qué significan esta estabilidad, progreso y democracia ahora que el polvo se ha asentado un poco? Un “consejo de sabios”, respaldado por los EEUU, designó a Gérard Latortue –un antiguo presentador de programas de TV en Florida y antes de eso un oficial de carrera de la ONU y consultor de negocios y un viejo opositor de Aristide en exilio en los EEUU- como el nuevo Primer Ministro de Haití. Lo eligieron por su oposición a Aristide y su lealtad a los Estados Unidos.

El nuevo Primer Ministro, siguiendo el acuerdo que había sido negociado por los EEUU, Canadá, Francia, el CARICOM y el mismo gobierno de Aristide, anunció que formaría un gobierno de “unidad nacional” que incluiría a miembros de Lavalas (partidarios de Aristide) y de la supuesta oposición. Los grupos de paramilitares, una ruda colección de asesinos bien equipados y líderes de los escuadrones de la muerte del pasado de Haití, debían ser desarmados y no debían desempeñar ningún papel en el nuevo gobierno.

Desde ese momento para acá, Latortue ha renunciado a su promesa de incluir Lavalas, que es el movimiento más grande del país. Está tan endeudado con los rebeldes que en una celebración del nuevo gobierno en Gonaïves el 20 de marzo, donde los paramilitares reconocieron la autoridad del nuevo gobierno, Latortue se refirió a asesinos y líderes de escuadrones de la muerte tales como Guy Philippe -el líder del “ejército rebelde”-, Butteur Metayer y Jean Tatun (todos vestidos en elegantes trajes de modo que la gente se olvidara que todos son unos asesinos) como “combatientes por la libertad” y “libertadores.” Estaban presentes funcionarios estadounidenses y de la OEA y los paramilitares y Latortue fueron llevados por helicópteros norteamericanos.

Los paramilitares están lejos de ser desarmados y actualmente están siendo incorporados en la fuerza policial y en el Estado. Esto se está haciendo debido a que la oposición y el nuevo régimen sí mismo no son lo bastante fuertes como para controlar la situación por si mismos –el apoyo a Aristide sigue siendo demasiado fuerte, como lo habían mostrado las manifestaciones masivas que ocurrieron una semana luego del golpe y que clamaban por el regreso de Aristide. La oposición y el nuevo régimen parecen tener muy poco apoyo entre la población y, como resultado, la única manera en que los EEUU y sus aliados imperialistas podrán mantener el control de la situación será a través de sus propios ejércitos y de los paramilitares.

Louis Jodel Chamblain, un antiguo líder de escuadrones de la muerte de FRAPH, que volvió a Haití con Philippe, se ha reunido con la policía para llegar a un acuerdo por el cual los paramilitares ayudarían a restaurar el “orden”. El mismo Philippe es un pegón en los medios de comunicación estadounidenses. El New York Times se refirió a él como “personajizable” y comentó respecto a su naturaleza de conocedor de los medios, divulgando también que el “líder rebelde” había prometido poner sus fuerzas bajo las órdenes del nuevo Primer Ministro.

Terror Político

Todos recordamos esos anuncios de los EEUU sobre desarmar a los paramilitares y confiscar armas para así promover la paz en Haití. El General de Brigada del Cuerpo de Marines de los EEUU Ronald Coleman, jefe de la fuerza de la ONU en Haití, ha cambiado ahora la cancioncita. Recientemente declaró que “Éste es un país con muchas armas y desarmarlo no es nuestra misión. Nuestra misión es estabilizar al país.”

Acá la estabilidad significa un gobierno lo suficientemente fuerte como llevar adelante los dictados del imperialismo estadounidense y aplastar a los partidarios de Aristide -estabilidad a través del terror. La supuesta oposición democrática no es lo bastante fuerte como para mantener a los partidarios de Aristide a raya y traer cualquier tipo de verdadera estabilidad, por lo que los EEUU está confiando en los paramilitares. Sólo pueden mantener el control a través del uso del terror.

Los paramilitares han estado de hecho en una escalada de terror y asesinato. Inmediatamente después de la salida de Aristide, los paramilitares comenzaron una campaña de asesinatos contra partidarios de Aristide mientras que los “pacificadores” de la ONU se quedaban parados mirando y sin hacer nada. Los partidarios del Lavalas están siendo perseguidos y asesinados -cualquier asociación con el Lavalas es peligrosa y unas 200 mil personas se están ocultando de los escuadrones de la muerte. Cualquiera que haya tenido alguna vez algo que ver con Lavalas es una blanco potencial. Reporteros de Haití han dicho haber encontrado cuerpos y centenares de huesos regados por los caminos de Titanyen, justo al norte de la capital – también han reportado el desbordamiento de las morgues de Puerto Príncipe. En Les Cayes se están realizando ejecuciones públicas y los “pacificadores” no hacen nada. Los partidarios de Aristide están diciendo que los cuerpos encontrados en las calles no son una medida exacta de cuántas personas han sido asesinadas por los escuadrones de la muerte. Cuando matan a miembros de Lavalas, otros partidarios y militantes quitan sus cuerpos y los entierran apropiadamente para evitar que sean mutilados y quemados. Cada noche hay incursiones y redadas en las barriadas de Bel Air y Cite Soleil. De alguna manera los escuadrones de la muerte logran pasar los controles de los “pacificadores” y a sus patrullas.

Están incorporando en el policía a los paramilitares y al viejo ejército a una velocidad alarmante. Antes del derrocamiento de Aristide, se estima que un diez por ciento de la fuerza policial estaba compuesta por antiguos soldados y oficiales del disuelto ejército. Ahora están militarizando a la policía y está coompuesta completamente por antiguos soldados y paramilitares. Los EEUU habían dicho que no querían que se reconstituyera al ejército por miedo a que pudiera tomar el poder, pero militarizando a la policía y armándola hasta los dientes lo que han hecho es efectivamente llevarlos al poder.

CARICOM

No importa qué hagan los EEUU está mal y conduce a una mayor inestabilidad. Si los EEUU no hubiesen hecho nada en Haití, la inestabilidad en la región habría amenazado con engullir a toda la región, amenazando así sus intereses en la región. El envío de tropas a Haití y ocuparla han hecho lo mismo. Las 15 naciones de la Comunidad del Caribe para las Naciones Unidas se han rehusado a reconocer el nuevo régimen de Latortue y están exigiendo ahora una investigación sobre los términos de la partida de Aristide.

Por su parte, Latortue está considerando romper relaciones con el CARICOM debido a la permanencia y asilo temporales de Aristide en Jamaica. Aristide ha vuelto a la región porque él declara que sigue siendo el presidente legítimo de Haití y que fue secuestrado y sacado de la presidencia por un golpe orquestado por el imperialismo norteamericano y francés. Obviamente esto ha molestado a los EEUU y a Latortue debido a que les causó ciertos problemas. Van a encontrar muchas dificultades para establecer orden y aupar la autoridad del régimen de Latortue con Aristide en la región. Aristide todavía puede demostrar ser una piedra en el zapato si continúa con sus planes de demandar y tomar acciones legales contra los EEUU y Francia para su participación en el golpe.

Los EEUU y Latortue sienten la necesidad de resolver el problema Aristide y sacarlo del medio. Es por esto que Powell anunció que las autoridades judiciales estadounidenses estaban considerando procesar a Aristide por cargos de corrupción y tráfico de drogas -cualquier acusación que pueden encontrar y sostener. Sin embargo, en lugar de ayudarles, esto sólo le echará más leña al fuego y aumentará las tensiones con el CARICOM.

Aunado a esto, Powell también rechazó la llamada del CARICOM para que se realice una investigación sobre la salida de Aristide, pero todavía sostiene que él “trabajará duramente para reintegrar a Haití en la Comunidad del Caribe” -una tarea que le puede resultar difícil de alcanzar sin la ayuda de CARICOM.

El único camino

Muchos en la izquierda, incluyendo a supuestos Marxistas, tendrán que reconsiderar su precipitado apoyo a los paramilitares. Han demostrado su naturaleza reaccionaria y están trabajando codo a codo con el imperialismo estadounidense, francés y canadiense en aplastar a los trabajadores y pobres de Haití. Estos supuestos revolucionarios verán ahora que están apoyando al imperialismo norteamericano, a la ONU y a un vicioso régimen reaccionario que accedió al poder a través de un golpe. Más allá de esto, igual si los paramilitares hubieran sido alguna clase de ejército guerrillero de liberación nacional, habrían sido incapaces de llevar cualquier tipo de solución a los problemas y a la crisis en Haití y no habrían podido comenzar la transformación socialista de la sociedad. Las tácticas de la guerra de guerrillas no pueden sustituir la acción de masas de la clase obrera. El apoyo a estos paramilitares sólo demuestra la impaciencia de estos supuestos Marxistas y el intento de encontrar un atajo a la construcción de un partido revolucionario y de la revolución misma.

Todas las ilusiones en los paramilitares o en la supuesta Oposición Democrática han desaparecido. El papel reaccionario de la O.N.U y de los “pacificadores” ha quedado nuevamente en evidencia.

Como hemos explicado antes, no puede haber solución a la crisis en Haití sobre las bases del capitalismo o del imperialismo. La ONU y los ejércitos de los EEUU, Francia y Canadá no solucionarán nada en Haití -de hecho solamente pondrán las cosas peores, como lo hará el nuevo régimen de Latortue. El único camino para los trabajadores y pobres de Haití es construir organizaciones de masa independientes tales como sindicatos y partidos obreros genuinos que puedan conducir la lucha por una revolución socialista. Estas organizaciones serán las únicas capaces de combatir la ocupación de Haití y dirigir la lucha revolucionaria contra el imperialismo por toda la América del Sur.

Traducción de Haiti: The Reaction Bares its Teeth.

Vea también:

* HAITÍ: La caída de Aristide