En primer Lugar, desde Lucha de Clases queremos saludar el venidero encuentro bilateral del 21 de enero entre el PCV y el PPT, para discutir propuestas de accionar conjunto ante la actual coyuntura nacional. Esta reunión se proyecta como un mecanismo de construcción de estrategias políticas de ambos partidos de cara a futuros escenarios electorales, y potencialmente puede constituirse en un espacio de articulación con otras organizaciones, movimientos sociales y el poder popular, a base del debate que dichas toldas han abierto con total amplitud.

Este encuentro ha despertado interés en algunos sectores de la izquierda venezolana que  históricamente han visto al PCV como un partido referencia y que recientemente han mirado con simpatía los planteamientos cada vez más críticos y oportunos del PPT frente a la gestión del gobierno actual. Consideramos, desde nuestra trinchera de lucha, que es necesario trascender espacios desgastados e inoperantes, como el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPP-SB), que, como fue recurrentemente demostrado, solo ha sido una plataforma electoral hegemonizada por el PSUV y que nunca se planteó como tarea la organización de la clase obrera y sectores oprimidos para completar la revolución.

Nuestras propuestas para los camaradas del PCV y del PPT

Desde Lucha de Clases consideramos de forma prioritaria que esta reunión debería resultar en la construcción de un programa capaz de agrupar a las masas de trabajadores, estudiantes, campesinos, comuneros y jóvenes dispuestos a luchar para transformar la sociedad y además para acordar la estrategia de construcción de una alternativa para disputar el poder político junto a ellos. Nuestra propuesta de Programa de Lucha podríamos resumirlo en las siguientes consignas:

¡Salario mínimo igual a la canasta básica!

¡No más despidos! ¡Trabajo estable!

¡Servicios públicos gratuitos y de calidad!

¡Respeto a la vida y a las libertades democráticas!

¡Contra el imperialismo y por el socialismo!

¡Construyamos una alternativa revolucionaria!

Dichas consignas, que desarrollaremos a continuación, recogen de manera sencilla las reivindicaciones más sentidas por la clase trabajadora y el pueblo pobre que claman por una alternativa orgánica dispuesta a luchar por sus intereses. Una abrumadora mayoría de las masas, se encuentra agotada de la ineficacia y corrupción del gobierno, y a su vez rechaza el lacayismo de la oposición proimperialista, su hipocresía y demagogia. Es necesario que el PCV y el PPT, como las formaciones políticas de izquierda más grandes luego del PSUV, asuman el papel que la historia les demanda para convertirse en las herramientas llamadas a impulsar las luchas de los oprimidos hasta las últimas consecuencias.

Salario digno y trabajo estable: Venezuela tiene en la actualidad uno de los salarios mínimos más bajos del mundo, sino el más bajo. Con el reciente aumento, que ubicó  sueldo integral (mínimo más cestaticket) en 450.000 bolívares, el grueso de los trabajadores venezolanos devengan, a tasa oficial, poco más de 6 dólares mensuales. Como vemos, esta pírrica cantidad está muy lejos de los 60 dólares mensuales de ingreso mínimo que establece la ONU como la línea de la pobreza, y de aquel aumento salarial de agosto de 2018 que ubicó el salario mínimo en 30 dólares.

Este miserable salario ha ocasionado miles de renuncias de trabajadores del sector público, que son los más afectados ya que en su mayoría cobran un salario mínimo, afectando la calidad de los servicios públicos y el funcionamiento del Estado en general; así como una de las diásporas migratorias más masivas en tiempos de paz vistas en el continente. Mientras el “presidente obrero” habla de las maravillas de la dolarización informal que reina de facto en el país y de la “autoregulación de la economía”, nosotros debemos denunciar que en parte esta “milagrosa” dolarización parcial de la economía reposa en los hombros de millones de compatriotas que tuvieron que abandonar el país para enviar remesas a sus familiares, adultos mayores, enfermos o hijos/as, y que son sobreexplotados y viven la cotidiana tristeza de la fractura de sus familias por la distancia.

Esos miles de compatriotas que partieron eran los médicos y enfermeras que nos atendían en los hospitales; los técnicos que operaban la electricidad, la telefonía y el servicio de agua; eran los que producían los 3 millones de barriles de petróleo al día en 2014; y que se cansaron de los bajos salarios, la corrupción y la incompetencia de jefes autoritarios, que torpedearon toda forma de control y organización obrera, además de ser  inexpertos en muchos casos en dichas áreas. Son también mayoritariamente nuestros hermanos y hermanas del proletariado no calificado, hoy sometidos a la informalidad y precariedad como migrantes ilegales, para poder proveer alguna remesa para sus familias.

No conforme con tener el salario mínimo más bajo del mundo, los empresarios día tras día despiden a trabajadores a su antojo, cierran fábricas y desmejoran contratos colectivos, todo con la complicidad del ministerio del trabajo, que favoreció a los patronos, con el nefasto memorándum 2792, que en el pasado hemos analizado.

Frente a esta realidad, Lucha de Clases propone a los camaradas del PPT-PCV incluir en su agenda la necesidad de luchar por un salario mínimo igual al costo de la canasta básica, como única forma de rescatar el sentido al trabajo, destruido en la actualidad, y garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de la clase trabajadora y el pueblo. Este salario mínimo siempre anclado al costo de la canasta básica permitirá proteger el poder adquisitivo de los trabajadores de la inflación, la especulación y la usura de comerciantes y burgueses, toda vez que volverá a poner en pie el sentido de la lucha entre los sueldos versus la plusvalía capitalista. Desde nuestra organización entendemos dicha medida como una escala móvil de salarios, un dictamen transicional que debe apuntar a fortalecer la los trabajadores, toda vez que estimula el desarrollo de la lucha de clases y el avance hacia el socialismo.

En cuanto a los cierres de empresas, proponemos poner en práctica la consigna: “fábrica cerrada, fábrica ocupada bajo control obrero”, y establecer una verdadera inamovilidad laboral que los propios trabajadores y sus instancias organizativas podamos hacer respetar. Estas medidas plantean de manera implícita la necesaria abolición del memorándum 2792, un clamor que día a día crece en el seno de la clase obrera.

Servicios públicos gratuitos y de calidad: el actual deterioro de los servicios públicos es una de las cuestiones que más aqueja al pueblo en general, sobretodo en  el interior del país. En el caso del servicio eléctrico, por referir solo un ejemplo, persisten los racionamientos de hasta 8 horas diarias o más en estados como Zulia o Táchira. La salud y la educación no escapan de la debacle nacional y también se encuentran en una situación deplorable, al igual que el servicio de agua y el suministro de gas doméstico, afectando a grandes sectores populares.

Esta situación debe ser discutida por los camaradas del PPT-PCV, y ante ella planteamos la participación protagónica y directa de la clase trabajadora en el control y gestión de los servicios públicos, mediante las comunas o el establecimiento efectivo de comités barriales o de poblaciones rurales con verdadero poder de incidencia en la gestión de sus problemáticas, vigilancia y contraloría. Con miras a garantizar servicios públicos de calidad, es necesario plantear la racionalización de los recursos a invertirse, orientado la atención a los casos que requieran mayor prioridad, pero entendiendo la importancia de la recuperación económica del país que amplíe las posibilidades futuras de inversión en nuevas infraestructuras y mantenimiento de las existentes. Claramente, la recuperación de los servicios públicos no escapa a la necesidad de impulsar un plan económico de emergencia obrero y popular, que solo puede ser llevado adelante por un gobierno de los trabajadores. Además, también debemos recuperar los miles de millones de dólares fugados y expropiar los bienes y fortunas de empresarios y funcionarios corruptos que se enriquecieron con dinero público.

Respeto a la vida: incluso antes dela llegada de la crisis económica, nuestro país ya era escenario de altos índices de violencia y descomposición social aterradores, donde los robos, homicidios, violaciones y secuestros, han marcado la cotidianidad en muchas zonas del país. En tiempos recientes, el gobierno ha tenido, al igual que en materia económica, un viraje de 180 grados en el abordaje de dicha problemática, pasando de un intento infructífero de implantación de un modelo de la seguridad ciudadana a partir de la vinculación social, la promoción de la convivencia y el fortalecimiento de las instancias comunitarias; a un política abiertamente represiva, que tiene como punta de lanza a las Fuerzas de Acciones Especiales “FAES” y que viene siendo cuestionada y visibilizada consistentemente desde la izquierda.

Esta política represiva, que nosotros no dudamos en sumamos en su denuncia, además de atentar contra el derecho a la vida y al debido proceso -ya que existen múltiples denuncias sobre ejecuciones extrajudiciales por parte del FAES, podría salirse de las manos del gobierno y ser el embrión de futuras fuerzas mercenarias pagados por el mejor postor, para resolver disputas laborales o sociales en contra de los trabajadores y el pueblo. La violencia y criminalidad es el aroma que emana el sistema capitalista en estado  de descomposición. Sólo cambiando radicalmente la base material de la sociedad, es decir, las condiciones de vida del pueblo trabajador en general, se superaran esas lacras del sistema.

Libertades democráticas: después de que millones de personas despertaron a la vida política activa y consciente durante los años de gobierno del Presidente Chávez, en la actualidad es prácticamente imposible realizar siquiera una elección de un consejo comunal, un sindicato o un consejo estudiantil, sin sufrir el sabotaje y obstaculización de las instituciones del Estado y del PSUV, donde ciertos grupos diversos ven amenazados sus privilegios o poder. Estas diversas formas de atentar contra las libertades democráticas se hace de espalda a las leyes o manipulando las mismas, y han sumido a amplios sectores del pueblo trabajador en la desmoralización, desmovilización, apatía y frustración. Una revolución implica que el pueblo trabajador toma su destino en sus propias manos, entendiendo que la democracia obrera y popular es el oxigeno de la revolución, imprescindible para combatir las desviaciones como la corrupción, el burocratismo, el nepotismo, sectarismo y el autoritarismo dirigente. Un gobierno o un partido que ha perdido la confianza en los poderes creadores del pueblo no es revolucionario, pasa a ser todo lo contrario.

Debemos luchar por el respeto a las libertades democráticas e impulsar un vibrante proceso de reimpulso de las instancias de organización de la clase trabajadora, el pueblo y la juventud, no tuteladas por el Estado burgués saboteador ni por el PSUV. Los consejos comunales y comunas no pueden seguir regidas bajo la tutela arbitraria de Fundacomunal, el Ministerio de Comunas y sus formatos, trámites, trabas. ¡El poder reside en el soberano!

Debemos luchar por la autonomía e independencia de clase de trabajadores y sus instancias, como la delegatura de prevención, los comités de salud y seguridad laboral, los sindicatos y los consejos de trabajadores. ¡Basta de CPT, tutelados por el Ministerio del Trabajo! ¡Todo el poder a los consejos de trabajadores!

Los estudiantes tienen derecho a conformar, elegir y organizar sus consejos estudiantiles, sin la intervención interesada de las rectorías, del Ministerio de Educación Universitaria, ni el acoso de las federaciones de ningún signo. ¡Vivan los consejos estudiantiles! ¡Vamos a conformarlos!

Además de la democracia participativa y protagónica, también el gobierno y el PSUV han vulnerado principios de la más básica democracia burguesa, como el derecho a postularse a un cargo público en igualdad de condiciones, como vimos con las limitaciones, censura y la no publicación del nombre en el tarjetón electoral de Eduardo Samán, en las elecciones municipales del 2017; y peor aún, con el desconocimiento de la soberanía popular en los municipios Simón Planas de Lara y Libertador de Monagas, donde les fueron robadas las alcaldías a Ángel Prado y a Regulo Reina respectivamente. Para profundizar la democracia, nosotros exigimos el cese a las arbitrariedades y el respeto a los más elementales derechos civiles y políticos, y proponemos al debate la necesidad de que cualquier cargo de elección popular pueda ser revocado en cualquier momento de su periodo y que ningún funcionario público debería ganar un salario que esté por encima del que devenga un obrero cualificado.

El gobierno recientemente derogó la ley de emolumentos que limitaba los salarios de los altos cargos públicos. Ésto es completamente bochornoso y escandaloso. Mientras que la mayoría gana sueldos miserables, algunos altos funcionarios devengan exagerados salarios y beneficios.

Además para garantizar la defensa de la soberanía frente a una posible agresión del imperialismo y sus lacayos,  es importante plantear armar a las milicias populares. Sólo con el pueblo trabajador organizado en milicias populares armadas seremos capaces de defendernos de la burguesía y el imperialismo.

Lucha de Clases considera que la única forma de conquistar estas reivindicaciones económicas, sociales y políticas pasa por destruir el sistema capitalista, ya que bajo el mismo es imposible tener un salario digno, servicios públicos gratuitos y de calidad, ni respeto a la vida y las libertades democráticas. Todos estos derechos se conquistarán aboliendo la propiedad privada de los medios de producción y poniéndolos en función y bajo control de las mayorías de trabajadores campesinos y jóvenes, para satisfacer sus necesidades fundamentales y no el afán de lucro de un puñado de empresarios, banqueros y patrones. Lo anterior debemos explicarlo pacientemente a las masas, para conectar dichas reivindicaciones con el programa marxista, único capaz de materializarlas.

Asimismo, consideramos de importancia trascendental que en la reunión entre el PCV y el PPT se plantee sobre la mesa la necesidad de iniciar una política independiente al PSUV, llamando a la construcción de una alternativa de izquierda decidida a disputarle las masas al PSUV (masas que al no contar con una alternativa, terminan eligiendo el “mal menor”). Esta alternativa debe erigirse como revolucionaria, planteándose como horizonte estratégico la toma del poder por parte de los trabajadores y así completar la revolución, que el gobierno de Maduro está desmontando de manera abierta y descarada.

El año 2018, en el marco de las elecciones presidenciales, presentamos y publicamos varias propuestas para las discusiones abiertas entre las filas del PCV y el PPT. En aquel momento, sostuvimos múltiples reuniones con sus direcciones, donde les expresamos nuestra profunda preocupación por la marcada tendencia a la liberalización económica del gobierno y la necesidad de construir y presentar una alternativa electoral independiente del PSUV. El escenario era favorable para presentar un candidato de izquierda, ya que la oposición se dividió entre una mayoría abstencionista y el sector que apoyó la candidatura de Henry Falcón, por lo que el argumento de favorecer una victoria electoral de la derecha era improcedente. Lamentablemente ambos partidos firmaron sendos acuerdos con el PSUV para apoyar la candidatura del Presidente Nicolás Maduro, los cuales, como vaticinamos en su momento, fueron irrespetados y desechados por el partido de gobierno tras consumarse su victoria.

Transcurridos casi dos años de la firma de dichos acuerdos, podríamos afirmar que el cumplimiento de los mismos fue nulo y los retrocesos en materia laboral, comunal y económica, se han multiplicado. Es decir, la tendencia hacia la liberalización, como advertimos, se profundizó más aun. Tal ha sido el viraje que el principal slogan del candidato de derecha derrotado que era la dolarización, muy denunciada y cuestionada en aquel momento por Maduro, hoy -en su modalidad informal- es vista con muy buenos ojos por el Presidente, como lo ha dejado saber en un par de entrevistas televisadas.

El PSUV, por medio del GPP-SB ha sabido aglutinar a los partidos que apoyaron la gestión del Presidente Chávez para ganar casi todas las elecciones de los últimos 20 años, pero éste no ha servido, como estaba previsto, para impulsar y organizar las fuerzas de todos los sectores oprimidos y controlar el funcionamiento del gobierno. El GPP-SB simplemente ha sido una plataforma electoral.

Las elecciones de concejales del 2018 fueron una oportunidad para poner a prueba las estrategias de ir nuevamente en alianza con el PSUV (aplicada por el PCV) o, por otro lado, lanzar candidaturas alternativas (adoptada por el PPT). A pesar de ser una elección con baja participación electoral, el PPT obtuvo aproximadamente 300.000 votos, unos 100.000 votos más que el PCV, aunque el último logro más concejalías.

Nuestra valoración de dicha experiencia considera que el crecimiento cuantitativo del PPT fue muy valioso y una evidencia empírica de que por lo menos un sector de las masas se inclinaron a la idea de buscar y votar por una alternativa a la izquierda del PSUV.

La experiencia nos ha demostrado que el viraje del gobierno hacia la liberalización económica se ha acentuado, que el PSUV es incapaz de cumplir acuerdos políticos -aunque hayan sido firmados y trasmitidos en cadena nacional, que prefiere hacer concesiones a partidos minúsculos de la derecha “moderada” y que le preocupa más que surja una alternativa a su izquierda.

En las condiciones actuales, la política de lanzar candidatos trabajadores, campesinos, comuneros y estudiantes en alianza con el poder popular y los movimientos sociales, en lugar de seguir tras la cola del PSUV, puede despertar un genuino interés en diversos sectores que esperan que emerja una alternativa de izquierda. Por lo tanto, proponemos que el PPT y PCV discutan y acuerden presentar candidaturas distintas a las del PSUV en las próximas elecciones a la Asamblea Nacional e iniciar la construcción de una alternativa revolucionaria. La presentación de candidaturas alternativas del PPT-PCV, despertaría un significativo interés en sectores de izquierda desilusionados con el PSUV y que jamás votarán por la derecha, que se han estado absteniendo o votan por el partido de gobierno como mal menor. Este interés aumentaría en la medida de que el programa que se exponga defienda enérgicamente los más genuinos intereses de las masas trabajadoras. Si la alianza PCV-PPT presentara candidaturas alternativas, desde Lucha de Clases saludaríamos y apoyaríamos de manera entusiasta dicha iniciativa.

Los camaradas que deseen dar sus aportes políticos sobre los temas de importancia nacional, que consideren deban tratarse en la próxima reunión bilateral PCV-PPT, pueden hacerlo por esta vía:

Link encuesta abierta https://www.onlineencuesta.com/s/146d4c8