En el anterior artículo, comenté que no realizaría un análisis del texto que Jesús Faría había publicado en respuesta al escrito elaborado por la profesora Pascualina Curcio, pero es inevitable no tomar partido en cuanto a lo expuesto por el constituyente, dadas las justificaciones que realizó en un programa de televisión en días pasados, donde dice que en este momento es imposible aumentar el salario a los trabajadores de la administración pública.
 
El documento comienza por justificar la política del gobierno con respecto a buscar un equilibrio monetario. Incluso pareciera que desmiente que se ha realizado un recorte en la circulación de dinero, lo que ha afectado la capacidad de compra de los venezolanos, y que esto repercute directamente en el gasto e inversión del Estado, el cual, en los actuales momentos es el único que inyecta dinero para movilizar la economía. Igualmente recuerda la inversión social por parte del gobierno, la cual, en los hechos, se ha ido reduciendo y lo poco que se entrega es a través del Carnet de la Patria o las bolsas Clap, mientras los bonos son cada día más insuficientes. Para dar un ejemplo, el último bono otorgado fue de un millón trescientos de bolívares, que es poco más de 3 dólares.
 
El salario mínimo en Venezuela actualmente es menor a 3 dólares mensuales y si tomamos en cuenta los demás beneficios que se entregan por medio del Carnet de la Patria, estaríamos hablando que una familia de 5 integrantes estaría recibiendo un aproximado de 10 dólares al mes, en un país donde, según cifras extraoficiales, la canasta básica supera los 300 dólares al mes.
 
Luego justifica el IVA, incluso dice que es una manipulación afirmar que es un impuesto regresivo. Defiende que no se puede eliminar en este momento porque genera un ingreso, que en este momento no hay otro tipo de alternativa y que eliminarlo seria una aventura y un salto al vacío que no podemos permitir.
 
Por supuesto, el IVA es un impuesto regresivo y está plasmado como un impuesto fijo en las políticas del FMI. Es un contrasentido decir que no existen otras formas de obtener ingresos mientras la carga impositiva (impuestos) de los capitalistas nacionales y multinacionales es baja. Este es precisamente uno de los argumentos centrales expuestos por la profesora Curcio. Por el contrario, el gobierno ha exceptuado de varios impuestos a los empresarios bajo la excusa de activar el aparato productivo nacional. Se afirma en el artículo que el IVA es uno de los más bajos comparados con Chile y Colombia, lo que es cierto, pero los gobiernos de estos países ejecutan políticas anti-populares y el ejecutivo venezolano siempre se ha calificado de socialista.
 
Faría llega incluso a afirmar que el IVA no es una forma de meterle la mano a los bolsillos a los trabajadores, y que no es cierto que se subsidie con este impuesto a los empresarios, cuando, por ejemplo, el Estado ha cubierto 3 meses de salarios de las nóminas de las pequeñas y medianas industrias, bajo la excusa de proteger a las empresas de una quiebra durante la cuarentena. Cuando terminaron los 3 meses de subsidios, el salario mínimo ya era un problema para los empresarios dados los niveles de inflación y habían tenido una mano de obra prácticamente gratis.
 
Faría señala que el fin del IVA es para destinarlo a gastos sociales, tales como: educación, salud, alimentación, vivienda, cultura, deporte y servicios públicos -este último se justifica dadas las bajas tarifas y como estas benefician a los más desprotegidos-. Lo que no explica el constituyente es que en los últimos años la calidad de los servicios públicos ha caído a un nivel pésimo, llevando a la población a tomar alternativas para paliar la situación: por ejemplo, en el problema de la distribución del gas doméstico, los habitantes de muchas ciudades y poblados se han visto obligados a cocinar con leña; la crisis del agua lleva a un alto porcentaje de la población a buscar el vital liquido en ríos o pagando altas sumas de dinero en cisternas; la electricidad cada día genera más problemas porque en algunas regiones pueden tener mas de 9 horas al día sin el servicio.
 
La salud está en decadencia tomando en cuenta los altos niveles de demanda del servicio en los hospitales públicos. En parte, esto es generado por la eliminación de los HCM, que hasta antes de la reconversión, beneficiaban a un gran número de trabajadores. En materia de educación, ésta ha caído en una gran crisis debido a la cantidad de maestros y profesores que han dejado sus puestos de trabajo, para realizar otras actividades diferentes a su profesión o emigrar. Este ejemplo sirve también para los trabajadores de la administración publica, incluyendo a los de servicios basicos, que han dejado sus empleos dado la precarización salarial y de sus vulnerables condiciones de vida.
 
El constituyente se queja de que en el artículo de la profesora Curcio no se haga ni una sola mención del bloqueo y del costo económico que ha generado en el Estado, lo que no es del todo cierto, e igual que no se tome en cuenta el ataque a la producción petrolera que representa el 95% del ingreso en divisas del país. En cierta medida, las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados han agravado la situación económica nacional, que ya venía en recesión tres años antes de las primeras sanciones de agosto del 2017. Culpar solo a las medidas de asfixia financiera imperialista de la situación económica del país es ver las cosas desde un enfoque erróneo, en un país donde ingresaron tantos recursos en moneda extranjera entre el periodo 2004-2014, y que se vio mermada gracias a la decadencia del capitalismo rentista criollo, la priorización en el pago puntual de la deuda externa por sobre las necesidades vitales de la población, y la fuga de dólares por parte de la burguesía y burócratas corruptos.
 
También es válido mencionar que la riqueza nacional del boom petrolero se gastó en inversiones que no eran necesarias, mientras la corrupción sin freno destruyó la industria petrolera y su productividad. Todo esto, fue parte del parte del error político de no haber completado la revolución en líneas socialistas. En el mundo hay una cantidad de personajes que alguna vez tuvieron cargos de alto nivel en PDVSA, huyendo con altísimas sumas de dinero cuya procedencia no pueden demostrar, mientras se le dice a los trabajadores que no pueden recibir un salario digno.
 
Utilizar el bloqueo para decir que por este motivo no se puede subir el salario de los trabajadores y que no se puede hablar de falta de voluntad por parte del gobierno, es una gran mentira, porque mientras los trabajadores, sobretodo los que laboran para el Estado, se les reducen los salarios, por otro lado al empresariado se le otorgan beneficios como los anunciados meses atrás, dada la llegada de la pandemia al país. Recordemos que el presidente aprobó la suspensión los pagos de capital e intereses de crédito por un lapso de seis meses, lo que solo beneficia a los empresarios y comerciantes. Asimismo, quedaron suspendidos los intereses de mora y multa, así como la reclasificación de riesgo crediticio. Si esto no es una mayor relajación en la presión tributaria a la burguesía ¿entonces qué será?
 
Y lo anterior lo justifica, cuando comenta que “en un escenario de depresión como consecuencia del bloqueo y los efectos de la pandemia, es imposible generar mayores impuestos en la economía, sencillamente porque no hay ingresos. Por otra parte, crear nuevos impuestos sería una insensatez”. Dada esta afirmación, como no comentar que se esta sacrificando a los trabajadores para ayudar a los mismos empresarios que han apoyado golpes de estado, que son agentes nacionales del imperialismo, que durante el 2002-2003 apoyaron un paro que llevo al país a la catástrofe -y que fracasó gracias a la clase trabajadora y el control obrero-, y los que sabotean la producción nacional a sus anchas. Debemos reiterarlo, a la clase trabajadora hoy se le mete la mano al bolsillo para salvar a las clases dominantes.
 
Con la creación de un monopolio estatal del comercio exterior, la nacionalización y centralización de la banca y los monopolios, bajo un absoluto régimen de control obrero y popular, se podrían ahorrar recursos y evitar que los mismos sigan saliendo del país. Si en lugar de subsidiar al empresariado parásito, se concretara un plan económico de emergencia revolucionario, donde se pudiera planificar racionalmente la economía, mitigando la anarquía en la producción capitalista, el despilfarro y la corrupción, no caben dudas que se abrirían condiciones más favorables para Venezuela. El obstáculo para alcanzar tal propósito, es solo la falta de voluntad política por parte de una dirigencia gubernamental que no cree en el socialismo, y que su inclinación proempresarial en lo político refleja la ambición de muchos altos burócratas en convertirse en nuevos burgueses.
 
Por ultimo, el documento explica que la recuperación del salario solo será efectivo cuando cese el bloqueo, cuando haya una reanimación del aparato productivo, una estabilidad de los precios del petróleo, mayor inversión publica y privada, y que se active el financiamiento interno o externo. En pocas palabras, los trabajadores tendrán salarios dignos solo si el capitalismo se recupera a nivel nacional e internacional, como sino existiera otra posibilidad, como si el socialismo no fuera una salida.
 
En todo el escrito, el constituyente Faría no habla de acabar con el Estado burgués y de poner en mano de los trabajadores las empresas que los capitalistas han cerrado -o piensan cerrar-. Por el contrario, se le sigue pidiendo comprensión al pueblo trabajador. Quien no esté de acuerdo con esta postura, se le acusa de ser parte del sabotaje en contra del gobierno, justificando entre líneas como muchos trabajadores han terminado detenidos y juzgados por incitación al odio, solo por reclamar sus derechos.
 
El llamado nuevamente es a la clase trabajadora de organizarse y convertirse en una alternativa revolucionaria, porque de lo contrario, terminaremos sucumbiendo a la crisis del sistema.