Puedo recorrer los umbrales del tiempo, con el método correcto desde entonces. Puedo aproximarme a los hechos que traerá el viento, dejando de lado las querellas de los estúpidos monjes.

Puedo dejar mi prole en el rancho, con el dolor de la mujer que llora. Tragar mil lágrimas por el surco ancho, que amargara el recuerdo en cada hora.

Puedo soportar las infamias del hombre, hasta las traiciones que de su mano venga. Las derrotas que la lucha ensombre, que cada vuelta del sol convenga.

Puedo dejar mi vida en cada intento, ahogado en los amores dejados. Mirar de pie al verdugo contento, tembloroso del pueblo que está despertando.

Pero no podré dejar de sentir este amor eterno, que nació antes y después de mi. Por el hombre y la mujer que sufre, por el niño y la niña que nutre, la esperanza de un mundo bueno, de una sociedad feliz.

No sé que misterio en los Abriles causes, por el afán de buscar tu seno madre. Pero no podré cantar otra canción que no amarre, ni mejor trinchera para vencer o morir, que no sea por ti lucha de Clases mi militancia para combatir.