El pasado sábado 24 de octubre, Venezuela y el mundo se enteraron por medios de comunicación y redes sociales, que finalmente el político Leopoldo López logró huir del país. Según versiones logró “fugarse” hacia Colombia con destino final a España. Hasta ahora no se tiene conocimiento de si dicho traslado lo efectuó por vía terrestre, o desde el aeropuerto de Maiquetía.

Leopoldo López Gómez, reconocido dirigente político de extrema derecha venezolana, se encontraba detenido desde el 18 de febrero de 2014, luego de haber participado como organizador y cabecilla de una serie de disturbios y protestas insurreccionales conocidas como “la salida”, que tenían por objeto derrocar al gobierno y que comenzaron el 12 de febrero de ese mismo año.

Esta serie de protestas trajeron consigo la muerte de 43 personas y cientos de heridos. Por estos hechos fue detenido el 18 de febrero de 2014 y condenado en agosto de 2015 a cumplir una condena de 13 años, 9 meses y 7 días en la cárcel. Pero en julio de 2017, en medio de una violenta ola de protestas conocidas como “las guarimbas”, una repentina decisión del Tribunal Supremo de Justicia, máximo órgano de la justicia venezolana, otorgó a Leopoldo López la posibilidad de cumplir la condena bajo arresto domiciliario, medida popularmente conocida como “casa por cárcel”.

Durante el período de arresto domiciliario pudimos ver cómo Leopoldo López conspiraba abiertamente, recibiendo visitas de políticos de derecha y funcionarios diplomáticos de países enemigos de la Revolución Bolivariana.

Asimismo, desde allí hacía llamadas al extranjero y daba entrevistas para medios de comunicación internacionales. Tenía las comodidades que ningún preso o privado de libertad común puede tener en el país, menos aún cuando ha conspirado para derrocar a un gobierno elegido de forma democrática y legítima, provocando decenas de muertes de personas inocentes.

Recordemos que en su juventud Leopoldo López fue parte de aquel grupo llamado Tradición, Familia y Propiedad, muy conocido por ser una secta de ultraderecha simpatizante del Opus Dei, y dónde se formaron varios dirigentes de derecha que luego pasaron a fundar partidos políticos como Primero Justicia y Voluntad Popular, en los que Leopoldo ha sido uno de sus principales cabecillas.

López, también es conocido por sus prácticas de conspiración y persecución pro fascista contra el chavismo. Un célebre ejemplo fue el 12 de abril de 2002 durante el golpe de estado contra el presidente Chávez, cuando Leopoldo, como alcalde Chacao, salió fuera de su jurisdicción junto a su policía municipal para perseguir a funcionarios del legítimo gobierno. Así mismo, debemos recordar los sucesos de Plaza Altamira durante el paro petrolero de 2003, centro de conspiración del que Leopoldo fue parte activa y cara visible.

Hasta aquí hemos podido ver parte de la trayectoria y prontuario golpista y reaccionario de Leopoldo López, quien fue alcalde del Municipio Chacao desde el año 2000 al 2008, pero debemos agregar más. En ése mismo municipio, fue donde el 30 de abril de 2019 se vivió otro episodio de conspiración contra la Revolución Bolivariana. En esa oportunidad, junto a López también apareció como cara visible Juan Guaidó, previamente autoproclamado presidente interino, ambos, junto a un grupo de militares, declararon que tomarían el poder político en el país.

Desde ese momento Leopoldo López salió de su «arresto domiciliario» para nunca más volver, refugiándose inmediatamente después en la residencia del embajador de España, donde este supuesto prófugo de la justicia pudo permanecer sin ser molestado por las autoridades venezolanas hasta que ahora, por factores externos se pudo conocer su salida del país.

Resulta muy curioso que hasta ahora, ningún funcionario del gobierno ha mencionado algo sobre el caso Leopoldo López. El gobierno acostumbra a dar cadenas presidenciales casi de forma diaria, así como ruedas de prensa de ministros y altos funcionarios, pero en un caso tan relevante como este, a más de 24 horas de hacerse el anuncio de la salida de Leopoldo López, desde el gobierno se ha mantenido un silencio total, y la poca información existente corre fundamentalmente a través de las redes sociales.

Una de estas informaciones consiste en la detención por parte del Sebin, de la señora que le hacía la comida a Leopoldo López, así como del vigilante encargado de la seguridad de la Embajada de España. 

Ya en el pasado hemos visto como se han dado estos casos de «fuga». Tales fueron los casos de Pedro Carmona Estanga y Carlos Ortega, o los más recientes, la “fuga” de golpistas y conspiradores a quienes el gobierno señala de terroristas y que permanentemente han solicitado sanciones contra el país, como Antonio Ledezma, Julio Borges, Carlos Vecchio, Richard Blanco e Iván Simonovis. Este último, se «fugó» misteriosamente de su arresto domiciliario y hoy día es asesor de la Casa Blanca para el caso venezolano.

Por otro lado, vemos también cómo en los últimos años se ha otorgado la libertad a sujetos acusados de terrorismo. Tal fue el caso de la reciente liberación de 110 opositores, o el caso de aquel mercenario gringo llamado Joshua Holt, detenido infraganti con un arsenal de armas. En este último caso, el gobierno declaró que le otorgaría la libertad a Holt únicamente al cumplir su condena, sin embargo, fue repentinamente liberado y embarcado en un avión por altos funcionarios del Estado, siendo luego recibido por Mr. Trump como héroe nacional.

Evidentemente, hubo negociaciones secretas entre el gobierno y un sector del imperialismo para que esta medida fuese tomada. Más aún, con esa medida quedaba en evidencia cómo el gobierno ha tratado de tender puentes con un sector del imperialismo mediante el otorgamiento de ése tipo de concesiones.

Así, también hemos visto cómo Juan Guaidó entra y sale del país como si nada, con total impunidad. Hace una serie de giras Internacionales para pedir más sanciones, y ya casi se acerca a cumplir 2 años desde que se autoproclamó como presidente, pero, aún la justicia venezolana no toma medidas en su contra.

Por otra parte, desde hace tiempo María Corina Machado exige abiertamente una intervención militar en Venezuela y la justicia tampoco ha tomado medidas contra ella. Dicha dirigente sigue libre y de gira por el país.

Pareciese que los dirigentes de derecha son intocables, mientras que decenas de trabajadores y campesinos han sido detenidos de manera arbitraria. Algunos trabajadores por reclamar sus derechos y otros por denunciar casos graves de corrupción dentro de empresas estatales. En el caso de los campesinos, éstos han sido detenidos por defender las tierras que les entregaron cuando Chávez estaba al frente del gobierno.

Resulta indignante escuchar a Juan Guaidó insultar la inteligencia del pueblo, cuando dice que Leopoldo fue liberado gracias a que ‘burlaron» los aparatos de seguridad del Estado. En realidad, la política que ha llevado adelante el gobierno durante los últimos años, de negociar con sectores de la derecha, la burguesía y el imperialismo, permite concluir de forma evidente que Leopoldo fue liberado en última instancia por el mismo gobierno, gracias a las mesas de negociaciones que han tenido lugar tanto en el país como en la República Dominicana, Noruega y Las Bahamas, que son las mesas de negociación de las cuales al menos se ha tenido conocimiento público.

Desde la Corriente Marxista Lucha de Clases, rechazamos contundentemente que a quien el mismo gobierno llamó “el monstruo de Ramo Verde”, por su responsabilidad en la violencia fascista de 2014, ahora se le dé libertad plena, ¡mientras los familiares de los 43 asesinados y cientos heridos quedaron esperando a que se hiciera justicia!

Los responsables de la “fuga” de Leopoldo no son ni la cocinera, ni el trabajador de vigilancia de la embajada. Eso es un bochorno total. Al igual que ocurre con la crisis económica, el gobierno está haciendo pagar a los trabajadores por el precio de sus negociaciones políticas con la derecha.

El responsable real de la “fuga” de Leopoldo fue en última instancia, como ya hemos señalado, el propio gobierno, que ha venido llevando adelante una política sistemática de otorgar concesiones a la burguesía y el imperialismo, mientras que ataca a sectores de la izquierda revolucionaria organizada en torno a la APR, así como al pueblo trabajador y al movimiento campesino. ¡Basta de conciliación con los enemigos de clase y de ataques a la izquierda revolucionaria!