Hace ya unas semanas, en la Republica Dominicana ocurrió un hecho que, por la naturaleza del mismo, ningún medio de difusión masiva ha cubierto el caso, para sorpresa de nadie; tratándose de los principales medios burgueses siendo completamente indiferentes ante esta situación de extrema alerta y gravedad.

El pasado 12 de Julio, en una de las sedes de la transnacional imperialista Teleperformance; en la Republica Dominicana, uno de sus trabajadores padeció un infarto cuando este se encontraba trabajando, se tuvo que llamar a un servicio médico de emergencia porque no había ningún paramédico de guardia. Los guardias impidieron la entrada al personal médico porque no tenían permiso del jefe. Después de 25 minutos de quejas de los trabajadores, finalmente ingresaron, pero fue demasiado tarde. La indignación y esta película de terror no termina aquí, por desgracia.

Desde el momento de su muerte hasta aproximadamente la 1 de la madrugada del día siguiente, el cuerpo de Luis Pimentel permaneció en el lugar de trabajo. Durante este tiempo, el gerente y el supervisor OBLIGARON a los empleados a continuar trabajando con el cuerpo de su compañero ahí, a tan solo metros de distancia.

Al capitalismo no le importan nuestras vidas

Esto, sin duda alguna, fue un suceso que para nosotros como clase trabajadora. Nos despierta una alerta y sobre todo un recordatorio: nuestras vidas y dignidad no le importan al capitalismo. Pues el sistema de producción capitalista, que en pleno siglo XXl pareciera que estamos viendo las condiciones laborales del siglo XVlll, en donde la palabra explotación, se queda corta, pareciera que estamos volviendo al esclavismo. Al igual hay que mencionar que el sistema capitalista es insostenible sin su compañera: la explotación. Porque también debemos de ver este panorama desde un ángulo en el cual, sepamos que no es un problema originario de la empresa, ni mucho menos, es un problema estructural intrínseco del sistema capitalista. No basta con exigir y pedir condiciones favorables de trabajo, (que, en sí, son cuestiones que ni si quiera se tendrían que pedir). Esto va más allá, si no arrancamos la enfermedad de raíz, todos estos síntomas seguirán brotando de manera incesable, llevándose de por medio vidas humanas.

Contradicciones del capitalismo

La transnacional Francesa Teleperformance, reconocida por ser una de las empresas con mayor ganancia anual e internacional, tan solo en el año 2020 reportó más 5.73 mil millones de euros en ganancia. Pero, ¿a costa de qué? A costa de explotar inhumanamente a sus trabajadores, violando sus derechos humanos y dignidad. La explotación laboral en los Call Centers es ya un tema de conversación, pues pareciera que es concomitante a ellos, pero ¿qué hay de esta empresa? ¿Cuáles son sus sueldos y las condiciones en las que laboran sus empleados? Esta transnacional que, en México cuenta con sedes en Ciudad de México, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Guadalajara, Hermosillo, Monterrey, Pachuca y Puebla, con un aproximado de sueldo de $3,448.00 MXN MENSUALES ($172.77 dólares americanos).

Esta empresa no sólo es popular por sus millonarias ganancias anuales, sino también por la gran cantidad de demandas, acusaciones y un sinfín de testimonios de trabajadores y extrabajadores en contra de la misma. Tan solo en el año 2020, que como ya se mencionó, fue de los años en los cuales la empresa vio incrementos nunca antes vistos en sus ganancias; año que al mismo tiempo fue denunciada por una confederación de sindicatos representados por 10 países, entre ellos Filipinas, Francia, Portugal, Colombia, Reino Unido y Grecia ante la OCDE por violaciones a derechos laborales en medio de crisis por COVID-19.

También tiene un cumulo de denuncias por prácticas antisindicales con motivo de que los trabajadores han exigido protección personal básica dando como respuesta represalias contra los sindicalizados. Esto representa, sin duda, una de las contradicciones más grandes e históricas del capitalismo, mientras los constructores y GENERADORES de riquezas que son los trabajadores, que con su incesable fuerza de trabajo no solo mueven multiempresas, sino al mundo entero, son los primero en recibir una bofetada del sistema. No es suficiente con que el capitalista se apropie de la plusvalía generada del trabajador, sino de su propia vida y dignidad, poniendo a priori sus intereses económicos.

¿Qué sigue para nosotros los trabajadores?

El sistema de producción capitalista, que por siglos ha tenido a la clase obrera enajenada y vulnerada, apoyándose de la explotación y apropiación de ganancias ajenas, pareciera una historia de nunca acabar. Pero ahí, en el túnel que pareciera no tener fin, es donde aparece la teoría marxista, donde con los escritos de Marx, Engels, Lenin, Trotsky y muchos revolucionarios más viene la fórmula para quitar de una vez por todas este mal que tanto daño le ha hecho a la humanidad. No queda más que formarnos políticamente y unirnos entre nuestra clase, porque independiente a las diferencias que entre comunidad lleguemos a tener, sabemos que hay un enemigo en común el cual nuestra tarea como revolucionarios es derribar: el gran capital.