La crisis actual del capitalismo está llevando a una agudización de la lucha de clases, la burguesía, presa de múltiples contradicciones se ve obligada a pasar la factura de la crisis a la clase trabajadora. Los ataques se agudizan y la respuesta no La crisis actual del capitalismo está llevando a una agudización de la lucha de clases, la burguesía, presa de múltiples contradicciones se ve obligada a pasar la factura de la crisis a la clase trabajadora. Los ataques se agudizan y la respuesta no se hace esperar, la clase trabajadora empieza a moverse, e instintivamente empieza a cuestionar la sociedad, sus estructuras y su ideología.

En este proceso de búsqueda, se encuentran en primera instancia las ideas del reformismo, ideas que manejan la mayoría de líderes sindicales o de los partidos de oposición, sin embargo, estas ideas serán insuficientes para quien ha llegado a la conclusión de que es necesario una revolución para acabar con la opresión y miseria inherentes al capitalismo. Es preciso ir más allá de las reformas. Aquí es cuando se abre una disyuntiva entre el marxismo o el anarquismo. De estas dos corrientes que plantean una revolución social, la que llamaría más la atención sería el anarquismo, con sus llamados a la acción directa y su retórica grandilocuente de oposición a todo poder, frases como "Ni dios ni amo", suelen ser muy llamativas, pero para transformar la sociedad se requiere algo más que la voluntad de cambiarla, se requiere una teoría científica que explique la evolución de la sociedad y sea capaz de elaborar una perspectiva de lucha para transformarla.

El anarquismo es una ideología que corresponde a la infancia del movimiento obrero, en múltiples ocasiones ha demostrado su impotencia para transformar la sociedad, sin embargo, actualmente ha sido rescatada por algunos activistas, sobre todo en los medios estudiantiles. Su resurgimiento muestra que una amplia capa está buscando una ideología revolucionaria, por ello el objeto de este artículo, es contribuir a que la joven generación que busca un camino hacia la revolución, pueda pasar a una etapa superior de la lucha por transformar la sociedad, rebasando las ideologías utópicas y canalizando sus esfuerzos hacia un estudio científico de la sociedad y una lucha seria por transformarla.

Los orígenes

Durante las primeras décadas del siglo XIX, el naciente capitalismo se empezó a desarrollar a pasos agigantados gracias a la revolución industrial, lo que provocó graves consecuencias sociales. En esta etapa, conocida como "acumulación primitiva del capital", las jornadas de trabajo eran de 14 ó 16 horas y los obreros carecían de organizaciones para defender sus intereses, quedando así a merced de los patrones, quienes además explotaban en forma masiva el trabajo infantil y de la mujer.

En ese contexto empiezan a surgir numerosas doctrinas de reforma social, como las primeras doctrinas socialistas de Owen, Fourier y Saint Simón. Dichas doctrinas, que en algunos casos estuvieron acompañadas de experimentos sociales, demostraron ser sólo sueños utópicos.

Mención aparte merecen las ideas de Proudhon, aunque sus seguidores no conformaron una unidad con Bakunin y sus amigos, las ideas de estos últimos tienen un antecedente directo en los planteamientos de Proudhon.

Proudhon rompe con Marx en 1846, mientras Marx, exiliado en Inglaterra, era testigo del desarrollo del capitalismo en él país más avanzado de ese entonces. Por otro lado el pensamiento de Proudhon se formó en una Francia todavía ampliamente artesanal y campesina.

Proudhon critica la propiedad privada -aunque también exalta la propiedad campesina- y desconfía de la democracia, lo que lo lleva a aceptar el golpe de estado de Napoleón III. Minimiza los factores políticos, ya que según él la solución de los problemas sociales no era un asunto político, sino solamente económico, declara "la política hoy día es economía política", a diferencia de los marxistas que plantean que ambos aspectos están interrelacionados dialécticamente. Sus fórmulas como "la propiedad es un robo" y "Dios es el mal", producen escándalo.

Proudhon se opone por principio a cualquier autoridad, tanto de la Iglesia como del Estado, sueña con una sociedad anárquica en la que el poder político sería sustituido por libres acuerdos entre trabajadores. Su ruptura con Marx se debe a que considera al marxismo una nueva religión y argumenta: "No nos convertiremos en los jefes de una nueva religión, aunque esta religión fuese la religión de la lógica, la religión de la razón".

Proudhon consideraba que el problema de la injusticia social era un problema moral, proclamaba la solidaridad entre los trabajadores como una forma de solucionar sus problemas, pero esta solidaridad era imposible en una sociedad capitalista en pleno desarrollo, toda su prédica se quedaba en buenos deseos.

El pensamiento de Proudhon individualista y hostil a cualquier forma de alistamiento, es la expresión de una sociedad que todavía no ha descubierto las necesarias disciplinas de la acción colectiva en un medio industrial. El Proudhonismo es un socialismo para los artesanos en armonía con un determinado estado de la sociedad francesa, corría el peligro de que el día en que la revolución industrial modificara las bases de esta sociedad, apareciera anacrónicamente como un moralismo. La decadencia de la influencia proudhoniana al final del 2º Imperio fue precipitada, más que por la propaganda marxista, por las nuevas condiciones creadas por la revolución industrial.

La Primera Internacional.

El anarquismo adquiere su reconocimiento como corriente de pensamiento en el seno de la 1a. Internacional, es aquí donde por primera vez se da una lucha ideológica entre el marxismo y el anarquismo y otras variantes del socialismo pequeño burgués.

La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), fundada el 28 de septiembre de 1864, fue desde sus inicios una organización plural, Franz Merhing la define como un "matrimonio por conveniencia", en donde lo mismo se encontraban elementos muy moderados como sectores radicalizados, abarcaban desde las trade-unions inglesas, los socialistas proudhonianos franceses, las organizaciones de Bakunin y sus amigos. Prácticamente todo el movimiento obrero organizado en ese momento se adhirió u orbitaba alrededor de ésta.

La importancia de la Primera Internacional radica en que por primera vez se daba una expresión real al internacionalismo proletario, expresado ya por Marx y Engels en su celebre frase "proletarios de todos los países, unios".

La primera tarea de la AIT fue agrupar a las organizaciones obreras y empezar un trabajo hacia el exterior, como fue la lucha por el sufragio universal en Inglaterra, la protesta por la represión en Bélgica y la guerra franco-prusiana, además de saludar el decreto de Lincoln que liberaba a los esclavos.

Durante aquella etapa Marx, principal ideólogo de la Internacional, formula las ideas de una manera cuidadosa, ya que en la Internacional convivían grupos de distintos matices ideológicos, pero siempre siendo claro y evitando confusiones pequeñoburguesas, como él mismo decía: "suave en cuanto a la forma, pero valiente y fuerte en cuanto al fondo".

Muy pronto la Internacional obtiene un reconocimiento entre los trabajadores de Europa que solicitaban su apoyo en cuanta lucha se daba. Esta fue una época de grandes éxitos que culminó con la Comuna de París, la primera revolución proletaria triunfante, aunque por un lapso de tiempo muy breve.

Esta grandiosa gesta de los trabajadores abrió una nueva etapa de la Internacional; la evolución de la lucha pareció muy radical a ciertos sectores de la organización, sobre todo a los dirigentes de las trade-unions inglesas, lo que los llevó a romper con la internacional, que perdía así su más importante base de masas. En aquella época se empezaba a vivir una etapa de reflujo, que llevó a la organización a una introspección y a una diferenciación entre las distintas tendencias que en ella convivían. Por un lado los comunistas, por el otro los proudhonianos y anarquistas. Los planteamientos utópicos de Proudhon pronto fueron rebasados por su anacronismo en una sociedad capitalista que se desarrollaba rápidamente, los anarquistas se afianzaron en los países menos desarrollados de Europa: España, Italia y Suiza.

Fue debido a esta pugna y en vista de la práctica aventurera de los anarquistas, que Marx y sus seguidores pensaron que el papel de la AIT estaba agotado y decidieron su disolución. En aquellos momentos la Internacional había adquirido una importancia desmesurada ante la opinión pública, debido a su relación con la Comuna de París, por lo que Marx no quería que la actividad irresponsable y aventurera de los anarquistas desprestigiara a la Internacional.

El primer gran debate en la Internacional se dio en torno a los sindicatos y huelgas; en aquella época los anarquistas negaban su utilidad, paradójicamente años más tarde empezaron a rendir un culto fetichista a ellos. También se empezó a dar una diferenciación en la táctica, ya que mientras los anarquistas eran partidarios de la acción minoritaria directa, los comunistas preferían la acción de masas organizada.

La base de esta diferenciación está en que mientras el marxismo se nutría del socialismo francés, la filosofía alemana y la economía inglesa para desarrollarse como ciencia al servicio de la emancipación del proletariado, el anarquismo lo hacía de los planteamientos utópicos de Proudhon, trazándose así, desde un primer momento un abismo entre ambas ideologías.

Estas polémicas fueron uno de los factores que desgastaron a la 1a. Internacional, sin embargo ésta lucha ideológica era necesaria, ya que los planteamientos que enarbolaba Bakunin, el padre del movimiento anarquista, creaban una serie de confusiones dentro del movimiento.

En primera instancia estaba la diferenciación sobre quién encabezaría la revolución, ya que "El marxismo se basa firmemente en el proletariado industrial como la fuerza social decisiva de la sociedad moderna (mientras que) Bakunin buscaba la base social para su movimiento revolucionario en los campesinos, el lumpenproletariado y los elementos pequeñoburgueses desposeídos y desesperados" (Jean Touchard, Historia de las ideas políticas).

Marx llegó a la conclusión del papel de vanguardia del proletariado, en razón de la situación social de esta clase que sólo posee su fuerza de trabajo, que se ve obligado a trabajar como parte de un equipo con otros obreros y en el cual él es solamente parte de un engranaje que da como resultado la producción de mercancías, algo que no podría hacer un obrero trabajando en forma individual, ya que la actual fabricación de mercancías se realiza con maquinaria y cadenas de producción que un obrero no podría adquirir ni manejar, por lo tanto un obrero aspirara a la propiedad común de la fábrica más que a la repartición de ella, o volver a la obsoleta producción artesanal, algo que sería un proceso regresivo.

Para un campesino en cambio, la aspiración fundamental será la obtención de un pedazo de tierra. El interés aquí adquiere un carácter individual, ya que un campesino sí puede cultivar él solo su tierra, de igual forma que un pequeñoburgués tenderá a abrir un negocio independiente, también aquí se manifiestan preponderantemente las aspiraciones individuales, pero ya el capitalismo ha demostrado que la época de los pequeños negocios creados gracias al sacrificio individual o a una buena idea pertenecen al pasado. Los monopolios hoy reinan en los mercados y cada vez más se concentra la riqueza en menos manos.

A partir de ese momento el anarquismo y el marxismo tomaron caminos diferentes, pero más de una vez pudieron medirse sobre el terreno de la revolución y la lucha ideológica.

El carácter de clase del anarquismo.

Los éxitos temporales del anarquismo se dan en los países menos desarrollados de Europa: Italia, Rusia, Suiza y España, y fugazmente en Argentina donde llegó debido a la alta emigración proveniente de Europa.

En estos países menos industrializados el anarquismo encuentra época entre los obreros de la industria, los artesanos y la pequeña industria, pero sobre todo entre los pequeños burgueses, y los grupos desocupados y grupos desclasados: el lumpenproletariado.

¿Por qué está inclinado hacia el anarquismo el lumpenproletariado?

Porque este grupo social tiende al “comunismo” en el terreno de la distribución (todo lo tuyo es mío), no preocupándose por la producción. El anarquismo propone comenzar, precisamente, por la realización de igualdad en la distribución. Esto es lo que necesita el vagabundo. “Durante este lapso de tiempo será un anarquista convencido, pero cuando se trate de la producción ya podrá despedirse de los anarquistas”*.

Los anarquistas siempre se han apoyado en una base social voluble, que cambia según las circunstancias, lo que ha determinado sus éxitos temporales.

En cuanto a su táctica, va desde el pacifismo hasta la acción directa, pero sobre todo evitaron la lucha política y se centraron en las cuestiones económicas, lo cual tiene sus limitantes pues la historia nos ha demostrado que la Huelga General, si bien puede hacer caer gobiernos, es insuficiente, para transformar la sociedad se requiere un partido revolucionario que dirija la lucha por la toma del poder.

La historia puso a los anarquistas frente a otra oportunidad en Rusia, y nuevamente fracasaron:

Anarquismo en Rusia

Dos de los principales teóricos reivindicados por los anarquistas son de origen ruso Kropotkin y Bakunin, pero esto no significa en modo alguno una propensión del pueblo ruso hacia el anarquismo; la servidumbre y la rebelión ante la autocracia fueron un factor de rebelión constante, pero las capas que fueron despertando a la vida política lo mismo pasaron por épocas de acción terrorista que evolucionaron después hacia el socialismo. De las diversas variantes, los cuadros de vanguardia estaban lo mismo entre los social-revolucionarios populistas que entre los mencheviques y bolcheviques, y solo en una mínima parte con los anarquistas.

Cuando estalla la revolución de febrero y se constituyen los soviets con delegados electos de entre las fábricas, el campesinado y los soldados, de entre cientos de delegados los anarquistas nunca tuvieron ni una docena, así que cuando los bolcheviques tomaron el poder su papel fue intranscendente. Aunque en ese momento empezaron a tener cierto peso, en realidad eran un grupo con escasa influencia entre las masas, aunque su discurso grandilocuente llamaba la atención y su prensa tuvo en un momento grandes tirajes, eran incapaces de articular una política, estaban divididos caóticamente en tendencias pro-soviéticas, intermedias y anti-soviéticas.

Mientras un sector de ellos se integraba a la lucha por la defensa de los soviets, otro mostraba una total incomprensión de lo que pasaba. Al respecto V. Serge, miembro del partido pero simpatizante del anarquismo comentaba: “Tenían en Moscú un gran diario, la Anarquía, que se entregaba a la propaganda endemoniada, exclusivamente idealista y demagógica, que parecía desentenderse por completo de la realidad, su posición era: “¡Nos atribuyen el propósito de derribar a los Bolcheviques! ¡Que cosa absurda!¡Nosotros opinábamos que no valía la pena echar abajo ni siquiera a los mencheviques!”**.

En agosto de 1918 se hizo necesario desarmar a los anarquistas ya que constituían en las ciudades núcleos importantes de hombres armados sin control, infiltrados por aventureros, criminales y contrarrevolucionarios, se negaban por principio a cerrarle la puerta a nadie pero a la vez carecían de un control sobre los que se decían militantes anarquistas. Kamenev es comisionado para llevar a cabo negociaciones con ellos para legalizar su movimiento con el único condicionante de depurar sus filas pero ellos se niegan a hacerlo.

En medio de la guerra civil ésta situación era muy peligrosa, así que ante la aparición de tendencias anti-soviéticas en el seno de estos grupos se hizo necesario su supresión, no se podían tolerar riesgos en la retaguardia por culpa de un partido irresponsable, amorfo y sin órganos directivos. Por lo demás, su supresión no tuvo ninguna significación política, ya que estaban aislados de las masas.

La actitud de los bolcheviques hacia los anarquistas siempre trató de ser amistosa, Lenin decía: “Numerosos obreros anarquistas pasan ahora a ser los más sinceros partidarios del poder de los soviets y, por tanto, nos dan una prueba de ser nuestros mejores camaradas y amigos, los mejores revolucionarios, que no eran enemigos del marxismo sino como consecuencia de un malentendido, o mejor dicho…de la traición del socialismo oficial de la II internacional”. Victor Serge los definió como “Un lamentable caos de buenas voluntades sectarias”, Los mejores de entre los anarquistas evolucionaron hacia el marxismo, los otros terminaron en el campo de la contrarrevolución.

Los anarquistas han tejido una serie de leyendas acerca de la guerrilla de Majno y la rebelión de Kronstadt, presentándolas como luchas revolucionarias contra la “opresión comunista”. Muchas de esas historias están sacadas totalmente de contexto, se olvidan que el gobierno soviético se debatía entre la vida y la muerte y que aunque intentaron llegar a un acuerdo con los anarquistas (Lenin y Trotsky pensaron en darles un territorio para que hicieran sus experimentos sociales), en las duras condiciones en que se debatía la revolución esto no fue posible.

Conclusión

El movimiento anarquista tendría su mejor oportunidad en España en los años 30, y su actuación jugó un papel en la derrota de la revolución, cierto es que no fueron los únicos responsables, pero esto no los exime de la bancarrota, desde entonces el movimiento anarquista se ha movido en la marginalidad, actualmente muchos jóvenes utilizan la etiqueta de anarquistas. Es muy cómoda, no te obliga a una militancia seria, pero para aquellos jóvenes que realmente quieren transformar la sociedad, el anarquismo es como un arma rudimentaria y atrofiada, es necesario pasar a utilizar medios más potentes, no negamos el valor y la abnegación de los auténticos revolucionarios aunque aun no hayan hecho suyo el marxismo, ya Lenin decía: “más vale un anarquista dispuesto a luchar que cien mencheviques titubeantes”, pero sí los exhortamos a acercarse sin prejuicios al estudio del socialismo científico, que es el único camino para la autentica revolución socialista.

México, 1 de Noviembre de 2003

Notas:

*Anarquismo y Comunismo. E. Preobrazhensky.
** El año 1 de la Rev. Rusa. V. Serge.