El día 19 de julio del año en curso, Naibelys Noel, una joven larense de tan solo 22 años de edad, ha sido vilmente condenada a la pena máxima, que en Venezuela equivale a 30 años de prisión. Fue culpable por el delito de «comisión por omisión en la ejecución del delito de homicidio intencional calificado con alevosía y por motivos innobles, con el agravante de la perpetración contra un niño». Es decir, la acusan de ser cómplice del infanticidio de su pequeño hijo, que fue perpetrado por su expareja y padrastro del bebé, José González.

Sin embargo, el informe de la autopsia realizada al cuerpo del bebé no arrojó ninguna evidencia que la incrimine. Dicho informe constató que todas las lesiones que tenía el cadáver del niño eran recientes, no reiteradas. Esto último demuestra que Naibelys no ejercía violencia contra su hijo, y que las heridas que le causaron la muerte fueron ocasionadas por su expareja el mismo día del infanticidio. El Ministerio Público tampoco presentó experticias que la responsabilizaran. Naibelys es inocente.

En el caso del asesino del niño, José González, éste fue condenado a 15 años y 4 meses de prisión. A Naibelys, quien en realidad también era una víctima de González, se le duplicó la sentencia dictada contra el verdadero homicida. Como veremos a continuación, este es un caso que evidencia el carácter patriarcal de la justicia burguesa en Venezuela.

¿Cómo ocurrieron los hechos?

Naibelys, como tantas mujeres de este país, fue sometida por su cónyuge durante varios meses a violencia física, psicológica, sexual, vicaria y familiar. Por tal razón, ella ya había planeado separarse. En una oportunidad, volvió a su tierra natal, pero al no encontrar trabajo y con las promesas de cambio de González, volvió junto a él, sin imaginarse lo que le deparaba el destino.

En cierta ocasión, acudió al centro policial en Santo Domingo, un pequeño poblado del Estado Mérida donde vivían entonces, para denunciar a González por el maltrato constante hacia ella y por las amenazas de actuar contra su hijo si se separaba de él (violencia vicaria). Sin embargo, los funcionarios policiales se negaron a procesar la denuncia, dando inicio, a partir de ese evento, a una acción sostenida de violencia estatal en su contra.

El viernes 16 de agosto del año 2019, José González volvió a agredir física y psicológicamente a Naibelys. En medio de la discusión, ella le gritó que se iría de la casa y lo dejaría, comunicándole que ya no quería continuar en la relación debido a tanto maltrato. Pero González nuevamente la amenazó con hacerle daño al niño si se separaba de él.

Como explica el reportaje elaborado por la Comisión de la Mujer de la ULA, al día siguiente, sábado 17 de agosto, José envió a Naibelys a casa de una vecina a buscar un utensilio de cocina. Minutos después de salir de la vivienda, ella escuchó el llanto de su hijo, quien se había quedado con el homicida. Regresó rápidamente a su vivienda, pero le fue imposible entrar: González había trancado con llave la puerta de la habitación donde se encontró golpeando al bebé. A pesar de intentarlo, Naibelys no previamente ingresar a la habitación, mientras José agredía al infante. Inmediatamente después, éste salió con el niño inconsciente en sus brazos y, en actitud de escape, rápidamente lo trasladó al hospital. Allí apareció al personal médico que el niño se había caído, y enseguida huyó. Naibelys llegó al hospital apenas minutos después de su expareja, pero ya era tarde. Una enfermera de guardia le informó que su hijo había llegado sin signos vitales al recinto hospitalario.

Ese mismo día, en horas de la tarde, una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) realizó una entrevista a Naibelys ya los familiares del asesino, y luego la trasladaron a la ciudad de Mérida. Desde ese momento, Naibelys ha estado privada de libertad.

Sentencia misógina y patriarcal.

En este caso, todos los derechos de Naibelys Noel han sido violados. El caso ha estado marcado de forma escandalosa por el retardo procesal, con 17 audiencias diferidas, un hecho lamentablemente común en la in-justicia burguesa venezolana, y no hubo enfoque de género durante la investigación.

A todas luces, Naibelys fue víctima de su pareja, y ahora mismo ha sido revictimizada por parte del sistema de justicia venezolano. sobre, la jueza provisoria del Tribunal de Juicio N° 5 del Circuito Judicial Penal del estado Mérida, Lucy del Carmen Terán Camacho, la ha acusado, y condenada, de cómplice del infanticidio de su propio hijo.

La jueza debería considerar la violencia a la que estaba sujeta Naibelys, desigualdades y discriminaciones que padecía. Pero actuó de forma completamente opuesta: la revictimizó y, como lo ha hecho saber su defensa, manifestó toda una serie de estereotipos absurdos incluso desde el punto de vista legal en la audiencia conclusiva, empleando argumentos como: «le pasó por estar enamorada», «le faltó el instinto materno», etc.

Mientras tanto, al infanticida le dictaron la mitad del cómputo de la pena por haber asumido los cargos durante la audiencia preliminar. Audiencia en la que, además, declaró que Naibelys era inocente. Aun así, a ella la condenan a 30 años de prisión, con una pena accesoria de inhabilitación civil y política, establecida en el Código Penal venezolano. En realidad, el único delito de Naibelys es ser una mujer pobre, víctima de múltiples formas de violencia.

El informe psiquiátrico que le realizó a Naibelys Noel el 21 de septiembre del año 2021 acelerado que «es una persona que emocionalmente ha estado afectado, que tiene minusvalía psicológica y que es una persona de fácil dominación debido a su retraimiento emocional». Así lo dio a conocer Iván Toro, coordinador del Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ODH-ULA), quien es su abogado defensor junto a la Comisión de la Universidad de Los Andes contra la Violencia de Género (ULA Mujer) desde junio del año 2022.

Hace tan solo dos meses, la Comisión de la Universidad de Los Andes contra la Violencia de Género expuso el caso de Naibelys Noel ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Dicha Comisión ha señalado que el Estado venezolano la revictimizó al detenerla sin ninguna prueba incriminatoria, al violar su derecho a la presunción de inocencia y al mantener la privada de su libertad durante el juicio. El caso de Naibelys es uno de los primeros de este tipo que ha sido denunciado ante esa instancia internacional.

¡Solidaridad con Naibelys! ¡Luchemos por su libertad!

Es muy grave el precedente que marca la sentencia dictada contra Naibelys. Esta condena vil e infame se convierte en un arma legal que puede emplearse contra las mujeres que son víctimas de violencia vicaria en sus hogares, ya que la legislación venezolana no reconoce este tipo de violencia.

El caso de Naibelys es una clara muestra del carácter patriarcal del Estado burgués venezolano; es decir, cómo el Estado aplica con más fuerza y ​​crudeza sus leyes capitalistas contra las mujeres trabajadoras y pobres, incluso por encima de lo que lo hace sobre los hombres trabajadores y pobres. No hubo pruebas materiales que demostraran algún tipo de participación por parte de Naibelys en el crimen. Entonces, ¿por qué se le condenó? Más aún, su expareja declaró durante el juicio que ella era inocente. ¿Por qué la jueza hizo sordos ante esto oídos y tuvo culparla de todas formas? Y, por último, teniendo estos dos elementos en cuenta, ¿por qué se le castiga a Naibelys con el doble del cómputo dictado a su expareja? Simplemente, porque es una mujer de clase trabajadora, una mujer pobre.

Este caso es, pues, una vergonzosa muestra más -aparte de los casos cotidianos de femicidios y de violencia doméstica- de la opresión que sigue padeciendo la mujer, en especial las pobres, que se afianza con la orientación de la institucionalidad capitalista y su Estado clasista.

Ante ello, es necesario que las organizaciones de mujeres, pero también las organizaciones obreras y la izquierda revolucionaria en general, levanten su voz para cubrir de solidaridad a Naibelys, pero también para conquistar en las callesmejores condiciones para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. El caso de Naibelys debe motivarnos a luchar para superar la opresión de la mujer, pero también para destruir el capitalismo, que es la base económica de esta opresión.

Desde Lucha de Clases exigimos justicia para Naibelys.

#JusticiaParaNay

#JusticiaParaTodasLasMujeres