Han pasado veinticinco años desde las huelgas de hambre de 1981 que llevaron a las trágicas muertes de prisioneros republicanos que luchaban por derechos humanos y democráticos elementales. Nuestro deber en este aniversario es volver la vista atrás hacia aquellos acontecimientos, para aprender de ellos, sacar todas las lecciones necesarias de ellos y ver todo lo que ha ocurrido desde entonces, para avanzar en la lucha por la que ellos dieron sus vidas, la lucha por la libertad de Irlanda y por el socialismo.

Durante los primeros días del movimiento por los derechos civiles en Irlanda del Norte, los republicanos consiguieron el estatus de “categoría especial” durante una larga huelga de hambre en 1971 protagonizada por los prisioneros republicanos en la prisión de Crumlin Road. El estatus de “categoría especial” les permitía ser tratados como prisioneros de guerra, les proporcionaba los privilegios de los prisioneros de guerra recogidos específicamente en la Convención de Ginebra. Pero a mediados de los años setenta el gobierno laborista británico después de no conseguir poner fin al cierre patronal lealista en 1974, estaba determinado a acabar con el republicanismo irlandés y, Roy Mason, el Secretario de Estado para Irlanda del Norte, eliminó estatus de categoría especial para todos los delitos cometidos después del 1 de marzo de 1976. A partir de ese momento todos los prisioneros eran considerados criminales por el estado. 

Los prisioneros, condenados por tribunales sin jurado, presididos por jueces nombrados por el establishment unionista, después de interrogatorios y torturas de la Sección Especial del RUC (fuerzas especiales de la policía británica), que estaban colaborando con las bandas de asesinatos lealistas, fueron trasladados a los H-blocks de la famosa prisión de Maze.

Las prisioneras republicanas, sufrieron la misma política de traslados, fueran llevadas a la prisión de Armagh. Aunque había dos grupos republicanos (el IRA Provisional y el INLA) (1) y los prisioneros estaban divididos en diferentes H-blocks, ellos estaban unidos, como prisioneros, como hombres y mujeres, como republicanos, frente a la política criminal británica. En 1978 más de 300 prisioneros republicanos se negaron a ponerse las ropas de prisión o hacer trabajo en la misma. Los guardias intentaron detener la protesta golpeando a los prisioneros cuando iban a las duchas o utilizaban los baños.

En marzo de 1978 los prisioneros respondieron negándose a salir de sus celdas, no se duchaban ni utilizaban los orinales. Los guardias entonces dejaron de llevar a las celdas orinales, los prisioneros respondieron con la “protesta sucia”. Esto llevó a untar con excrementos las paredes de las celdas y los prisioneros sólo llevaban una manta languideciendo desnudos en las heladoras celdas durante el invierno.

Lenta, muy lentamente, las protestas en las calles en apoyo de los prisioneros consiguieron eco. En las zonas nacionalistas se formaron comités de acción de familiares para apoyar a los prisioneros y finalmente llevó a la formación del Comité Nacional H-Block Armagh, que poco a poco consiguió ganar apoyo para los prisioneros. Ese comité estaba formado por activistas republicanos, sindicalistas, socialistas y activistas de derechos humanos. Tenía el apoyo activo del PSRI (2) y otros grupos radicales. Seis miembros del comité fueron tiroteados, cinco murieron a manos de los lealistas y agentes de la inteligencia británica. Las reivindicaciones de los prisioneros no eran extraordinarias. Eran razonables y se centraban en cinco puntos:
1. Derecho a llevar sus propias ropas.
2. Derecho a abstenerse del trabajo carcelario.
3. Derecho a la libertad de organización.
4. Derecho a facilidades recreativas y educativas junto con las autoridades de prisión.
5. Restauración del derecho remisión de pena (perdido debido a la “protesta sucia”).

Finalmente, la paciencia de los prisioneros se agotó en octubre de 1980. Siete empezaron una huelga de hambre incluido el prisionero del INLA John Nixon. La huelga comenzó el 27 de octubre y acabó 53 días después cuando se hicieron ‘aparentes’ concesiones, incluido el derecho a que los presos llevaran sus propias ropas.

Pero las “concesiones” eran un engaño y, sintiéndose traicionados, los prisioneros comenzaron la segunda huelga de hambre el domingo 1 de marzo de 1981. Bobby Sands, entonces líder del Ejército Republicano Irlandés Provisional (IRA-P) en la prisión de Maze se negó a comer. Durante las siguientes semanas y meses otros prisioneros se unieron a la huelga de hambre de una forma organizada. Thatcher, la primera ministra británica, decidió que no se debían hacer concesiones a los prisioneros. Con una crueldad fría y calculada, ella y su camarilla decidieron dejarles morir. Incluso a pesar de que Bobby Sands había sido elegido para el parlamento en Westminster en las elecciones por el distrito de Fermanagh/South, la administración Thatcher siguió firme. Margaret Thatcher declaró: “No estamos dispuestos a considerar el estatus de categoría especial para ciertos grupos de personas que cumplen sentencias por crímenes. El crimen es el crimen, no es política”. El único cambio que se hizo fue publicar las propuestas para cambiar la Ley Popular de Representación, haciendo imposible que los prisioneros pudieran presentarse a las elecciones parlamentarias.

La huelga de hambre fue en aumento y el 5 de mayo Sands fue el primer prisionero en morir, después de 66 días de huelga de hambre. Tenía 26 años. El jueves 7 de mayo de 1981 se calcula que 100.000 personas asistieron al funeral de Bobby Sands en Belfast. Lejos de intimidar a los republicanos la muerte, ésta provocó una oleada de repulsión y furia. En muchas zonas nacionalistas se producían regularmente alborotos. Siguieron otras nueve muertes, incluidas las de tres miembros del Ejército Nacional Irlandés de Liberación (INLA), Michael Devine, Patsy O’Hara y Kevin Lynch. Michael Devine había sido militante de las Juventudes Socialistas de Derry donde él y Patsy habían sido políticamente activos en cuestiones de la clase obrera.

Los acontecimientos ponían la base para un movimiento de protesta de masas. Desgraciadamente, la dirección de los Provisionales (3) no utilizó este movimiento de masas, excepto como un elemento auxiliar de la “lucha armada”. Su dirección se consideraba el gobierno legítimo de Irlanda y veían poca necesidad de formar alianzas con seres inferiores. Aún tenían ilusiones en que el ejército británico se vería obligado a irse gracias a las bombas y los disparos.

El movimiento de masas alrededor de las huelgas de hambre era enormemente prometedor, pero una vez más la oportunidad se desaprovechó. Ante la alternativa de apelar sólo a la población nacionalista o a las amplias masas de la población a través de la isla, incluido el movimiento de la clase obrera, las direcciones de la campaña H-block demostraron ser incapaces de implicar a sectores más amplios. El Sinn Fein al ver en ello una oportunidad política tomó el control externo de la lucha H-block, y mientras publicaba panfletos radicales, marginaban a la verdadera izquierda republicana y a los radicales de la clase obrera (4). De este modo comenzó su larga marcha desde el republicanismo hacia el nacionalismo.
La propia izquierda estaba confusa sobre la huelga de hambre e hizo pocos esfuerzos por influir en las filas rápidamente crecientes de los jóvenes nacionalistas hacia el pensamiento socialista. La salida parecía estar en la acción, o eso es lo que pensaba la juventud nacionalista. Por supuesto esa acción sólo era percibida en términos de lucha armada.

Existía poca o ninguna intención de llegar a los elementos más radicalizados de la clase obrera protestante, ni siquiera ganar aliados dentro del movimiento sindical. En realidad, algunos republicanos se convirtieron en antisindicatos porque la dirección del TUC irlandés en el norte estaba estrechamente vinculada con el establishment británico. En lugar de trabajar para ganar a los aliados naturales en el movimiento de la clase obrera, muchos republicanos se retiraron a trabajar dentro de “nuestras comunidades”, se trataba de un eufemismo para decir que únicamente trabajaban dentro de comunidades católicas. Debido a las serias divisiones que ya existían entre el PUL (5) y el NRC (6), la comunidad se aproximaba a cumplir la profecía, que se institucionalizó en el Acuerdo de Viernes Santo.

El propio movimiento socialista republicano no pudo resistirse a las emociones del momento y el INLA intensificó su lucha armada mientras la entonces dirección del PSRI viraba entre el nacionalismo de izquierdas y el republicanismo. Mientras afluían reclutas tanto al partido como al ala militar, se hacía poco para formar políticamente a la nueva ola de cuadros. Esto tendría consecuencias fatales para todo el movimiento en los años posteriores.

Pero según entraban los reclutas en las organizaciones republicanas la huelga de hambre lentamente iba entrando en la rutina. Asqueados por el creciente número de muertes y sin signos de concesiones, las familias de los que permanecían en huelga de hambre comenzaron a intervenir para que sus hijos abandonaran la huelga de hambre cuando se acercaban al momento de morir. El INLA, después de la muerte de Mickey Devine, anunció el 4 de septiembre que ya no iba a haber más voluntarios en la huelga de hambre.

Finalmente, el sábado 3 de octubre, a las 3 y cuarto de la tarde, los que seguían en huelga de hambre terminaron. Habían muerto 10 huelguistas republicanos de hambre y otros 62 murieron en las calles en este período turbulento. Una huelga de hambre es una medida desesperada que sólo se debe adoptar cuando no existe otra alternativa. La muerte de cuadros en las prisiones es un precio muy elevado a pagar. ¿Fue demasiado alto el precio pagado? Sin duda los prisioneros emprendieron la ‘protesta sucia’ y recurrieron a las mantas porque sentían que no tenían otra alternativa. Incluso hoy, 25 años después, las consecuencias de la huelga de hambre se dejan sentir y esa cuestión todavía no se ha respondido satisfactoriamente.

Lo que en aquel momento parecía una derrota importante
para los prisioneros, pronto se empezó a ver como una victoria cuando después del final de la huelga los británicos introdujeron un nuevo régimen carcelario que efectivamente concedían a los prisioneros sus peticiones. El 6 de octubre de 1981, James Prior, entonces Secretario de Estado para Irlanda del Norte, anunció una serie de medidas, que en gran medida satisfacían muchos de los aspectos de las cinco reivindicaciones de los presos.
Este año, 2006, ha habido una multitud de conmemoraciones, celebraciones y recogidas de fondos en toda Irlanda en “honor” de los huelguistas de hambre. Vender platos conmemorativos, mantas y preparar cenas sobre esta cuestión sólo demuestra el cinismo de la actual dirección del Sinn Fein Provisional. En un intento masivo de reescribir la historia han manipulado la mayoría de los acontecimientos y de este modo el Sinn Fein intenta justificar su posición política actual. Dicen que los huelguistas de hambre habrían aprobado la estrategia del proceso de paz del Sinn Fein (7).

Intentaron minimizar la participación del INLA en la huelga de hambre. Utilizaron las conmemoraciones para destacar a sus candidatos electorales. Pero algunas verdades son difíciles de ocultar. Durante la huelga de hambre los Provisionales estuvieron en contacto directo con un contacto del Ministerio de Exteriores conocido como “el alpinista” (8). Él les ofreció en junio, antes de que muriese el quinto huelguista, esencialmente las mismas concesiones que Jim Prior les dio en octubre. ¿Por qué la dirección de los Provisionales no aceptó entonces los términos? La dirección del INLA nunca fue informada de esta oferta ni tampoco lo estuvieron los prisioneros del INLA en huelga de hambre. Aún existen fuertes sospechas de que la dirección de los Provisionales fuera de la prisión quería que continuara la huelga de hambre.

Con el final de la huelga de hambre el ascenso electoral del Sinn Fein continuó hasta el día de hoy sustituyendo al PSDL como el partido nacionalista más grande en el norte. Sus dirigentes ahora se pavonean por el mundo como los “pacificadores”. Pero la realidad sobre el terreno muestra el fracaso absoluto de su estrategia.

Debemos recordar exactamente lo que ha provocado la estrategia de paz del Sinn Fein. Irlanda del Norte ahora está más profundamente dividida que durante el conflicto. Desde la aceptación del Acuerdo de Viernes Santo los muros que dividen las comunidades obreras han aumentado no disminuido. Los ataques sectarios se producen casi diariamente y la mayoría dirigidos contra los católicos. El odio sectario ha aumentado tanto entre jóvenes católicos como protestantes. Los políticos ahora están polarizados en lo que se llaman “dos comunidades”. Gerry Adams quiere como primer ministro a Ian Paisley. El MI5 tiene el control de la policía. El Sinn Fein ha aceptado un acuerdo de partición y la naturaleza sectaria del estado del norte. El Sinn Fein está en un ejecutivo que llevó a cabo la privatización tanto del sector educativo como del sanitario. Las tasas de criminalidad se han disparado en las zonas obras así como el nivel de suicidios, también el consumo de drogas, el abuso de alcohol y la pobreza. Lo más irónico de todo, las conquistas conseguidas por los huelguistas de hambre muertos desaparecieron en el Acuerdo de Viernes Santo.

En contraste con todo a lo que se oponían los prisioneros, particularmente los diez muertos, hace veinticinco años ahora tenemos:
1. Criminalización.
2. Una asamblea local reformada en Stormont.
3. El veto unionista (llamado principio de consentimiento).
4. Una fuerza policial británica que impone la ley del estado británico en cualquier parte de Irlanda.
5. Los británicos pretenden la soberanía de Irlanda.
También estaban a favor de una república socialista en la isla de Irlanda. El contraste no podía ser mayor. ¿Qué lecciones pueden sacar los republicanos y socialistas de las experiencias de la huelga de hambre? Claramente que la huelga de hambre es un arma que se debe usar en raras ocasiones, si se debe, que de llegar hasta el final puede suponer la pérdida de compañeros valiosos para la lucha. Irlanda tiene demasiados mártires.

Ahora está claro, mirando en retrospectiva, que aquellos que se lanzaron a la lucha no tenían un conocimiento real de la política revolucionaria o una comprensión marxista de cómo funciona la sociedad ni la política. Después se dejaron influenciar por lo que se hace llamar la última moda. Un día es la pistola, otro es la urna, después los medios de comunicación y ahora es el paseo. Aquellos que una vez pretendieron dirigirnos hacia la “república” ahora están preparándose para administrar la ley británica en Irlanda. Los anteriormente antiimperialistas ahora rinden homenaje a Bush y su administración. Los republicanos que una vez se proclamaron no sectarios ahora juegan la carta sectaria. Durante las últimas generaciones muchos republicanos simplemente ignoraron la existencia de la clase obrera protestante calificándola simplemente como un bloque reaccionario. Hoy en pocas znas del norte los jóvenes en las bandas “Echar al Papa” (9) están descubriendo las ideas de James Connolly y otros republicanos irlandeses. Los compañeros del PSRI también han hablado ante grupos de jóvenes trabajadores protestantes (10).

En tiempos de mucha emoción, como durante la huelga de hambre, el nacionalismo puede ejercer una atracción poderosa. El republicanismo en todas sus formas no consiguió resistir esa atracción y perdió su camino durante y después de la huelga de hambre.
El republicanismo irlandés siempre ha tenido una tendencia internacionalista y hoy ese internacionalismo se expresa de la mejor forma en un compromiso firme con las ideas marxistas. No es un camino fácil el del socialismo en Irlanda. Pero con el creciente interés en las ideas marxistas en todo el mundo cada vez más jóvenes irlandeses serán atraídos a las ideas revolucionarias de James Connolly y otros marxistas internacionalistas. Convertir a estos jóvenes en cuadros revolucionarios curtidos es la tarea que hoy tenemos los compañeros. Ese es el único camino que el republicanismo radical puede tomar. Se trata de regresar a James Connolly y avanzar hacia el socialismo.

NOTAS

1. El IRA es el Ejército Republicano Irlandés (Provisional) o IRAP. El INLA es el Ejército Irlandés de Liberación Nacional.
2. El PSRI es el Partido Socialista Republicano Irlandés, ala política del INLA en 1981.
3. Provisionales es el nombre popular del IRAP.
4. Después de las huelgas de hambre los prisioneros del IRAP en Maze comenzaron una campaña contra los prisioneros del INLA y se negaron a reconocerlos como prisioneros políticos.
5. El PUL es el Unionist Loyalist Protestant.
6. NRC – Nacionalista Republicano Católico.
7. Discurso de Martin McGuiness en Derry en 2006.
8. Blanketmen de Richard O’Rawe. Publicado por New Island en 2005.
9. “Echar al Papa” son bandas de anticatólicos formados por jóvenes trabajadores protestantes.
10. No es que haya demasiadas reuniones de éstas pero el hecho de que haya demuestra las posibilidades que existen.