A medida que millones de trabajadores y jóvenes salen a las calles en todo el mundo, para celebrar el Primero de Mayo como un día de solidaridad de la clase trabajadora internacional, tenemos que reevaluar nuestros objetivos comunes a la luz de una creciente crisis mundial del capitalismo. Escrito originalmente en 2001.

 La marcha del primero de mayo en Estocolmo, Suecia, 1899

Desde hace más de 100 años, decenas de millones de personas han expresado reiteradas veces su voluntad de librar al mundo de la opresión, la guerra y la pobreza. La victoria de la clase obrera rusa en octubre de 1917 marcó un enorme avance en la lucha por la transformación socialista de la sociedad. Representó un faro para los trabajadores a nivel internacional.

Hoy en día, el internacionalismo nunca ha sido tan relevante. Con el colapso del estalinismo y la completa capitulación de la burocracia rusa al capitalismo, el imperialismo de EE.UU, se ha convertido en la fuerza reaccionaria dominante en el planeta. Sin embargo, este coloso tiene dinamita en sus cimientos, al verse obligado a intervenir una y otra vez contra los pueblos oprimidos del mundo.

En la medida que el capitalismo global extiende su ámbito de explotación, los trabajadores se ven obligados a organizarse para defenderse, desde las Filipinas a Sudáfrica, desde Corea del Sur a Argentina. En Gran Bretaña, tras la avalancha de recortes de empleos en los últimos meses, el cierre de la planta de Motorola en Bathgate, West Lothian, con la pérdida de más de 3.000 puestos de trabajo, es el más reciente ataque a los trabajadores por el capital internacional. Pero esto es sólo la punta del iceberg. Ya se han perdido 100.000 empleos en el sector de las telecomunicaciones en la medida en que colapsan los beneficios y se estanca la inversión. Los vaivenes en los mercados de valores del mundo son un reflejo de la crisis que afecta al capitalismo mundial.

Cada vez más, a medida que avanza la crisis, los trabajadores necesitan armarse con un programa que pueda responder a sus necesidades y aspiraciones. Y para hacerlo necesitan recuperar la tradición de lucha del primero de mayo. Sí, el primero de mayo nació de las luchas. La lucha por la jornada laboral de 8 horas en los Estados Unidos en la década de 1880 dio origen al primero de mayo como Día Internacional del del Trabajo. En 1884 la Convención de la Federación de Oficios Organizados levantó una resolución que debía actuar como un faro para toda la clase obrera: «que 8 horas constituirán una jornada de trabajo legal, desde,y a partir del primero de mayo de 1886». Esta convocatoria fue tomada por el movimiento obrero con la creación de Ligas por las Ocho Horas, que arrancaron concesiones significativas de los patronos, y llevaron a la duplicación de la afiliación sindical.

Después de un primero de mayo con 25.000 participantes en Chicago, la patronal estaba decidida a aplastar el combativo movimiento. La policía disparó y mató a cuatro trabajadores en un piquete de huelga dos días, después. Sin embargo, una bomba lanzada por un agente provocador mató a siete policías, que respondieron disparando a varios trabajadores e hiriendo a cientos más. En las semanas siguientes, la policía llevó a cabo redadas sistemáticas contra huelguistas y sindicalistas, rompiendo las reuniones con la violencia. Los dirigentes obreros fueron falsamente incriminados y condenados a muerte, aunque más tarde la pena fue conmutada por cadena perpetua.

La Manifestación del Primero de Mayo en Grecia 2008

A partir de la tragedia de Chicago en mayo de 1886, que se conoció a partir de entonces como el día internacional de los trabajadores, representantes obreros establecieron la Segunda Internacional en 1889, bajo la bandera del internacionalismo obrero. Una resolución clave del Congreso fue que en cada primero de mayo los trabajadores en cada país hicieran huelgas y manifestaciones a favor de la jornada de 8 horas.

El primero de mayo de 1890 los trabajadores hicieron huelgas por toda Europa, con manifestaciones de 100.000 en Barcelona, 120.000 en Estocolmo, 8.000 en Varsovia, mientras que miles se quedaron en casa en Austria y Hungría, donde se prohibieron las manifestaciones. Las huelgas se extendieron por Italia y Francia. Diez trabajadores fueron asesinados a tiros en el norte de Francia. En las palabras del dirigente socialdemócrata austriaco, Adler, «capas enteras de la clase obrera con las que de otro modo no habríamos entrado en contacto, se han sacudido de su letargo.»

En Gran Bretaña y Alemania se celebraron grandes manifestaciones el domingo siguiente. A pesar de la incapacidad de protestar el día del Primero de Mayo, Frederick Engels, que había sido testigo de la tregua política entre el movimiento laborista británico desde las grandes jornadas de los cartistas de la década de 1840, se dio cuenta de la importanica de las manifestaciones: «más de 100.000 en una columna, el 04 de mayo 1890, la clase obrera inglesa se unió en un gran ejército internacional, rompiendo por fin su largo sueño invernal . Los nietos de los antiguos cartistas están entrando en la línea de batalla».

Desde entonces, muchos trabajadores han muerto luchandopor la jornada laboral de 8 horas al día . Han sido muchos años de lucha y resistencia de la clase obrera y nos sentimos orgullosos de celebrarlos en esta fecha. !Pero esto no es suficiente!

Por desgracia para nuestra clase, todavía estamos atados por las cadenas del capitalismo mundial. Los trabajadores han intentado varias veces cambiar la sociedad, pero han sido frenados por sus líderes. Por eso hoy, como socialistas, no sólo celebramos la resistencia de la clase, sino también reconocemos el escandaloso papel desempeñado por las direcciones políticas y sindicales de la clase trabajadora. Se han convertido en «los lugartenientes obreros del capital», sólo interesados en llegar a acuerdos con los patronos , detrimento de los trabajadores a los que supuestamente representan.

Manifestación del Primero de Sadiq Abad, Pakistán, 2007

En Gran Bretaña, el Primero de Mayo ha sido ampliamente ignorado por los líderes del movimiento oficial, en su búsqueda de la respetabilidad y la colaboración de clases. A lo sumo, se rinde pleitesía de boquilla a la solidaridad o el internacionalismo. Como resultado de ello, los sindicatos, hoy en día no están a la altura de lo que se necesita para luchar con eficacia por nuestra clase.

La lucha por la regeneración del movimiento obrero y sindical está ligada a la lucha por una política socialista. El Partido Laborista fue creado hace un siglo para representar los intereses de la clase obrera en el parlamento. Por desgracia, ha sido secuestrado por los seguidores de Blair que quieren convertirlo en un partido capitalista. Corresponde a las bases, sobre todo de los sindicatos, expulsar al ala de derechas y tomar de nuevo el control del partido.

Sin embargo, hay que defender una clara alternativa a las políticas capitalistas dentro del movimiento obrero. !No a la colaboración de clases! !No a las políticas conservadores! !Por un gobierno laborista con un programa socialista!

Sólo tomando el control de las palancas fundamentales de la economía, los monopolios, bancos y compañías de seguros, bajo el control y la gestión democrática de los trabajadores, se dirigir la sociedad, no en interés de los beneficios de los millonarios, sino para satisfacer las necesidades de los trabajadores que son los que crean la riqueza de la sociedad.

El futuro del movimiento obrero de hoy está en manos de su militancia de base. Tenemos que empezar a recuperar el pasado oculto del día primero de mayo, por el día de un esfuerzo de crear una alternativa de lucha real. Estés trabajando, estudiando, o desempleado, !el Primero de Mayo es nuestro día! En las palabras del Manifiesto Comunista: «¡Trabajadores del mundo, uníos!«

 

Fuente: May Day – a history of working class struggles