Esta carta, escrita por un trabajador, fue entregada a camaradas de la CMR. La explotación laboral que se denuncia no es una excepción sino el modo de actuar normal de la gran mayoría de los empresarios. Creemos que la carta es de gran interés porqu Esta carta, escrita por un trabajador, fue entregada a camaradas de la CMR. La explotación laboral que se denuncia no es una excepción sino el modo de actuar normal de la gran mayoría de los empresarios. Creemos que la carta es de gran interés porque además de mostrar la explotación tan brutal que sufrimos los trabajadores refleja también el despertar de la conciencia y la necesidad creciente de los trabajadores, incluso de los sectores más explotados y sin organización sindical de la clase obrera, de organizarnos y construir sindicatos clasistas y revolucionarios.

Ubicada en la zona industrial de La Urbina, se encuentra la compañía Droguería Race, la cual cuenta con una plantilla de más de 100 trabajadores. Esta compañía se encarga de distribuir todo tipo de medicamentos a gran parte de las farmacias de toda Caracas y a otros estados del país. El propietario es el mismo de la red de farmacias Farmaplus: Rafael Silva.

Los trabajadores sufrimos numerosos problemas de falta de respeto y abusos contra nuestros derechos laborales, así como engaños tales como:

• las horas extra no entran en nómina semanal, las pagan cuando pasa 1 mes y hay que reclamar para que las paguen,
• la ley de política habitacional -que la descuentan pero no la han depositado desde aproximadamente 5 meses en el Banco Mercantil- y la incompetencia de recursos humanos, que no da respuestas concretas de si se cambiaron de banco (esto es importante para los créditos de vivienda)
• la presión explotadora cuando llegan pedidos exigentes y nos piden aumentar el ritmo de trabajo y hacer sobretiempo obligado
• la tardanza en la entrega de los cesta-ticket, de Bs. 7.350 c/u
• los trabajadores contratados no llegan a sueldo mínimo (Bs. 74.954, que menos la deducción queda en Bs. 70.000 semanal)
• la promesa de hace años del contrato colectivo y de la bonificación como recompensa de la presión y exigencia del trabajo, pero que nos han engañado respecto a ambas y no han cumplido su palabra.

¡Qué indignación! Aunque pretendan ocultarlo, el dueño -que maneja enormes recursos económicos a costa del sudor y el esfuerzo de los trabajadores- ha impuesto, por medio de sus títeres y jefes de departamento, recetas de estímulo monetario que uno debe cumplir. Hago un llamado a todos los trabajadores de distintos cargos. Debemos dejar de quejarnos en voz baja y no actuar ante las injusticias y los salarios de hambre que nos agobian, y nos seguirán consumiendo como un cáncer si no hacemos nada. Cuando vayamos a quejarnos es mejor aplicar el accionar y la preparación ideológica para desarrollar la comprensión de toda la complejidad de los problemas que nos agobian y debatir las alternativas por las que debemos pelear.

Es necesaria organización y más organización por parte de todos los trabajadores que se sienten identificados con un proceso realmente revolucionario que no sea defectuoso y no se vea trancado por la burocracia y el reformismo. Lamentablemente, la Asamblea nacional no ha creado leyes que protejan a los trabajadores e impidan las jugadas y trampas de estos empresarios, que se llevan todo el dinero esquivando responsabilidades con los trabajadores, dividiendo la compañía en tres o más para evadir impuestos y responsabilidades con los trabajadores. Como es este caso donde nos dividen en Droguería Race, Farmaplus, Comercializadora Entretramo y Trasilca.

Tenemos que crear un movimiento sindical por nosotros mismos y, con el apoyo de los camaradas de la Corriente Marxista Revolucionaria, constituir un sindicato clasista y revolucionario, porque los trabajadores tenemos derecho a construir libremente un sindicato para estimular la defensa de nuestros derechos e intereses, así como a afiliarnos o no a ellos guiándonos por los estatutos y reglamentos de las organizaciones sindicales y los derechos que recogen los artículos 95 y 96 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Tenemos que preparar política e ideológicamente a los representantes que elijamos como delegación del sindicato, que son 7 miembros: Secretario general, Secretarios de Organización, Finanzas, Actas y correspondencia, Reclamos, Cultura y Propaganda y Deporte. Debemos hacer una asamblea de como mínimo 25 trabajadores que estén de acuerdo para discutir:

1. Discusión del contrato colectivo con el dueño de la empresa en el que exijamos solución a los problemas descritos al inicio de este artículo.
2. Discusión de políticas administrativas que sean favorables para los trabajadores para protegernos de toda forma de discriminación laboral.
3. Defensa de la cultura, el deporte, los valores espirituales e ideológicos de los trabajadores frente a la ofensiva del pensamiento único capitalista que sólo busca el lucro.
4. Desarrollo de la conciencia de cooperación y ayuda mutua para encarar las luchas organizativas junto a otros trabajadores.

Concluyendo, decirles que recursos humanos -que de humanos no tiene nada- es un grupillo de personas adoctrinadas por la clase dominante en sus valores e ideología para controlar al personal e intentar que no estemos claros frente a la política explotadora que aplican estos empresarios “chupasangre”. Ellos defienden los intereses del patrón y tratan de mantener su dominio para que no haya agitación ni organización de los trabajadores, por eso debemos actuar con cautela pero al mismo tiempo con decisión.

Firmado, La conciencia de un trabajador