Frente a la permanente violación de las normas de seguridad industrial, los trabajadores de la empresa Conductores de Aluminio del Caroní (CVG Cabelum) mantienen paralizadas sus actividades, hasta lograr una solución. Más de 60 trabajadores de esta e Frente a la permanente violación de las normas de seguridad industrial, los trabajadores de la empresa Conductores de Aluminio del Caroní (CVG Cabelum) mantienen paralizadas sus actividades, hasta lograr una solución.

Más de 60 trabajadores de esta empresa, transferida recientemente a la Corporación Venezolana de Guayana, desde el pasado viernes acordaron paralizar las labores, considerando que no existen implementos de seguridad.

Los trabajadores el martes protestaron frente a la planta, donde permanecerán en espera de una solución que les garantice su seguridad en el área de trabajo, tomando en cuenta que fabrican cables donde se requiere estar protegidos.

Jorge Reyes, secretario general del Sindicato de los Trabajadores Conductores del Aluminio del Caroní (Sintracabel), responsabilizó a la gerencia actual de la empresa de esta situación, manifestando que "no se mantiene un staff de equipos de seguridad en la planta".

Reyes indicó que apenas cuentan con un par de lentes, unas botas de seguridad número 45, para un gran volumen de trabajadores, que deben laborar y hacer guardias.

En este sentido, el pasado lunes se levantó un acta en presencia de un funcionario de la Inspectoría del Trabajo, en la que se constataba la carencia de implementos, tales como mascarillas, botas, bragas, guantes y otros equipos necesarios para garantizar la seguridad del trabajador, durante su jornada.

Advirtieron que continuarán con la medida de paro hasta tanto se considere una solución a este problema, "porque no vamos a poner en riesgo la vida de un trabajador por falta de equipos de seguridad en una empresa donde se fabrica cables de aluminio y alambrón".

Piensan que la planta mantiene una producción, incluso de exportación, que lleva a poder contar con los equipos necesarios de seguridad.

Los trabajadores solicitan a las autoridades de CVG designen un interlocutor válido para establecer las conversaciones pues, sostiene Reyes que ya las relaciones con la directiva de la empresa, cuya gerencia general está en manos de Pablo Riera, se han roto, a quienes responsabilizan de que no se cumplan con las condiciones mínimas de seguridad industrial.

Según Reyes, si bien es cierto que este paro acarrea pérdidas a la empresa, éstas no se comparan a las registradas durante tanto tiempo que ha sido gerenciada por la directiva actual, a tal extremo que por "mal procedimiento de esta gerencia llevó a tener que refundir 80 carretes de cables, que ya estaban listos".