Venezuela es ahora foco de muchas especulaciones qué rondan demasiadas perspectivas, es preciso comentar qué la mayoría de las opiniones en torno al embate mediático qué ha sufrido el régimen venezolano. Oscilan en dos polos distantes entre sí.

En un extremo se encuentran las perspectivas qué al haber sido influenciadas ideológicamente por las líneas ontológicas de Chávez, especulan un intento de desestabilización política, para qué, mediante el derrocamiento del socialismo del siglo XXI, los países neo extractivistas puedan comenzar a producir un extractivismo de las grandes reservas de oro negro en el subsuelo venezolano (como sí Venezuela solo fuera petróleo), en el otro extremo se encuentran las opiniones qué acusan al chavismo de ser un régimen dictatorial y autoritario, dejando de lado los “intereses geoestratégicos” qué tienen como objetivo reducir la fuerza en la resistencia geolocal de la revolución bolivariana.Hablar de lo que está sucediendo en Venezuela es más serio de lo que consideramos, es un país qué al haber sido dominado mucho tiempo por una oligarquía ha transitado a un régimen popular y soberano, el cual es ahora atacado por las masas.

En el final de las cuentas, también es preciso mencionar la importancia de comprender a dichas protestas desde un enfoque analítico, si bien es cierto que Venezuela tiene consolidar su paz, también es cierto qué los acontecimientos de los últimos días, no solo se han dado allí, Chile, Brasil, Estados Unidos, México, en América también han tenido movilizaciones masivas, cada una con sus consignas en especifico, qué más allá de reivindicaciones sociales, lo que pretendían, era manifestar la necesidad de ser tomados (as) en cuenta fuera del statu quo qué detentan los mecanismos de control representativo y/o deliberativo, el hecho de que en Venezuela se den también movilizaciones masivas, habla de lo informado que esta el pueblo y es claro lo qué necesitan, inclusión y cohesión social es necesario para salir de la polarización producida a partir de las últimas elecciones presidenciales, Venezuela ya tiene un gobierno soberano y popular, su gente ya participa y pide ser incluida, la mayoría va sin pretender desestabilizar el régimen, lo qué sucede es que las protestas serán capitalizadas por desestabilizadores qué buscarán confrontar a esa parte del pueblo de Venezuela con la representación democrática. Sí se sigue atenuando una lucha de clases mal enfocada.

Es momento de qué Venezuela muestre lo abierta qué es, e incluya a dichos manifestantes en su resistencia geolocal, ellos son la fuerza qué le hacía falta al chavismo para consolidar su plataforma nacional, tal vez muchos (as) de los que ahora están en las calles votaron en contra de Maduro, sin embargo eso no significa que no estén dispuestos a sumarse, el fascismo está provocando la desestabilización tiene razón él presidente, pero dicha ideología no está en todos los (as) manifestantes.

Por lo tanto es ahora cuando se debe de analizar bien, quienes son los que no están en contra de los avances de la revolución pero necesitan ser escuchados, esto, para refrescar al movimiento bolivariano 200, lo qué puede mandarle un mensaje claro al mundo y por ende a los países con protestas masivas, Venezuela al ya haber transitado a un régimen, popular, revolucionario y soberano, incluye a los (as) qué toman las calles, mostrándose como individuos participativos.

Y, a diferencia de todos los países con protestas en los últimos años, Chile, México, Brasil, Estados Unidos, Turquía, Islandia, Indonesia, Ucrania, España, Italia, Francia, Grecia, Libia y Egipto, Venezuela no es ni una democracia simulada, ni un autoritarismo contemporáneo.

Es momento que el gobierno de Venezuela muestre su grandeza estratégica y canalice la fuerza de dichas protestas en los cauces correctos para el programa del movimiento bolivariano revolucionario.

Resulta necesario identificar a todos (as) los venezolanos que están en las calles y no simpatizan ontológica ni prácticamente con la burguesía parasitaria al interior, tampoco con la contrarevolución. Mucho menos con los intereses extrínsecos de desestabilización social. Estoy seguro qué más de alguno (a) individuo libre y consciente habrá.