Aterrorizada por la movilización de la clase obrera, la burguesía nacional ‘no somocista’ (apoyada por el PSN y demás estalinistas en el frente UDEL liderado por el multimillionario Joaquín Chamorro y su diario La Prensa) intentó pactar con el Aterrorizada por la movilización de la clase obrera, la burguesía nacional ‘no somocista’ (apoyada por el PSN y demás estalinistas en el frente UDEL liderado por el multimillionario Joaquín Chamorro y su diario La Prensa) intentó pactar con el FSLN para dar una alternativa a Somoza, pero sin perder los privilegios que la dictadura le había asegurado. A pesar del apoyo que le dio EEUU, Joaquín Chamorro fue asesinado por orden de Somoza el 10 de enero de 1978. Los sindicatos obreros y la Udel convocaron huelga general por el día 24: más de 120.000 trabajadores y personas de capa medio-baja participaron en los funerales de Joaquín Chamorro en Managua, asustando a los propios liberales, que tenáin más miedo al pueblo que a la dictadura. En 1978 ya se hablaba de guerra civil y enfrentamientos armados en León, Estelí, Chirandega y Masaya entre revolucionarios y Guardia Nacional. La Guardia Nacional bombardeaba ciudades enteras llegando a matar a 5.000 personas en una semana. Se calcula que el los dos años de guerra civil la dictadura mató al 2% de la población, o sea 50.000 personas.

Por primera vez los trabajadores de las ciudades se movilizaban de manera masiva e independiente con consignas políticas. Pero la falta de una dirección revolucionaria de los trabajadores hizo que fuera el FSLN en concentrar toda la admiración y las expectativas de la clase obrera, aunque sólo contaban los Sandinistas con 500 guerrilleros armados. El FSLN, liderado por Humberto y Daniel Ortega, Jaime Wheelock y Tomás Borge, llamó a principios de junio de 1979 a la movilización general y empezó desde Costa Rica la ofensiva final en las provincias. Las masas de Managua y las principales ciudades ya estaban en lucha desde el mes de mayo y empezaban la huelga revolucionaria final. Los sectores más combativos de la clase obrera llevarían un total del 11 semanas de huelga general, dejando a los dirigentes sindicales estalinistas a la cola del movimiento y obligandoles a adecuarse a la situación.

De hecho las columnas guerrilleras entraron el 19 de julio en Managua con la capital ya liberada porque la Guardia Nacional acabó aplastada por el movimiento. Somoza había huído dos días antes protegido por Jimmy Carter y la dictadura había caído. La Guardia Nacional, financiada hasta los últimos días por EEUU huyó a las províncias para reorganizarse y sentar las bases de la Contra. La movilización de la clase obrera, los campesinos y la pequeña burguesía había sido decisiva para el derrumbe del estado somocista.

A la lucha revolucionaria también habían contribuido decenas de brigadistas de todo el continente, especialmente desde Colombia donde los militantes trotskystas del PST movilizaron la brigada “Simón Bolívar” y algunos de ellos contribuyeron con su sangre a la derrota de la Guardia Nacional somocista.