A primeras horas de la tarde de hoy cerraron las mesas electorales para escoger las nuevas autoridades del sindicato, delegados generales, delegados departamentales y Comité de Higiene y Seguridad Industrial de ALCASA. Tras superar los problemas inte A primeras horas de la tarde de hoy cerraron las mesas electorales para escoger las nuevas autoridades del sindicato, delegados generales, delegados departamentales y Comité de Higiene y Seguridad Industrial de ALCASA. Tras superar los problemas internos que ha sufrido el movimiento sindical en esta empresa del aluminio, más de un 80% de los más de 2300 trabajadores inscritos en el padrón electoral habían participado faltando dos horas para cerrar las mesas electorales, a pesar de las advertencias de impugnación que el saliente Secretario General, Trino Silva, hiciera contra estas elecciones.

La campaña electoral

Tras varios meses de vencido el período del saliente Comité Ejecutivo, al frente del cual se encuentra Trino Silva, los días 17 y 18 de Enero se han realizado las elecciones sindicales en ALCASA. Como podía preverse, el ambiente entre los trabajadores era a favor de elecciones lo antes posible, pues, entre otras cosas, la Convención Colectiva tiene ya varios meses vencida y quieren su renegociación lo antes posible. Con una semana de antelación, se dio inicio a la campaña electoral, en la que desde un principio se inscribieron las tres planchas que habían convocado la asamblea para elegir la Comisión Electoral que organizó estos comicios sindicales: Fuerza Sindical 1, al frente de la cual está Diego Castro y que es la plancha claramente identificada con AD; Movimiento 21, alrededor de José Gil y que está vinculada con la FBT y el MVR Bolívar; y la Somos ALCASA 52, con Henry Arias y que agrupa principalmente a activistas de la Causa R pero también sectores del chavismo alcasiano descontentos con la política del Movimiento 21. Posteriormente se inscribieron dos planchas más, “El Compatriota” 5, liderada por Mario Valbuena, y Movimiento Revolucionario Alcasiano 26, liderado por Belinda Ortiz y Alcides Rivero.

Si hay algo que ha caracterizado esta campaña electoral ha sido el derroche de dinero, principalmente por la plancha 52. Según estimaciones que se manejaba, dicha plancha habría gastado al menos 100 millones de bolívares en esta semana con sus volantes a todo color en papel glasé, pancartas y afiches a todo color y demás. Otro punto, fue la falta de contenido político en las propuestas de la mayoría de las planchas, que se limitaron a montar una guerra de minitecas o inclusive llevar unas “garotas” a bailarles a los trabajadores en uno de los cambios de turno. Es parte de una cultura que se ha impuesto, especialmente en los últimos años, y que no es sino herencia de la política sindical reivindicativista y economicista de la lucha sindical de adecos y causaerristas.

Esto, sin embargo, contrastaba con lo que pedían los propios trabajadores, ansiosos por escuchas las ideas, propuestas y programa político y reivindicativo de lo que ofrecían los candidatos. Incluso, hasta los mismos dirigentes de las planchas que habían puesto las minitecas, se quejaban de la falta de debate e intercambio de propuestas que se había dado durante la campaña.

Divisiones en el chavismo alcasiano

Aunque se esperaba la posibilidad de que se presentaran muchas más planchas, al final han sido 5 listas: Fuerza Sindical 1 (Diego Castro – AD); Movimiento 21 (José Gil – FBT), “El Compatriota” 5 (Mario Valbuena) Movimiento Revolucionario Alcasiano 26 (Belinda Ortiz y Alcides Rivero) y Somos ALCASA 52 (Henry Arias – Causa R). Un aspecto interesante de este panorama, es el hecho de que la única plancha claramente opositora es la 1 (AD), aunque incluso esta ha tenido que suavizar su discurso y hablar de la posibilidad de diálogo con Chávez a favor de ALCASA y sus trabajadores. Si bien la plancha 52 está vinculada a la Causa R, logró agrupar a un sector de compatriotas (particularmente seguidores de Trino Silva, aunque también otros) desilusionados y alejados de la política y métodos empleados por el Movimiento 21, pero que se siguen considerando revolucionarios. Esta extraña unión en la 52 se debió en gran parte a que la plancha de la izquierda revolucionaria, MORAL 26, no llegó a decidirse a participar y así abrir el camino a agrupar a este sector del chavismo que se ha distanciado de la 21.

Por lo que hemos podido observar de primera mano, el Movimiento 21 sigue agrupando a un amplio sector de los trabajadores bolivarianos y revolucionarios en ALCASA. A pesar de los errores y las críticas que muchos expresaron durante la campaña, no es de extrañar que en estos comicios su voto haya ido por la 21. Por un lado debemos recordar que los compatriotas de este movimiento tienen un historial como luchadores revolucionarios. En particular, fueron la vanguardia cuando el sabotaje a la industria petrolera en Diciembre 2002 boicoteó el suministro del gas a las empresas básicas, con ello amenazando con paralizarlas. Organizaron la resistencia y la avanzada que fue a Anaco a luchar contra los saboteadores, combatirlos y derrotarlos, para así finalmente restablecer el suministro del gas.

Pero una política sindical que se ha visto limitada a lo reivindicativo, a que al trabajador sólo puede hablársele de los beneficios económicos, pero que lo demás no importa, así como su oposición al proceso cogestionario y en particular al actual presidente de ALCASA, Carlos Lanz, han creado fisuras en este movimiento que se han expresado en la formación de nuevas tendencias sindicales. Pero como hemos visto repetidas veces en la historia, las masas suelen mantener su confianza en sus organizaciones tradicionales y prueban una y otra vez a sus dirigentes. Más aún, es seguro que ante la amenaza de que ganara la plancha 52, por su relación con la Causa R y las repercusiones que esto tendría, el cierre de filas frente al contendor revolucionario visto como el más fuerte es de esperarse.

Por supuesto, queda como una tarea pendiente, el realizar un balance de estas elecciones, una vez se conozcan los mismos, en el transcurso de la noche de hoy.

La CMR participa activamente

Los camaradas de la Corriente Marxista Revolucionaria decidimos participar de lleno, codo a codo, con los trabajadores que estaban impulsando la plancha de la izquierda revolucionaria. Desde hacía semanas habíamos estado sosteniendo reuniones con estos camaradas, principalmente con dirigentes obreros como Alcides Rivero y José Luis Marín, intercambiando propuestas y debatiendo sobre cómo impulsar el proceso cogestionario más avanzado de la Revolución Bolivariana.

Sobre esta base, centramos nuestras fuerzas no sólo en el apoyo al equipo de MORAL 26 sobre la base de un programa que principalmente incluía la profundización de la cogestión hacia el control obrero, la adecuación tecnológica de la factoría bajo supervisión estricta de la asamblea de trabajadores, entre otras (Ver “Moral 26” propone profundizar proceso cogestionario en Alcasa) y en base a ello elaboramos un volante con el cual estuvimos interviniendo activamente durante la campaña, repartiendo cerca de 2500 de ellos (Ver Ante las elecciones en SINTRALCASA: Por un programa sindical clasista y revolucionario). El impacto tan positivo que tuvo entre los trabajadores fue tal, que luego de él fue que las otras planchas empezaron a elaborar volantes con algunas propuestas concretas. Incluso, curiosamente los compatriotas de la 21 sacaron uno donde atacaban abiertamente los camaradas de la 26, acusándolos de quintacolumnistas y oportunistas “buscapuestos”. Es extraño, pues volantes donde denunciaban las maniobras y los excesivos gastos de la campaña de otras planchas no se vieron por ningún lado.

Una nueva etapa para el sindicalismo clasista

Si bien las posibilidades de un triunfo de la izquierda revolucionaria estén lejanas en estas elecciones, el trabajo conjunto realizado por los camaradas agrupados en torno a la plancha MORAL 26 (MAR 26, MORAL 38 y Control Obrero), se ha dado un excelente primer paso en el trabajo político revolucionario dentro de ALCASA. Por un lado, se ha abierto un debate sobre la política que los trabajadores debemos defender para ALCASA y más aún, que debemos exigirle a los miembros del Comité Ejecutivo de SINTRALCASA que implementen. Con estas bases, la tendencia de la izquierda revolucionaria puede efectivamente hacer un importante trabajo de ayudar en el proceso de desarrollo del nivel de conciencia de los trabajadores y así impulsar una política sindical clasista y revolucionario que consiga agrupar bajo estas banderas a la mayoría de los trabajadores alcasianos, y de los trabajadores de las empresas del aluminio en general, como un primer paso hacia una fuerte tendencia sindical de izquierda por el socialismo.

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